Un 30 de marzo de 1955 “La Roja” se preparaba para enfrentar en la final de la Copa América a la poderosa selección de Argentina en el estadio Nacional y cientos de chilenos se preparaban ansiosos para tal magno evento.

En la mañana los fanáticos, quienes pasaron la noche en las afueras del estadio, despertaban esperando comprar su entrada para la final del torneo sudamericano y lo hicieron, pero las puertas del recinto no se abrieron.

Ante la incertidumbre cientos de hinchas se abalanzaron a las puertas de acceso al estadio, buscando poder ingresar, pero la presión de un mar de gente que seguía empujando causó una mortal presa que aplastó a los primeros fanáticos, los que murieron trágicamente frente a la reja.

Pero esto no fue todo, ya que en el interior una galería provisoria cedió y selló la tragedia dejando un saldo de 6 muertos, 19 heridos graves y 500 contusos.

Ni hablar del saldo deportivo, Chile perdió la final ante Argentina.

Tras el accidente se buscaron los culpables, entre ellos los encargados de abrir las puertas, la mala administración del estadio por la venta de entradas, etc.

Pero cabe decir solo una cosa, en el estadio Nacional cabían 50 mil personas, y el 30 de marzo habían 70 mil.