En el mundo del fútbol existen jugadas que han trascendido a lo largo de la historia que representa este deporte, pudiendo ver a futbolistas realizar lujosas maniobras como la mítica “chilena” de 1980, o la genial “rabona” de Ricardo Infante en 1948. Cada una representa el lenguaje único de las vivencias diarias proyectadas en el balón.

¿Quien realizó alguna vez el tradicional “globito” o “vaselina” para engañar al arquero? O ¿alguno frente a sus rivales acudió a la “cachaña” para eludir a los contrarios? Sin duda, es esa la riqueza que nos entrega el fútbol y un sin fin de posibilidades que veremos a continuación, con algunas de las jugadas más emblemáticas de este deporte, y sus orígenes.

La “chilena”

El futbolista vasco nacionalizado chileno Ramón Unzaga Asla fue el inventor de una de las jugadas insignes del balompié criollo, y que precisamente lleva el nombre de nuestro país: la “chilena”.

El jugador se matriculó con una verdadera joya en 1914, en el estadio El Morro de Talcahuano, jugada que en un principió se denominó “chorera”, en honor al club en el que jugaba Unzaga, la “Escuela Chorera”.

Además de disputar en diversos clubes de la zona, el vasco representó a la selección nacional en los Campeonatos Sudamericanos de 1916 y de 1920, repitiendo la innovadora jugada en más de una ocasión, lo que se ganó la admiración de la prensa argentina, quienes re-bautizaron la maniobra como “chilena”.

Si bien en ese contexto se creó la “chilena”, fue en 1980 donde tomaría un realce histórico, en un duelo ante la poderosa selección de Argentina y Chile en Mendoza, encuentro que terminaría igualado 2-2.

En esa ocasión, el jugador de Universidad de Chile, Sandrino Castec, se anotaría un golazo utilizando este recurso, cobrando aún más relevancia para nuestro país.

Técnicamente la “chilena” consiste en una pirueta que el jugador realiza en un ángulo de 90º, saltando con sus piernas hacia adelante y recostando el esférico sobre su cuerpo.

La “rabona”

Para averiguar el origen de esta talentosa jugada hay que cruzar la cordillera para llegar a tierras trasandinas, y situarse en septiembre de 1948.

Se disputaba en ese entonces el encuentro entre Estudiantes de la Plata y Rosario Central por el torneo argentino y Ricardo Infante entraría en la historia del fútbol mundial al despacharse una espectacular jugada, a la que llamaría la prensa local “rabona”.

El delantero se perfiló y desde 35 metros lanzó una “rabona” que se fue por encima del meta rival, anotando así un gol legendario y desatando la euforia en los asistentes.

Según los medios argentinos la palabra “rabona significaba faltar o escaparse del colegio sin el consentimiento de los padres”, y en ese caso señalaron que “le sienta perfecto a la rebeldía de Infante de escaparle a la pierna menos hábil para patear con la otra, rodeando a la primera”, es ahí el origen a la habilidosa y lujosa maniobra.

En la actualidad son pocos los futbolistas que utilizan este recurso para evadir rivales o anotar en arco contrario, destacando jugadores de exquisita pegada tales como Claudio Borghi, Diego Maradona y en nuestro fútbol el nacional Matías Fernández.

A continuación uno de los últimos golazos de “rabona” a manos del jugador argentino Erik Lamela:

La “cachaña”

Aunque no es una jugada como tal, la “cachaña” se refiere a todo amague que realiza el futbolista para eludir al rival en la cancha, y su término se utiliza solamente en nuestro país.

El origen de la palabra proviene del mapudungún “cachaña” que significa engañar a alguien. Esta palabra la idearon los mapuches para denominar un “pase” en sus juegos de pelota.

Entonces, en el balompié criollo para definir esa jugada que el futbolista le hace creer que hará al rival, para luego terminar haciendo otra cosa se le conoce como “cachaña”, mientras que en otras partes es definido como “regate” o “amague”.

La “vaselina” o “globito”

Sin duda esta es una de las jugadas más lujosas y sutiles del fútbol. La “vaselina” o como comúnmente le llamamos “globito” consiste en un toque suave que pasa por encima del rival, con el fin de eludirlo elegantemente.

Además, es un recurso muy útil a la hora de marcar un gol, y ni hablar cuando se está frente al portero en un lanzamiento penal, ahí es donde toma realce la maniobra, dejando momentos de antología, como el de Panenka en 1976.

Si bien se desconocen los orígenes de la “vaselina” un futbolista logró patentarla en una mítica jugada hace muchos años atrás.

Se trata de Antonín Panenka, quien en la Eurocopa de 1976 realizó una espectacular maniobra para marcar en la tanda de penales, en el encuentro entre la extinta Checoslovaquia y Alemania Federal.

Cuando iba a ejecutar el penal, el jugador notó que el arquero se lanzaba hacia el lado en el que tenía pensado patear, así que rápidamente Panenka punteó el balón, el cual entro lentamente a la red, una genialidad.

El “escorpión”

Un arquero se atrevió a violar la gravedad y realizó una jugada que nunca nadie esperó. Se elevó hacia el cielo utilizando sus piernas, la debilidad de los porteros, y con una impresionante acrobacia dejó en silencio a todo Wembley.

René Higuita, el legendario portero colombiano fue el autor de semejante maniobra, en el duelo entre su escuadra e Inglaterra, un 7 de septiembre de 1995.

El encuentro se mantenía discreto y en una jugada el seleccionado inglés Jamie Redknapp remató a portería ignorando lo que vería él y la afición que se encontraba presenciando el partido.

Ante el remate, Higuita vio que la jugada estaba invalidada y saltó levantando su cuerpo hacia adelante, y cuando se encontró suspendido golpeó el balón con ambas piernas, por encima de su espalda, bautizando esa jugada como el legendario “escorpión”.

La espectacular acrobacia se originó graciosamente en un comercial que el portero realizó para la marca de jugos “Frutiño”, en la cual tenía que realizar una jugada imposible.

Y tras el partido ante Inglaterra el meta se refirió a la acrobacia señalando que “ojalá que la gente de Frutiño se acuerde de la oportunidad que me dio para hacer esa jugada en un comercial. Es una jugada que sirve para el espectáculo y tal vez para motivar el equipo. Ojalá, Dios siempre esté con uno. Solo quiero decirle gracias a los que siempre han confiado en mí”, simplemente una genialidad.