Este sábado se disputará la primera final de la Copa Libertadores 2018, donde se enfrentarán Boca Juniors y River Plate. Una llave que ha concitado interés en todo el mundo del fútbol, especialmente en Argentina, donde las muestras de fanatismo dan pie a situaciones insólitas.

Una de ellas se dio en Pinamar, localidad de la provincia de Buenos Aires en la que Ana María dio a luz al hijo que esperaban junto a Nahuel. Hasta ahí, la historia de un nacimiento como hubo varios en esa jornada, pero que toma otro cariz al conocerse lo que ocurrió al momento de bautizarlo, donde el padre acudió a la oficina correspondiente y anotó el nombre que querían: Agustín Enzo River Plate Bejarano.

Según relata Diario Olé, Ana María es de apellido Plate… un ‘detalle’ que, unido al fanatismo de la pareja por el cuadro ‘millonario’, dio pie a la decisión de expresar su amor por el club, invirtiendo el orden de los apellidos para inscribirlo. “Tuve la posibilidad de tener un hijo, tengo la posibilidad de tener a la madre de mi hijo que tiene ese apellido” dijo a ese medio Nahuel.

Luego, en diálogo con el diario La Nación, Bejarano reconoció que “en mi familia pensaban que estaba loco, hasta que vieron la partida de nacimiento”.

El padre aseguró que, de tener un segundo hijo, recibirá el nombre “Marcelo” por Gallardo, el entrenador riverplatense. Eso sí, si es una hija, advierte que irán más allá y la llamará “Blancay Roja”, en homenaje a los colores de la camiseta del club. “Ya lo averigüe en el Registro Civil” concluye Bejarano. ¿No será mucho?