La polémica se desató después de que el diseñador belga, Olivier Debie, mostrara por internet las similitudes entre el logo del Teatro de Lieja que él creó y el logo de los Juegos Olímpicos de Tokio-2020, recientemente desvelado.
“El nuevo logo de los Juegos Olímpicos de Tokio-2020 frente al logo del Teatro de Lieja cuyo proyecto inicial data del 2011…Increíble. Incluso utilizaron la misma fuente tipográfica…”, publicó en Facebook el Studio Debie, que acompaña el comentario con una imagen presentado los dos logos.
Contactado, Olivier Debie dijo estar “un poco perplejo” y planea presentar una denuncia.
“Cuando superpuse los dos diseños, parece difícil creer en las coincidencias”, dijo a la AFP, añadiendo que su diseño lleva dos años siendo compartido en las redes.
Concebido por el creador nipón Kenjiro Sano y su sociedad MR_Design, el emblema de los JJOO de la capital japonesa, presentado el 24 de julio, representa según el autor una ‘T’.
La estética de la letra ‘T’ del centro del logo japonés recuerda a la ‘L’ elegida para protagonizar el logo del teatro de Lieja, con unas formas geométricas similares. Las tipografías utilizadas para las palabras ‘Tokio’ y ‘Teatro’ presentan trazos comunes.
- Carta al COI -
Preguntados por la AFP, los abogados de Debie y del Teatro de Lieja, Philippe Mottard y Alain Berenboom, respectivamente, dijeron que “querían que se dejase de utilizar el logo en cualquier circunstancia”.
Para ello, deben enviar una carta al Comité Olímpico Internacional (COI) en Lausana pidiendo el “cese de uso del logo”. En caso de no obtener respuesta, los dos abogados podrían acudir a la justicia belga -y posiblemente la suiza- por infracción de los derechos de propiedad intelectual, pidiendo sanciones.
“Confío en la justicia, a menos que los japones puedan probar que son los creadores y que no se inspiraron en el logo de Olivier Debie”, explicó Mottard.
Otra similitud fue encontrada rápidamente con una imagen creada por la empresa española Hey Studio para una aplicación de fondos de pantallas para smartphones “Wall for Japan”, en apoyo a las víctimas del tsunami de 2011.
Desde que el diseñador belga expresara su sorpresa, las redes sociales se incendiaron y los principales medios japoneses pusieron sus miras en esta historia.
La página web de la empresa del diseñador japonés es inaccesible, y sus cuentas de Twitter y Facebook están cerrada, sin que sepamos desde cuando.
Su oficina, con la que la AFP no ha podido ponerse en contacto todavía, declaró a los medios “no poder responder” y espera que las preguntas se dirijan al comité de organización de Tokio-2020.
El portavoz del gobierno, Yoshihide Suga, por su parte señaló que el “diseño antes de hacerse público, fue objeto de una investigación en Japón y el extranjero para asegurarse de que no hubiera ningún problema con una marca ya existente”. Preguntado sobre las semejanzas entre ambos logos, rechazó hacer comentarios, mientras sonreía.
Esta polémica del logo llega en plena crisis tras el abandono del proyecto del nuevo estadio olímpico debido a su elevado coste.