Demostrado ha quedado que muchas veces la realidad supera a la ficción. Y es a lo largo de los años nos hemos encontrado con un sinfín de situaciones que simplemente son de no creer, por lo insólito de las mismas.

Eso sí, cabe aclarar que hay algunas que pegan más fuerte que otras, puesto que por diversos motivos éstas tuvieron un resultado totalmente adverso.

Tal es el caso de lo que le ocurrió a la promesa del rugby mundial, Sam Ballard, quien por una noche de amigos y alcohol, cambió el rumbo de su vida por completo.

¿Qué ocurrió? Según detalló el medio inglés The Sun, en el 2010 Ballard se encontraba en el mejor momento de su ascendente carrera deportiva. No obstante, una pequeña humorada en una fiesta entre amigos, se encargó de esfumar todos los sueños del joven rugbista.

Y es que luego de algunos tragos, sus compañeros lo desafiaron a comerse una babosa que apareció en el jardín. Fue en ese preciso instante en que todo cambió, ya que el deportista no lo pensó dos veces y se la tragó por completo.

Al día siguiente de dicha acción, Sam comenzó a sentirse mal por lo que debió ser trasladado de urgencia hasta el hospital más cercano donde el diagnostico decretó lo peor: había sido afectado por un extraño parásito, el que acabó causándole una meningoencefalitis eosinofílica que le dejó en coma durante más de un año.

“Se descubrió que estaba infectado con lungworm de rata. El gusano se encuentra en los roedores, pero los caracoles o babosas pueden infectarse cuando comen las heces de las ratas”, indicaron desde el sitio.

Extraída The Sun
Extraída The Sun

Luego de este periodo el australiano despertó pero ya nada era como antes. Había perdido la voz, además de la movilidad de las piernas y el cuerpo. Eso sí, la tortura no terminó allí para la familia de Sam, quien no solo está postrado en una silla de ruedas, sino que también debe ser alimentado por un tubo.

Y es que a toda esta lamentable situación se le sumó la batalla que la madre del exdeportista inició para que el gobierno de su país no continúe rebajando la asignación que reciben por la discapacidad de su hijo.

Esto, puesto que si bien desde el año 2016, el Plan Nacional de Discapacidad le colabora con ayuda económica, dicha suma se rebajó sin explicación alguna de 492 mil dólares ($296.916.637 millones chilenos) a 135 mil ($81.471.029 millones), lo cual los dejó en una encrucijada, ya que los gastos médicos del exrugbista aumentan cada mes.

“Está devastado, cambió su vida para siempre, cambió mi vida para siempre. El impacto es enorme”, concluyó Kate Ballard, madre de Sam.