Una insólita situación se vivió durante el Grand Slam de Judo en Baku, Azerbaiyán. La pelea que estaban disputando el judoca portugués, Anri Egutidze, con el sueco Robin Pacek terminó por una extraña razón.

En los actuales tiempos modernos, el celular pasó a formar parte central de la vida de las personas. Las redes sociales ofrecen a la gente la posibilidad de estar conectado y pendiente de la actualidad en un par de segundos.

Sin embargo, el judoca portugués llegó al extremo, protagonizando una situación nunca antes vista en la disciplina y el deporte en general.

El inicio de la pelea transcurrió con total normalidad. Ambos judocas comenzaron los primeros forcejeos para tantear lo que vendría durante el enfrentamiento. Fue entonces que en una maniobra donde quedó más agachado de lo normal, el celular de Anri Egutizde se escapó de su judogi ( vestimenta para practicar la disciplina).

La reacción de su contrincante fue tomar el dispositivo y mostrárselo al juez, visiblemente enojado. La pelea estuvo interrumpida para que el portugués dejara en otro lado su celular.

Esto no sirvió de nada, ya que el combate se dio por finalizado, declarando como vencedor a Robin Pacek. Por su parte, el protagonista de la situación se tomó la cabeza, visiblemente afectado por un descuido que le costó caro.

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