La desgarradora confesión de Érika Olivera, en la que acusó a su padrastro, Ricardo Olivera, por un presunto abuso sexual al que la habría sometido durante más diez años, generó la reacción inmediata del mundo deportivo y de los aficionados, quienes manifestaron completo apoyo a la atleta nacional.

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Dos días después que la Presidenta Michelle Bachelet le entregara el emblema patrio con que la deportista hará de abanderada en los próximos Juegos olímpicos de Río, Érika llegó hasta el cuartel de la PDI en Recoleta para denunciar aquellos hechos, que durante esta jornada nuevamente generó reacciones.

Esta vez fue el hermano de la medallista de oro en el maratón de los Juegos Panamericanos de Toronto 1999, Samuel Olivera, quien alzó la voz para criticar duramente a algunos de sus familiares que según indica, sabían del problema y no hicieron nada para evitarlo.

Ella es mi hermana yo la apoyo en todo y en el momento que ella me dijo, cuando se supieron todas las cosas, siempre yo le dije que lo matáramos“, reveló a Chilevisión.

Hubo un gran problema a raíz de esto. De hecho se separó toda la familia por lo mismo. Nosotros desde chicos siempre sufrimos castigos“, continuó detallando el hermano de la atleta insistiendo en su intención de quitarle la vida a su padrastro.

“Si no cantábamos en la iglesia, llegábamos a la casa y nos pegaban. Toda la culpa de esto es de nuestros tíos. Ellos deberían haberlo matado cuando supieron que mi hermana tenía ese problema“, acotó.

Finalmente el hombre concluyó sus declaraciones reprobando por completo el accionar de su madre, quien según revela sabía y ocultó el presunto abuso.

No, mi mamá se hizo la desentendida nada más y fue a apoyar a mi papá de nuevo. Mi abuela también sabía, mis tíos y nunca hicieron nada. Ellos tenían que haberlo matada desde antes. Cuando yo supe, fui para la casa y lo intenté matar, pero mis hermanos me lo quitaron“, cerró.