La figura de Sergio Jadue esconde una infinidad de historias dignas para una película, comenzando con su ascenso al ‘poder’ y su gestión como presidente de la ANFP, hasta su ‘sigiloso’ escape rumbo a Estados Unidos, tras el estallido del escándalo de corrupción en la FIFA donde es uno de los implicados.

Anécdotas hay por montones, pero existe una que lisa y llanamente roza en lo infantil. Hablamos de las ‘pichangas de Jadue’. Así como suena, mientras el ‘doctor’ guiaba los destinos de nuestro fútbol chileno, organizaba encuentros ‘amistosos’ como una terapia para poder escapar del ajetreo y las dudosas responsabilidades. Allí, sucedía de todo.

Estos eventos deportivos comenzaron cuando La Roja clasificó al Mundial de Brasil 2014. Jadue quería tirar la casa por la ventana, así que invitó a los presidentes de los clubes a la cita mundialera y corrió con los gastos de comidas, viajes y almuerzos.

El calerano no quería escatimar en gastos, ya que su misión era mantener una buena relación con los dirigentes, pues buscaba una reelección a la presidencia de la ANFP.

En ese contexto, y cuando el ‘equipo de todos’ esperaba rival en los octavos de final, Jadue organizó un partido entre los funcionarios y miembros de la directiva de la ANFP contra el ‘resto del mundo’, según recaba el libro ‘Jadue, historia de una farsa’.

Los rivales del calvo personaje eran exfutbolistas y dirigentes: Antonio Bloise (dueño de Everton), Armando Cordero (dueño de Barnechea), Carlos Soto (presidente del Sifup), Héctor Robles (exjugador y actual DT de La Roja Sub20), un ‘hermano’ de Jorge Sampaoli y un amigo de Dessio (preparador físico de la selección). El complejo deportivo de Toca da Raposa II fue el escenario del duelo, el cual fue dirigido por Alejandro Musa, un exárbitro e integrante del Tribunal de Disciplina.

La oncena de Jadue la conformaban Óscar Fuentes (secretario ejecutivo), Jorge Fistonic (tesorero), José Antonio Acosta (asesor de Jadue), Nibaldo Jaque (secretario), Jaime Baeza (director), entre otros.

El partido se desarrollaba con normalidad y el equipo de Jadue perdía por 2-1, pero cuando se jugaban los últimos minutos llegó la ‘pataleta’ del presidente.

En una jugada de peligro el árbitro pita una falta justo fuera del área y determina cobrar tiro libre. Jadue, decidido, grita “¡Penal!”. Acto seguido toma el balón y lo deja en el círculo del área.

Alejandro Musa no hace caso a la maniobra del calerano y continúa con el desarrollo del cotejo. Pero Jadue no estaba dispuesto a ceder, así que frente a cerca de 100 personas insultó al juez y lo amenazó con despedirlo de la ANFP.

Musa, furioso, tiró el pito al piso y abandonó el campo de juego diciendo “no me voy a dejar amedrentar”.

El partido lo terminó dirigiendo Carlos Soto, quien se había lesionado.

Esa misma noche, tras el cotejo, hubo una cena de camaradería donde participaron ambas escuadres. Jadue no acudió, aún seguía molesto por la derrota y por el penal que a su juicio no le habían cobrado.

Pero esa no fue la única oportunidad donde el calerano mostró la ‘hilacha’ frente a otros personajes ligados al fútbol.

Cuando el presidente comenzó a ganar más poder, las responsabilidades también crecieron. Ya no podía disfrutar del tiempo que antes tenía, por lo que cada partido que organizaba se transformaba en una terapia para liberar, de cierta manera, tensiones.

“Una vez en Juan Pinto Durán jugamos Jadue, Marcelo Salas y yo, en el mismo equipo. Supuestamente había una relación distante de Jadue con Marcelo, pero la verdad es que ahí no se veían incómodos… Todas las pelotas tenías que dárselas a Jadue, todos jugaban para él. Era nuestro Messi, pero sin talento”, relató un exfutbolista profesional.

Las personas con las que Jadue jugaba sabían de los arrebatos del exdirigente, “por eso era mejor darle pases, que él hiciera el gol, si no, se enojaba. Una vez estuvo a punto de suspender un partido porque le pegaron una patada en una jugada netamente de fútbol. Se iba a llevar la pelota para la casa”, reveló un funcionario de la antigua administración.

Así, y con todas estas ‘movidas’ para congraciarse con la gente del fútbol, Sergio Jadue logró su reelección como presidente de la ANFP en noviembre de 2014. Lo que sigue es una historia conocida.