¿Recuerdan a ese árbitro que fue detenido por dirigir borracho la final de la cuarta categoría del fútbol uruguayo? La gente lo denunció y el partido definitorio debió reprogramarse.
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El asunto es que el segundo partido entre Conventos y Boca Juniors pareció de todo menos una final.
Se jugaban 37′ del primer tiempo cuando un jugador de Conventos le dio un feroz patadón a un rival de Boca Juniors, lo que originó la molestia de todos sus compañeros.
Lo que vino después es vergonzoso. Cabezazos, puñetazos y patadas voladoras se tomaron el campo de juego. De hecho, hasta gente de la galería bajó a la cancha para trenzarse a golpes.
La pelea fue tal que la final debió suspenderse una vez más. Aún no hay fecha para su tercera reprogramación.