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Una vez más, el Teatro Nescafé de las Artes, salió adelante con su “Cascanueces” de fin de año y contó con la plena adhesión de un público fiel, que volvió a entretenerse con este tradicional ballet y en que los asistentes, en gran parte niños, empezaron a paladear la Navidad.

Dirigido por la ex primera bailarina estrella, la uruguaya Sara Nieto, y con un elenco estelar que incluyó a alumnos de su escuela y a bailarines profesionales internacionales, esta nueva versión del legendario cuento de hadas de Hoffmann, mantiene la magia del coreógrafo Marius Petipá, pero además introdujo una original puesta en escena ambientada en los años ’20 a cargo del reconocido escenógrafo Germán Droghetti.

Al compás de la música de Tchaikovski, la historia relata la Navidad en que Clarita recibe de regalo un muñeco con el que imagina que atraviesa el Reino de las Nieves, el País de las Golosinas y que son atacados por el ejército del Rey de los Ratones.

La propuesta de Sara Nieto, mostró una parte dedicada a los niños y la otra, al desarrollo de la parte técnica especialidad, con los clásicos “pas de deux”, de la Reina de las Nieves y la Reina de los Confites, además del famoso Vals de las Flores, con protagonistas premiados con largos y calurosos aplausos, de un público muy receptivo.

Al frente del Ballet Teatro Nescafé de las Artes, Sara Nieto ha logrado integrar con éxito a bailarines experimentados y algunos alumnos de su academia. Ese fue un desafío que ella se planteó desde un comienzo.

Al respecto, Sara señaló: “Para mí no existe “El Cascanueces” sin niños en el escenario porque es justamente una obra que no sólo está hecha para toda la familia, sino que también para que intervengan los pequeños; por eso, desde un principio sabía que tenían que participar. Además, es más gracioso tener ratoncitos chiquitos que se juntan con los bailarines grandes. Es un trabajo bastante duro porque no es compatible con el horario del colegio, entonces juntarlos a todos para el ensayo es difícil, pero mis niños son muy inteligentes y aprendieron rápido”.

El escenario es fantástico, muy cómodo y se pudo adaptar a la escenografía dejando espacio para los bailarines. Me gusta, es muy acogedor; además tampoco somos muchos bailarines y para nuestra compañía el escenario del Teatro tiene el tamaño ideal y le dió al ballet, mucha más calidez e intimidad”.