La historia que leerá a continuación es cien por ciento real. No fue tomada de una novela, ni tampoco un cuento que fue pasando de generación en generación.

Y es que un hecho ocurrido en 1994 relacionado con el ambiente del patinaje sobre hielo de Estados Unidos fue ‘de película’. Amor, matones, envidia, policías… todos ingredientes que suelen tener algunos de los éxitos de Hollywood.

¿Los protagonistas? Nancy Kerrigan y Tonya Harding, las dos mejores exponentes estadounidenses de la disciplina de los 90′, quienes al luchar por el podio en cada campeonato al que concurrían terminaron generando una especie de ‘rivalidad’.

Pero no solo la gran competitividad y talento provocó ‘desencuentros’ entre las deportistas. También el carácter de ambas fue detonante de los futuros problemas que nacerían, como recuerda el portal ABC.es: Mientras Kerrigan era una morena adorada por la prensa y los fanáticos por su belleza y simpatía, la rubia Harding no lograba provocar lo mismo en el ambiente debido a su actitud poco amable.

El brutal ataque a Kerrigan

La rivalidad entre ambas patinadoras ya estaba instalada, cuando Nancy Kerrigan debió enfrentar uno de los episodios más complicados de su vida.

Resulta que la deportista fue brutalmente atacada por un -hasta ese entonces desconocido- al terminar un entrenamiento el 6 de enero de 1994, de cara al Campeonato Nacional de Detroit. Eso sí, siempre pensando en los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehammer que se desarrollarían un par de meses después.

¿Que ocurrió? Tras ser abordada por un sujeto, este la botó al piso y le pegó en varias ocasiones en la rodilla con una barra de hierro, en uno de los hechos más ‘turbios’ de la historia del deporte.

“¿Por qué?” gritaba entre lágrimas una y otra vez la afectada, mientras era atendida por personal médico, como lo muestra el siguiente video de la televisión norteamericana que rápidamente fue difundido en todo el Mundo.

https://youtu.be/voUMQrLy_uY

Harding: Sospechosa de autoría intelectual de la ‘golpiza’

Pero el ataque del misterioso sujeto a Kerrigan pronto tomaría ribetes hasta ese momento insospechados. Rápidamente el nombre de Tonya Harding, la ‘archirrival’, comenzaba a ser involucrado en el caso.

Y es que para la policía de la época no hubo dudas: La intención del victimario era acabar con la carrera de Kerrigan o, al menos, impedir que fuera a los citados JJ.OO.

‘¿Quién se vería beneficiado sin Nancy en competencia?’, deben haberse preguntado los investigadores que de inmediato pensaron en Tonya como una ‘sospechosa’… ¡Y no estuvieron equivocados!

Con el paso de los días y el avance de los peritajes todo indicaba que Harding -que ganaría con facilidad el torneo de Detroit- sí estaba involucrada en el caso. Prueba de ello fueros las detenciones de su guardaespaldas, un amigo y hasta su ex esposo.

Este último -Jeff Gillooly- sería quien terminaría aceptando su participación en el ataque ante los tribunales el día 1 de febrero de aquel año, y hasta mostrando evidencias como recibos bancarios y cuentas de teléfono que daban cuenta de la participación de su ex novia. ¿La razón? Aportar a la investigación para ser sentenciado con un delito menor.

“De acuerdo con Gillooly y su abogado, Harding habría planeado y dado la aprobación final a la agresión a su rival el pasado diciembre, tras realizar una pobre actuación durante un campeonato en Japón”, relataba la prensa en aquella época, como explica el portal ABC.es.

CRAIG STRONG / AFP

CRAIG STRONG / AFP

Jeff Gillooly, ex marido de Tonya Harding | AFP

Jeff Gillooly, ex marido de Tonya Harding | AFP

La mejor ‘revancha’ de Nancy Kerrigan

Pese a que la golpiza pudo costarle su carrera, Nancy Kerrigan decidió no rendirse y se preparó física y mentalmente -mientras avanzaba el caso en tribunales- para llegar a tiempo a los Juegos Olímpicos, la competencia más importante del año.

Y lo logró. Tras intensos días de entrenamiento la ‘niña linda’ del patinaje estadounidense logró superar su lesión a la rodilla y dijo presente sobre la pista de hielo.

Fue en ese contexto que Kerrigan tuvo la primera muestra de justicia, luego de que se quedara con la medalla de plata tras realizar una rutina casi perfecta.

¿Y qué ocurrió con Harding? Quizás ‘presa’ de la presión y hasta de las amenazas de muerte que recibió por el caso, la ruda patinadora no logró brillar y se quedó en un pálido noveno puesto.

“¿Tonya me ha visto patinar? Lo han hecho millones de personas. No he prestado atención”, afirmaba -para muchos con tono irónico- Nancy tras colgarse la presea plateada, ante los aplausos tímidos de su rival.

JOHN MOTTERN / AFP

JOHN MOTTERN / AFP

Nancy Kerrigan, Oksana Baiul y Chen Lu en JJOO | ERIC FEFERBERG/AFP

Nancy Kerrigan, Oksana Baiul y Chen Lu en JJOO | ERIC FEFERBERG/AFP

Resolución de tribunales y el ocaso deportivo de Harding

Finalmente, el FBI comprobó que el protagonista de los golpes fue Shane Stant, un hombre que fue contratado con el único fin de ‘sacar del camino’ a Kerrigan, de cara a los Juegos Olímpico.

¿Quiénes estaban detrás de la idea? El ex marido de Harding -para algunos por su obsesión por querer volver con su mujer- junto al guardaespaldas y amigo de la patinadora, Shawn Eckhart.

Por otro lado, en cuanto a Harding, que nunca reconoció su participación directa o en la autoría del ataque, la policía demostró que sí estuvo involucrada en la conspiración al indicar al agresor cómo llegar al pasillo donde estaba Kerrigan.

Un poco antes, la acusada culpaba a su ex esposo de querer arruinarle su carrera deportiva, pero también aceptaba que guardó silencio tras la golpiza pese a que se había enterado de detalles importantes, como el nombre del protagonista del hecho. Con esto, su condena fue solo de trabajo comunitario debido a encubrimiento.

Eso sí, la Federación Norteamericana de Patinaje la declararía persona no grata y la suspendería de por vida. Así, terminaba la carrera de Tonya Harding en esta disciplina.

Sin embargo, en 2004 Harding volvería al deporte con un breve paso por el boxeo. Fueron 6 peleas en que la ex patinadora se subió al ring y concluyó comprobando que no era lo suyo, por lo que se retiró.

Harding en el pesaje para boxear | TANNEN MAURY / AFP

Harding en el pesaje para boxear | TANNEN MAURY / AFP

Shante Stant, protagonista del ataque | FBI / AFP

Shante Stant, protagonista del ataque | FBI / AFP