El FC Barcelona presentó este jueves la maqueta del proyecto de remodelación de su estadio Camp Nou, que aumentará la capacidad de asistentes y destacará por ser completamente abierto, sin fachadas y con una enorme terraza panorámica.
“Será un estadio único, una referencia para los otros estadios (…) Un Camp Nou abierto, atractivo y que será un nuevo icono de Barcelona”, celebró el presidente del club catalán, Josep Maria Bartomeu, en un acto en la grada del coliseo.
“Es una grandísima noticia para todos, aunque cada uno lo podremos disfrutar de forma diferente, unos jugando, otros mirando“, bromeó el capitán azulgrana Andrés Iniesta que, con 31 años, podría estar retirado cuando culminen las obras, en 2021.
Inaugurado en 1957, el estadio del FC Barcelona, novedoso en su momento y todavía uno de los campos con mayor capacidad del mundo, se había quedado desfasado tanto en su estructura como en sus servicios respecto a los coliseos de otros clubes punteros de Europa.
Con la remodelación, encargada al estudio de arquitectura japonés Nikken Sekkei, aumentarán las localidades de 99.350 a 105.000, mejorarán los accesos y los servicios de restauración y se introducirán nuevas tecnologías.
Además, tendrá una cubierta de 47.000 metros cuadrados cubriendo todos los asientos, equipada con un sistema para recoger la lluvia y reutilizarla para el regadío y con placas fotovoltaicas.
Pero lo más sorprendente es el diseño: será un recinto abierto, sin fachada y con tres enormes terrazas. La más elevada tendrá vista panorámica de toda Barcelona, desde el mar a la montaña.
Las obras, presupuestadas inicialmente en unos 420 millones de euros, se empezarán en 2018, y deberían culminar antes de la temporada 2021-2022 sin afectar a los partidos del Barcelona en casa.
En el terreno financiero, el club busca un acuerdo de patrocinio del estadio que “financie todas las obras”, dijo Bartomeu, quien también espera reducir la actual deuda del club de 328 millones de euros. En la temporada 2015 obtuvo 608 millones de euros de ingresos.