Eduardo Arostegui | Flickr

El peligro que acecha a Rapa Nui: Moáis pueden desaparecer por el aumento del mar en algunos años más

14 agosto 2025 | 11:07

Las icónicas estatuas moái de Rapa Nui, consideradas como guardianes de la isla y su cultura milenaria, podrían ver su existencia truncada antes de que termine este siglo, debido al aumento del nivel del mar y por las consecuencias del cambio climático.

Según un nuevo estudio publicado en el Journal of Cultural Heritage poderosas olas podrían cubrir Ahu Tongariki, punto arqueológico y turístico más relevante de la isla, de aquí al 2080, o sea, 55 años más.

Los moáis de Rapa Nui pueden desaparecer en el 2080

La investigación, liderada por Noah Paoa, doctor de la Universidad de Hawái y oriundo de Rapa Nui, utilizó modelos computacionales para predecir los impactos de la subida del mar. El diagnóstico es alarmante: más de 50 sitios culturales están en riesgo de inundación.

De las casi 900 estatuas moái diseminadas por la isla, que fueron talladas entre los siglos XI y XVI y que rinden tributo a los ancestros y jefe. Ahu Tongariki alberga 15 de ellas, que atraen miles de turistas al año.

Las opciones sobre la mesa van desde reforzar la costa, construir rompeolas o incluso reubicar los moáis, una medida que algunos consideran impensable y otros, inevitable.

De acuerdo a agencia AP, En 1960, un tsunami arrastró moáis tierra adentro, y hoy, a la amenaza del mar se suman los efectos del salitre, líquenes, animales y hasta accidentes humanos que desgastan las frágiles estatuas de toba volcánica.

Sol, viento, lluvia, animales y el hombre: el otro peligro de Rapa Nui

Eso sí, de acuerdo a un informe de BBC Mundo, los moáis comenzaron a deteriorarse en el mismo momento en que fueron talladas, por el sol, el viento, la lluvia y las fluctuaciones de las temperaturas.

Explican que cuando la humedad del rocío marino se evapora, “la sal cristaliza en el interior de la blanda toba volcánica y se expande, provocando que la estatua se descascare o astille, creando grietas finas y cavidades en forma de panal”.

Pero los animales también interfieren con los moáis, ya que caballos y ganado se frotan en los monolitos, mientras que las aves arañan y depositan excrementos tóxicos, o guano, que erosionan aún más el material.

Por último, también está la culpa del hombre. Recuerda que en el 2020, un camión chocó accidentalmente contra un moái.

Referencia:

Paoa, N., Fletcher, C. H., Azouri, A., Barbee, M., Anderson, T. R., Guiles, M., Habel, S., Thompson, P., McDonald, K., Tognacchini, C., Wilkins Riroroko, G., & Luther, D. S. (2025). Impacts of sea-level rise and wave inundation in the Tongariki Complex, Rapa Nui. Journal of Cultural Heritage, 75, 84–92.