Hizo posible lo que parecía utópico. El pasado 7 de mayo se cumplió un nuevo aniversario de uno de los momentos más históricos y espectaculares de la NBA: el día que Reggie Miller demostró que en el básquetbol no hay imposibles.

En la fecha antes citada, pero en 1995, se daba inicio a las semifinales de conferencia en la NBA. En el Este, un partido se robaba las miradas: los New York Knicks iniciaban como favoritos en el Madison Square Garden frente a los Indiana Pacers.

A lo largo del partido los locales mostraron una pequeña superioridad en el resultado. Esto llevó que, con 18.7 segundos por jugar, tuvieran una ventaja de 105 a 99.

Los hinchas del dueño de casa tenían una verdadera fiesta en el reducto deportivo y solo esperaban la ‘chicharra’ final para acabar todo con una ovación. Sin embargo, Reggie Miller quiso otra cosa.

El líder de los Pacers, un ‘triplero’ consagrado, tomó el protagonismo al final y dio vuelta el marcador de una manera que muy pocas veces se ha visto en este deporte.

Primero, Miller aprovechó la pantalla de un compañero y tras el saque de costado, giró y anotó tres puntos a gran velocidad. La cuenta quedaba 105-102, y con 16 segundos aún en disputa.

Acto seguido, los Knicks debían reanudar el juego. La marca de los Pacers fue tan intensa que incluso provocó el resbalón de Greg Anthony que acabó perdiendo el balón. ¿Lo peor? La esférica llegó a las manos de Miller, quien se dirigió rápidamente a la ‘zona de tres’ y cosechó un nuevo triple: la fiesta ya era un funeral, el resultado era 105-105 con 14 segundos en disputa.

Los dirigidos de Pat Riley reiniciaron el pleito y los Pacers decidieron cortar con una falta. Había confianza en dar vuelta el resultado y había que arriesgar. John Starks, con 13 segundos, se paró en la línea de tiro y falló sus dos intentos. El balón quedó una vez más en la mano de Miller que se adjudicó el rebote con 7.5 segundos.

Así, Reggie consiguió que le hicieran una infracción y fue su turno de dos tiros libres: el especialista no perdonó y marcó las dos veces, dejando el marcador 107-105 en favor de los visitantes. En 9 segundos, el mejor del forastero había anotado 8 puntos (hizo 31 esa noche).

La historia tendría un final feliz para Indiana. En la última jugada del partido Anthony llevó la ofensiva de mala forma y acabó cayéndose antes de enviar un tiro. Con esto se acabó el enfrentamiento: los Pacers quedaban 1-0 en una serie que se terminarían llevando 4 a 3. Eso sí, en la siguiente ronda fueron eliminados por el mismo marcador contra Orlando Magic. De todos modos, los Pacers, y sobre todo Reggie Miller, hicieron historia.