Cuando piensas en pornografía probablemente se te vengan a la mente varias cosas, pero belleza -en un sentido delicado y artístico- probablemente no sea una de ellas. Por eso, el trabajo de la fotógrafa francesa Sophie Ebrard es tan sorprendente.
“It’s just love” (Es sólo amor) es el nombre del proyecto fotográfico de esta artista, quien logró colarse en el mercado de la pornografía y rescatar eso que no vemos en las explícitas escenas sexuales.
Según relata el diario electrónico estadounidense The Huffington Post, Ebrard siguió por 4 años al director de películas pornográficas Gazzman y tomó algunas capturas de lo que sucedía mientras rodaban.
El resultado es inesperado, pues no se trata de grotescas escenas sexuales, sino que de un retrato humanizado, donde se ve a compañeros de trabajo compartiendo, haciendo ajustes para que el trabajo salga bien y hasta bromeando.
Roderick Van Der Lee, curador de la exposición de Ebrard en Amsterdam, señaló que actualmente nos hemos vuelto cada vez más insensibles a las imágenes de sexo, porque se ha vuelto cada vez más explícito y presente, sin embargo, esta muestra representa emociones como la ternura, la humanidad y la diversión, sin ser explícita, ni caer en los típicos clichés con los que se ha retratado a esta industria.
De hecho, en algunas fotos se ve a chicas recibiendo instrucciones del director, a un actor planchando su camisa mientras está desnudo, a algunos cansados o incluso aburridos.
Y es que la idea de Ebrard era presentar el porno tal como es, sin lujos, ni coreografía, o arreglos. Ella asegura que aunque estar en un set de pornografía es algo en cierta medida “loco”, lo que vio no era tan malo. “Es una industria como cualquier otra”, comentó. La artista asegura que su idea era mostrar algo íntimo, pero dejando de lado el voyeurismo.
“Logré encontrar la belleza. El porno puede ser bello en realidad”, comentó Sophie en declaraciones recogidas por el portal cultural Creative Review.
A continuación, te mostramos algunas imágenes de la colección.
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