El piloto francés Sébastien Ogier y su copiloto Julien Ingrassia (VW Polo-R) se proclamaron campeones del mundo de rallies por tercera vez consecutiva, tras ganar este domingo el Rally de Australia en Coffs Harbour.

“Es fantástico, un resultado increíble. Era nuestro objetivo y podemos estar orgullosos de nosotros mismos, ya que era muy difícil. Es mágico”, dijo el francés al llegar al punto terminal de la 17ª y última prueba especial, la Power Stage, que le dio tres puntos adicionales.

Además del tercer título mundial, Ogier agranda su leyenda con su 31ª victoria en una prueba del mundial de rallies y supera, por ejemplo, al finlandés Marcus Grönholm, vencedor en 30 carreras y dos veces campeón del mundo, aunque aún está lejos de su compatriota Sebastien Loeb, ganador de nueve campeonatos del mundo.

Más que la victoria, lo que ha impresionado de Ogier este fin de semana ha sido su manera de ganar: obligado a abrir la polvorienta pista australiana viernes y sábado al llegar como líder del campeonato, Ogier tomó muchos riesgos para mantenerse en el grupo de cabeza, sin haber cometido ningún error grave.

El sábado por la tarde tomó el liderato de la prueba, tras la disputa del tramo especial ES12, y ya no abandonó esa privilegiada posición.

El domingo por la mañana, se dio el lujo además de firmar el mejor crono en los cinco tramos disputados (ES13 a ES17), en lugar de regular un poco para asegurarse terminar la prueba y ganar el mundial.

“Desde hace dos años, siempre gané el rally en el que me coroné campeón, y me gustaría repetirlo”, advirtió el sábado por la noche.

El domingo reiteró sus intenciones. “Hemos rodado a tope todo el fin de semana, por lo que no iba a cambiar de ritmo en los últimos nueve kilómetros y hemos disfrutado una última vez”, dijo tras completar la ES17.

“Este tercer título es aún mejor, puesto que llega tras una temporada casi perfecta hasta ahora, salvo un pequeño problema mecánico una vez (en Argentina). No se puede criticar al equipo porque forma parte del juego y la mayor parte del tiempo me dan un coche perfecto. Realmente ha sido una temporada fantástica, será difícil hacerlo mejor”, declaró el francés, una vez ya convertido en campeón.

Tercer título para Volkswagen

El podio australiano lo completa su compañero de equipo, el finlandés Jari-Matti Latvala, segundo a 12 segundos, y el británico Kris Meeke (Citroën DS3), tercero a 32 segundos, quien resistió todo el fin de semana a los pilotos de Volkswagen.

“Estoy un poco decepcionado en el plano personal, pero muy contento por el equipo (…) Me faltó algo el viernes y el sábado por la mañana. Sébastien fue mejor que yo”, admitió Latvala, ganador de dos rallies esta temporada (Portugal y Finlandia).

Colocando a dos de sus pilotos en el podio, como ocurrió a menudo en esta temporada y a falta de las carreras de Córcega, Cataluña y País de Gales, Volkswagen se asegura también un tercer título de constructores consecutivo.

Los otros dos grandes equipos del campeonato, Citroën y Hyundai, apenas pueden seguir el ritmo del constructor alemán, que ha ocupado 20 de los 30 puestos de podio en las 10 carreras disputadas en lo que va de temporada.