Tras dirigir en agosto de 2014 el concierto denominado “Música y Filosofía”, el gran maestro nacional Juan Pablo Izquierdo volvió a conducir a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en el concierto llamado “Del Barroco a la Modernidad”, donde se abordaron obras de Handel, Hindemith y Schidlowsky, en el Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile (CEAC).
Izquierdo, es uno de los músicos más reconocidos de Chile. En la actualidad es Director Emeritus de la Orquesta Filarmónica Carnegie Mellon y Titular de la Orquesta de Cámara de Chile, perteneciente al Ministerio de Cultura. Su calidad técnica y su sensibilidad y dominio desde el podio se reflejaron en lo brillante de un Concierto de diferentes compositores, de distintas épocas y motivaciones, con una Sinfónica que -una vez más- respondió en forma brillante en todas sus secciones, con una gran armonía y cohesión de todos sus integrantes.
La presentación comenzó con “Dixit Dominus”, del músico alemán, posteriormente nacionalizado británico, Georg Friedrich Händel (1685-1759), considerado una de las cumbres del Barroco y uno de los más influyentes compositores de la música occidental y universal. Esta obra fue escrita por el artista, cuando contaba con tan sólo 22 años de edad. En ella la Orquesta fue acompañada por la Camerata Vocal de la Universidad de Chile, dirigida por el maestro Juan Pablo Villarroel, quien calificó la obra como “de juventud”, aludiendo a la corta edad del compositor al momento de estrenarla. Actuaron como solistas, con su calidad de siempre y fiel reflejo de su exitosa trayectoria, las cantantes Claudia Pereira, primera soprano; Patricia Cifuentes, segunda soprano; y Evelyn Ramírez, mezzosoprano.
Fue ésta, la primera vez que la agrupación coral interpretó esta obra, alabada por Villarroel que señaló “se afrontó la culminación de un proceso duro, difícil, porque es una obra muy pesada, de mucha complejidad”. Comentó que en ella “Handel refleja un virtuosismo extremo, todos los coros son de carácter, de mucha agilidad, de tesitura, todos muy altos, de efectos distintos. Es una obra muy entretenida y también es muy difícil de interpretar en su parte técnica”. La Camerata junto a las tres solistas, respondió con gran seguridad y coordinación vocal de los diferentes registros.
Tras la alabada composición barroca, la Orquesta dió vida a la Sinfonía “Matías el pintor”, del compositor alemán Paul Hindemith (1895-1963). Inspirada en la figura del artista plástico renacentista, Matthias Grünewald, fue estrenada por la Orquesta Filarmónica de Berlín bajo la dirección de Wilhelm Furtwängler el 12 de marzo de 1934. Esta obra fue compuesta por Hindemith, basada en la ópera del mismo nombre y es una Sinfonía completísima, con sus tres movimientos (Concierto Angélico, Sepultura y La Tentación de San Antonio). La orquesta, con la acertada dirección del maestro Izquierdo, consiguió una total unidad de interpretación que fue desde las cuerdas a los percusionistas, en ordenada sucesión de sonidos.
El concierto finalizó con la Sinfonía “La noche de Cristal”, del compositor chileno radicado en Israel, León Schidlowsky (1931), quien en el año 2014 fue galardonado con el Premio Nacional de Artes mención Música. Escrita en 1961, se inspira en los horrores del Holocausto y está compuesta por tres movimientos: Preludio, Meditación y Holocausto. En esta ocasión, la orquesta tuvo un rendimiento impresionante, y contó con un excelente acompañamiento del coro de varones de la camerata. Previamente, Izquierdo realizó un emotivo preámbulo en que se dirigió a los asistentes para comentar la expresividad de la obra de Schidlowsky, en relación sobre la barbarie nazi en Alemania, centrada en un episodio de destrucción sufrido por sinagogas y tiendas del comercio judío.
