Si bien nunca las hicieron públicas, las diferencias entre Arturo Salah y Aníbal Mosa al interior del directorio de Blanco y Negro SA eran patentes, pues mientras el primero pensaba invertir en las series menores, el empresario apuntaba a mejorar el plantel del equipo profesional.

Según El Mercurio “uno de los proyectos que dejará inconcluso durante su paso (de Salah) por la testera de Colo Colo está vinculado con la infraestructura. El ingeniero pretendía emular su primer paso por el Cacique como entrenador, entre 1986 y 1990, cuando se inauguró el estadio Monumental y el equipo se encaminó a la obtención de la Copa Libertadores”.

Añade que “25 años después, la estrategia tenía algunos matices. La idea de Arturo era construir un nuevo edificio para las series menores del club, que permitieran instalar galerías por el sector que da a la calle Exequiel Fernández y desarrollar una especie de fortín en torno al trabajo de todas las series del club”, aseguró a un conocedor de la interna de Blanco y Negro.

El problema -sigue el matutino- es que “este deseo chocó con los del máximo accionista y seguro aspirante a la presidencia en lugar de Salah, Aníbal Mosa. El empresario siempre insistió en focalizar los esfuerzos económicos en el primer equipo”.

“Por su origen como dueño de supermercados, a él siempre le ha importado más lo que el club mostrara hacia afuera, lo que pudiera vender”, explicaron en Macul, lo que le valió el mote de “almacenero” en la administración de ByN.

De hecho, Mosa “estaba por reducir los dineros que pasaban al Fútbol Joven, y qué decir del proyecto de Salah, que se empinaba sobre los cinco millones de dólares. Mosa estudió otras alternativas. Consultó a un arquitecto para determinar la manera de cambiar todo el sector que ocupa el primer equipo en el estadio y dotarlo de más oficinas -hoy solo hay espacio para un cuarto que utiliza el cuerpo técnico y otra pieza para el análisis de videos-, e instalaciones de descanso para los jugadores profesionales”.

En otro tema, Blanco y Negro informó a la Superintentencia de Valores y Seguros (SVS) que el propio Mosa “presidirá las reuniones del directorio y las juntas de accionistas que tengan lugar, hasta que el directorio designe un nuevo presidente en la primera reunión de directorio que se realice después de la junta ordinaria de accionistas en que se efectúe su elección”, consumada la decisión de Arturo Salah de no seguir en su cargo, lo que se hará efectivo a partir del 24 de abril.