El Mundial Sub 17 de Qatar fue escenario de una insólita controversia antes de que rodara el balón en el encuentro entre Corea del Norte y Japón, correspondiente a los octavos de final.
El saludo protocolar antes del pitazo inicial se transformó en un hecho viral. A diferencia del tradicional apretón de manos, los futbolistas norcoreanos recibieron a sus rivales nipones con un gesto inusitado: golpes de puño con fuerza.
Mientras algunos usuarios en redes criticaron el saludo inicial por su agresividad, argumentando que fue innecesario y violento, otros consideran que tal gesto podría haber sido malinterpretado. También fue catalogado como un reflejo de la hostilidad histórica entre ambos países.
Este acto, lejos de la cordialidad esperada, rápidamente comenzó a generar especulaciones sobre un clima tenso en el ambiente. Sin embargo, el partido que siguió a este extraño inicio sorprendió por su normalidad.
A pesar de las primeras impresiones, el encuentro se desarrolló dentro de los márgenes del juego limpio. El marcador al final del tiempo reglamentario fue 1-1, llevando la definición a la tanda de penales.
En ese momento, Japón brilló gracias a la destacada actuación de su portero, Shuji Muramatsu, quien se erigió como el héroe al detener los disparos decisivos que aseguraron la clasificación de Japón a los cuartos de final.