El próximo Mundial de básquetbol se celebrará en 2019 para no hacerlo coincidir con la Copa del Mundo de fútbol y los disputarán 32 equipos (ocho más que en España), unos cambios con los que la FIBA pretende impulsar la competición.
La Federación Internacional no ha decidido aún qué país albergará el próximo Mundial, pero ya tiene decidido esos cambios señalados “para estimular el crecimiento global del básquet, así como incrementar su visibilidad en todo el mundo” al disputarse en un año en el que no habrá ni Juegos Olímpico ni Mundial de fútbol, las dos grandes competiciones deportivas que eclipsan al resto, admite la FIBA en su web.
Ese Mundial lo disputarán 32 equipos, por los 24 que han competido en España: el anfitrión, 12 representantes de Europa, siete de América, cinco de África y siete de la Región Asia-Pacífico.
La FIBA ha unificado las confederaciones de Asia y Oceanía en esa región Asia-Pacífico para promover la competencia entre las selecciones de esas zonas.
La clasificación para el Mundial-2019 comenzará en noviembre de 2017 y se disputará en diferentes periodos, en un sistema por grupos de tres o cuatro equipos con ascensos y descensos. La FIBA también creará dos divisiones para favorecer la igualdad de la competición.
- Fase de clasificación durante año y medio -
Este sistema de clasificación, con ‘ventanas’ de competición en noviembre de 2017; Febrero, Junio, Septiembre y Noviembre de 2018; y Febrero de 2019, afectará a los diferentes campeonatos de clubes, sobre todo los que se celebran en Europa, que acoge las principales ligas del mundo, exceptuando la NBA, aumentando el número de citas de un calendario ya de por sí sobrecargado de partidos.
La FIBA ya admite en su web que los jugadores de la NBA no participarán en las ‘ventanas’ que coincidan con el periodo de competición en la liga estadounidense, pero además es difícil pensar que los equipos profesionales norteamericanos ‘presten’ sus efectivos a las selecciones, incluso en el periodo de vacaciones para ellos.
El organismo rector del básquet mundial justifica la ampliación del número de participantes en el hecho de que “en los últimos 20 años, el nivel del juego ha mejorado considerablemente y ahora tenemos 32 equipos que pueden competir al más alto nivel”.
Una justificación cuando menos discutible viendo el pobre nivel ofrecido por el subcampeón africano, Egipto, o por Irán y Corea del Sur (oro y bronce en el último campeonato FIBA Asia).
“El incremento de equipos supondrá más prestigio, exposición, espectadores e ingresos para todos los afectados”, insiste la FIBA.
En otras palabras, admite la federación, el dinero es unos de los principales impulsores de los cambios, como suele ser habitual en este tipo de modificaciones que realizan los rectores de los diferentes deportes.
- Sin participación de jugadores NBA -
Además de idear nuevos formatos, los dirigentes de la FIBA, encabezados ahora por el argentino Horacio Muratore, harían bien en negociar con la NBA que los cada vez más numerosos jugadores que participan en la liga estadounidense participen en los torneos internacionales.
El nivel de juego en España hubiese sido mucho mayor y interés por la competición también habría crecido en caso de que hubiesen participado el argentino Manu Ginóbili, el francés Tony Parker, el estadounidense Kevin Durant o el australiano Andrew Bogut.
La NBA se ha convertido en la gran competición del básquet mundial, solo comparable a los Juegos Olímpicos, pero a la FIBA no parece importarle eso, según se desprende de su web.
“Por supuesto que sería deseable contar siempre con los jugadores NBA. No obstante, hay muchos otros buenos jugadores. Además, los partidos de clasificación se convertirán en una plataforma para el crecimiento de nuevos talentos: será una gran oportunidad para el desarrollo de nuevas estrellas”, dice en su web.
Quien no se consuela es porque no quiere.