Sakhr Alhuthali es un científico saudí que se vio involucrado en una compleja trama de corrupción en las universidades de su Arabia Saudita y que abarca a países de todo el mundo, incluyendo prominentemente a España. En concreto, lo que harían es pagar en secreto a investigadores extranjeros para ‘inflar’ sus propias posiciones en los ránkings internacionales.
Específicamente, el objetivo sería la lista de Científicos Muy Citados de la multinacional Clarivate, la cual es usada por el ránking de Shanghái para medir el prestigio de una institución en virtud de cuántos de sus académicos figuran en el listado.
Dos de las universidades más antiguas del reino árabe, la Rey Abdulaziz y la Rey Saúd, estarían pagando el equivalente a 61 millones de pesos anuales a investigadores de dicha lista para escalar artificialmente. Gracias a ello es que ambas figurarían entre las 150 mejores del mundo.
Así fue revelado por El País hace pocas semanas, y recientemente a las voces que denuncian dichas artimañas se suma la del saudí, quien trabaja para la Universidad Rey Abdulaziz y el Imperial College de Londres.
Citando datos de la consultora SIRIS Academic, El País indica que durante la última década 210 científicos prestigiosos habrían cedido a los pagos de Arabia Saudita, siendo 44 de ellos de China, 19 de España, 16 de los Estados Unidos, 14 de Turquía, 13 de la India, 12 del Reino Unido, 11 de Italia y 11 de Alemania. De hecho, nada menos que el 10% de los científicos españoles “muy citados” habrían mentido.
“Para algunas universidades árabes, una colaboración académica significa pagar en privado a un científico extranjero para que declare falsamente que su lugar de trabajo principal es esa universidad”, explica Alhuthali. “Todos debemos unirnos para detener esta perturbadora bufonada académica”.
La oferta
Según detalla, las ofertas saudíes tienden a considerar la exigencia de incluir “coautores fantasmas” de ese país en estudios científicos “muy citados”, sin que dichos académicos participen realmente en el proceso. Asimismo, pagarían para la publicación de estudios en revistas especializadas del máximo prestigio, siempre que se incluya un nombre saudí.
Relató que él mismo recibió un llamado para firmar fraudulentamente estudios el pasado 31 de enero, por parte de uno de los académicos españoles mediante un correo electrónico que rezaba “querido profesor Sakhr Alhuthali, usted ha sido propuesto para ser mi colaborador de investigación en la Rey Abdulaziz, debemos ponernos en contacto para coordinarnos. Puedo ayudarle en su trabajo y también puedo incluirle en varias líneas de investigación de mi laboratorio. Por favor, respóndame brevemente y dígame su opinión e ideas sobre nuestra colaboración. Puedo incluirle en varios estudios científicos”.
“Esto no es una colaboración mutua, esto va contra la ética. ¿Es así como se supone que debo ascender?”, cuestionó el químico ante sus pares saudíes, comparando este fraude con “los matrimonios concertados en Oriente Próximo”.
Añade que “esto cada vez más parece un zoco (mercado), en vez de conocimiento científico”.
“Si las universidades saudíes quieren atraer a científicos muy citados, deberían hacer todo lo posible para que vivan aquí —como hace el futbolista Cristiano Ronaldo—, en vez de aprovecharse de sus estudios a distancia”, critica el científico, indicando que si bien apoya que se trabaje con su país en la ciencia, “una colaboración internacional justa se basa en compartir conocimiento, no en compartir afiliaciones”.
Él mismo, recalca, ha estudiado y trabajado por 13 años en el extranjero gracias a ayudas estatales para con ello ganar prestigio, pudiendo ayudar a mejorar el posicionamiento de su país: “No necesito pagar a nadie para que me incluya en estudios al azar”.