El policía al frente de la seguridad en el estadio inglés de Hillsborough admitió el martes que su decisión de dejar abiertos los accesos a la tribuna fue “causa directa” de la tragedia de 1989.
“¿Fue ese fallo la causa directa de la muerte de 96 personas en la tragedia de Hillsborough?”, le preguntó un abogado durante las audiencias de una comisión de investigación.
“Sí, señor”, admitió David Duckenfield, de 70 años, un policía retirado que el 15 de abril de 1989 comandaba a los policías que vigilaban la semifinal de copa entre el Liverpool y el Nottingham Forest, que se disputó en el estadio de Hillsborough, en Sheffield (norte).
Los muertos eran aficionados del Liverpool que fueron inicialmente culpados de la tragedia por la propia policía y algún diario, que les acusó de estar borrachos y de haber querido acceder al estadio sin entradas.
Los hinchas del Liverpool podían acceder solamente por una puerta y una serie de circunstancias desafortunadas, como unas obras en la carretera que retrasaron la llegada de los aficionados, por ejemplo, hizo que se formara un cuello de botella en la entrada.
La policía decidió abrir las puertas y la avalancha de gente llegó hasta la tribuna y acabó aplastando a cientos de personas contra las verjas que la separaban del terreno de juego.
Además, la policía sólo permitió el acceso de una ambulancia a la cancha.
La admisión de Duckenfield culmina el proceso de rehabilitación de la memoria de las víctimas qus sus familiares han buscado durante más de 25 años.
“¿Admite usted qué cometió un fallo al no darse cuenta de que era necesario cerrar el túnel” de acceso a la grada?, insistió el abogado.
“Cometí un fallo al no darme cuenta de eso, señor”, reconoció Duckenfield.
El primer informe oficial, de 1991, concluyó que se había tratado de un accidente sin responsables.
Las familias lucharon hasta conseguir que se reabrieran las pesquisas y 13 policías aguardan juicio como sospechosos de homicidio y obstrucción de la justicia.
Además, el 31 de marzo de 2014 se abrieron las audiencias de esta nueva comisión en la que compareció Duckenfield y que pretende esclarecer hasta el último detalle.
En el primer día de su comparecencia, Duckenfield admitió además que no estaba preparado para dirigir la operación.