Cúmulo estelar Omega Centauri | NASA

Investigadores chilenos encuentran evidencia de que la Vía Láctea pudo haber devorado a otra galaxia

Por Sara Jerez
Con información de Comunicado de Prensa.

30 julio 2025 | 11:06

Un estudio liderado por investigadores chilenos, encontró evidencia de que la Vía Láctea pudo haber devorado a otra galaxia en el pasado y la prueba de ello estaría en el cúmulo estelar Omega Centauri (ω Cen), a unos 17.000 años luz de la Tierra.

“Nuestro análisis respalda la hipótesis de que ω Cen podría ser un cúmulo estelar nuclear de una galaxia acrecentada por la Vía Láctea“, dice el paper publicado recientemente en la revista Astronomy & Astrophysics.

Este hallazgo corresponde a astrónomos y biólogos del grupo PhyloGal, respaldado por el Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio) y el recién terminado Núcleo Milenio para la Evolución Reconstruida del Medio InterEstelar (ERIS).

El equipo utilizó herramientas propias de la evolución de las especies
para desentrañar el pasado de Omega Centauri
, el cúmulo estelar más masivo y
enigmático de nuestra galaxia.

En concreto, aplicaron técnicas de filogenética -comúnmente usadas en biología para reconstruir árboles evolutivos entre organismos- al estudio de estrellas.

El resultado: la detección de una población estelar inédita y nueva evidencia de que Omega Centauri podría ser el núcleo remanente de una antigua galaxia devorada por la Vía Láctea.

“Lo que hicimos fue construir árboles filogenéticos, pero en lugar de especies
usamos estrellas”, explica Francisco Cubillos, investigador asociado del iBio y uno de los impulsores del estudio.

“Esto nos permitió entender no solo qué tipos de estrellas hay dentro del cúmulo, sino cómo se relacionan entre sí en términos de su origen y evolución química“, añade.

Omega Centauri
*Imagen de Omega Centauri | Crédito: Observatorio Europeo Austral (ESO)

Estudiando la Vía Láctea con un nuevo enfoque

Hace casi 4 décadas, se descubrió que las estrellas en cúmulos globulares no comparten todas las mismas propiedades químicas. Desde entonces, la naturaleza
de estos objetos celestes se ha transformado en uno de los misterios más desafiantes de la astronomía moderna.

Este nuevo análisis con miras interdisciplinares ha permitido revelar linajes estelares diferentes, ayudando así a comprender cómo se podrían formar los cúmulos más masivos.

Encontramos una población muy antigua, otra similar a las que se observan en cúmulos globulares tradicionales, y una tercera que parece haberse formado in situ, dentro del propio Omega Centauri, lo que cambia completamente la manera en que podríamos estudiar este objeto”, detalla Cubillos.

Además, los resultados coinciden con hallazgos de otro equipo internacional que usó técnicas más convencionales y una base de datos más amplia. “El hecho de que hayamos llegado a conclusiones similares con menos datos y otro enfoque es una gran validación de la herramienta que estamos proponiendo”, afirma el científico.

Esta investigación es un ejemplo de cómo la ciencia interdisciplinaria puede abrir caminos insospechados. El equipo de PhyloGal, de hecho, lleva años aprendiendo de estas metodologías biológicas para aplicarlas en contextos astronómicos más simples, hasta que decidieron aplicarlas al complejo caso de Omega Centauri.

“La clave fue darnos cuenta de que tanto la biología como la astronomía comparten un lenguaje matemático común”, comenta Cubillos. “Eso nos permitió adaptar algoritmos filogenéticos a nuestros datos estelares y extraer
información que de otra forma habría sido invisible”.

Referencia:

P. Jofré1,2, C. Aguilera-Gómez, P. Villarreal4, F. A. Cubillos y otros autores. Studying stellar populations in Omega Centauri with phylogenetics. Revista Astronomy & Astrophysics, 2025.