Valerie Macon | Agence France-Presse

Cambiar o morir: cómo los concursos de belleza enfrentan la presión del feminismo

10 diciembre 2019 | 03:08

La noche de este domingo, Zozibini Tunzi, representante de Sudáfrica, fue coronada como Miss Universo 2019 en los Tyler Perry Studios, en Atlanta, Georgia.

La africana se impuso ante Madison Anderson (Puerto Rico) y Sofía Aragón (México), quienes se quedaron con el segundo y tercer lugar, respectivamente.

El triunfo de Tunzi no sólo ha llamado la atención por el hecho de que proviene de un país en el que la violencia de género registra cifras alarmantes -en Sudáfrica cada tres horas una mujer es violada-, sino que también porque la joven, de raza negra, rompió con el típico estereotipo de ganadora.

Es más, durante su participación en el certamen de belleza, la modelo señaló que “el poder estar aquí hoy y ser coronada Miss Universo, con mi cabello como luce y mi color de piel, es algo realmente mágico”.

A su vez, la también activista admitió que espera que esta corona sirva para impactar “a cada niña que está creciendo de la forma en que yo lo hice y le dijeron que no era hermosa”.

En tiempos en que el tema del feminismo ha surgido con gran fuerza en el debate público, este tipo de eventos cada vez son apuntados con mayor fuerza. La idea de que un certamen ponga a competir a un grupo de mujeres en base a cómo lucen ha hecho que estos concursos ya no sean vistos con los mismos ojos en comparación a décadas pasadas.

Esta evolución hemos podido verla incluso entre las propias participantes de estos concursos, en dónde cada vez es más frecuente ver cómo alzan la voz en contra de la violencia de género.

A modo de ejemplo, en la reciente edición del Miss Universo, la representante de Brasil, Júlia Horta, señaló en su discurso de presentación que como mujer sentía el deber de hacer que escuchen su voz contra las agresiones.

“Gracias a las feministas del pasado hoy tengo muchos derechos y prometo que voy a continuar peleando por nuestras generaciones y las que siguen”, sostuvo Júlia. Pero no fue la única que dedicó este tipo de palabras.

Gabriela Tafur, representante de Colombia, destacó que en su trabajo como abogada busca justicia en diversos casos de mujeres que se ven afectadas por violencia por parte de sus parejas.

“El propósito de mi vida es poder contribuir en construir una mejor sociedad. Como abogada trabajo para proteger los derechos de las mujeres víctimas de la violencia”, comentó.

“Como Miss Colombia he viajado a mas de 25 ciudades en 7 países y he dado visibilidad a causas que la necesitan. Así que tengo el compromiso con la humanidad y siempre voy a hacer lo mejor para devolverle al mundo todo lo bueno que he recibido”, expresó.

Cabe destacar que hay participantes del Miss Universo que catalogan al concurso precisamente como una plataforma con la cual se puede alzar la voz para visibilizar este tipo de temas.

Tal es el caso de Sofía Aragón, representante de México que logró convertirse en una de las cinco finalistas.

Tras ser consultada por el animador del certamen, Steve Harvey, sobre las diferentes protestas que se han registrado en las calles de diversos países en el mundo, la modelo aseguró apoyar las demandas aunque siempre y cuando no haya violencia.

“Creo en la causa, creo en el cambio, creo en alzar nuestra voz, necesitamos ser escuchados, muchas de estas protestas son muy poderosas y pueden crear un cambio positivo, pero no creo en la violencia, porque siempre va a generar más violencia”, precisó.

“Debemos unirnos, alzar la voz, y generar un impacto de la mejor manera, ¿cómo? con una plataforma como Miss Universo, por esto estoy aquí, y eso es lo que creo que debemos hacer”, añadió.

Pero eso no fue todo, ya que en la gala de traje típico del Miss Universo 2019 realizada el viernes, las candidatas usaron llamativos trajes para mostrar al mundo sus tradiciones.

En la ocasión, lo que más llamó la atención de los presentes, y de quienes siguieron la transmisión, fue los mensajes de protestas dados a conocer por algunas de las aspirantes.

Una de ellas fue precisamente Júlia Horta de Brasil, quien desplegó un mensaje que decía: “Stop violence against women” (Paren la violencia contra las mujeres). En tanto, Sharon Pieksma (Países Bajos), Alyssa Boston (Canadá) y Vichitta Phonevilay (Laos) hicieron un llamado para frenar la contaminación en los océanos, por la legalización de la marihuana y por los incendios forestales en el Amazonas, respectivamente.

Agence France-Presse

Por su parte, también tenemos el caso de la Miss Ucrania 2018 que fue despojada de su título por ser madre, lo que históricamente ha estado prohibido en esta competencia. Según admitió la propia modelo, Veronika Didusenko, mintió al decir que no tenía hijos al entrar al concurso, precisamente para poner en el tapete este tipo de discriminación.

Aunque según el concurso fue descalificada por violar el contrato -al esconder su condición de madre y estado civil-, la modelo anunció que demandaría a la organización por discriminación.

Según explicó en aquella oportunidad la joven, interpondría la acción legal con el fin de que el concurso se modernice y termine con este tipo de reglas absurdas. De hecho, no estaba en sus planes recuperar su corona.

Estos casos han hecho evidente la necesidad de que este tipo de concursos evolucionen para que puedan seguir realizándose en armonía con una sociedad cada vez más empoderada.

De lo contrario, es casi seguro que terminará corriendo la misma suerte que otros eventos como el Miss Reef, en el cual se buscaba al “mejor trasero” en balnearios de países como Argentina y Chile, y que finalmente se suspendió.