Fotografía: ARCHIVO | Sebastian Brogca | Agencia UNO

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  • Le cuesta mirarse al espejo y definirse, pero no titubea en decir que si hay algo que la caracteriza es siempre “decir las cosas de frente”. Duela a quien le duela. Porque el estilo de la extitular de la Seremi de Salud de la Región Metropolitana no pasa inadvertido. Y no pasó durante los inicios de la pandemia. A un año de su salida del cargo, Oyarce confiesa que aún no sabe por qué la removieron; que por el nivel de contagios diarios de Covid-19 cree que ya existe una variante chilena; que el ministro Mañalich debió cambiar el equipo de Salud Pública cuando asumió la cartera; que hay que fortalecer la Atención Primaria en Salud; que no cree que habrá inmunidad de rebaño por lo menos de aquí a fin de año; y que en ámbito político su candidato presidencial, en su momento, fue Manuel José Ossandón. Hoy hoy va por Mario Desbordes, el representante de su partido. La historia es de la la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío.

    ¿Cree que se podría dar una variante chilena con el nivel de contagios que registramos actualmente?

    – Por supuesto. Yo creo que ya existe, de todas maneras. (…). Cuando las personas se empiezan a vacunar, los virus empiezan a mutar rápidamente para poder, obviamente, actuar. (…) Ellos también están siendo atacados, por lo tanto buscan una estrategia, ¿cuál?, la mutación, y esa mutación es la que ahora obviamente está ocurriendo en Europa, en todas partes del mundo, y eso puede mutar tantas veces que en un momento dado la vacuna puede no servir para nada. Ahora, las vacunas hoy día van a servir, pero si el virus empieza a mutar al final de cuentas esa vacuna es probable que no sea efectiva.

    Sin matices. Directa. Es Rosa Oyarce.

    Nació en Chillán, actual región de Ñuble, el 26 de marzo de 1957. Es la penúltima de cinco hijos del matrimonio entre José Oyarce y Esterlinda del Rosario Suazo. El primero, un transportista y agricultor de la zona; la segunda, en tanto, una agricultora que se dedicaba a la ganadería.

    Desde muy pequeña aprendió a ser autónoma, con capacidad para tomar decisiones, y perseverante. “Cuando quería algo no paraba hasta que lo lograba”, dice al otro lado de la pantalla la exseremi de Salud de la Región Metropolitana, cargo que ocupó desde el 20 de marzo de 2018, hasta abril del 2020. Independencia, como cualidad, que hasta el día de hoy mantiene y que podría explicar su salida del cargo.

    A más de un año de aquel episodio, la exautoridad fiscalizadora de la región Metropolitana realiza un balance de la crisis sanitaria que vive el país a raíz del Covid-19, transparenta sus definiciones políticas y también comparte detalles de la ciudadana Rosa Oyarce, a la que le gusta la banda de rock Queen, el grupo argentino Soda Stereo, el romanticismo de las canciones del mexicano Luis Miguel y el arte.

    ¿Estamos en el peor momento de la pandemia?

    – Estamos en la fase cuatro. (…) La pandemia tiene fases, y una de las fases más complejas es esta porque se pierde la trazabilidad. (…). Entonces, al estar en fase cuatro por segunda vez, la verdad es que todo es incierto, nada tiene un camino o un horizonte claro. Podría decir que en unas semanas esto podría ir (…) a la baja, porque ya va a haber un proceso de vacunación que va a ser mucho más intenso, va a haber más personas vacunadas y protegidas, y eso va a tender a la baja, pero eso es una suposición. Con los datos que tenemos hoy día todo dice que todavía vamos subiendo, y puede aún subir más, porque son más los contagiados. Mientras más contagiados tenemos, y más personas activas o asintomáticas estén circulando sin saber que son Covid positivo, más casos vamos a tener. (…) Esta situación puede seguir generando casos, como se puede mantener, pero yo no le veo que vaya a bajar de aquí a mañana.

    ¿Fue un error el permiso de vacaciones?

    – Pudo haber sido, pero de otra manera. O sea, las personas podrían haber tenido un permiso de vacaciones pero bajo condiciones que hubieran exigido alguna demostración de que estaban sanas. Por qué, porque se fueron a la costa, a diferentes lugares, llevaron el Covid y enfermaron a la gente en esos lados. (…) Después regresaron a Santiago, la mayoría, porque siempre la Región Metropolitana es la que sale en abundancia, en masa de vacaciones, y nuevamente empezó a subir porque eran las personas que estaban circulando y eran portadoras, y obviamente participaron de fiestas, seguramente, de actividades, de reuniones sociales, donde el uso de la mascarilla está ausente totalmente, por lo tanto las personas todas están contagiadas.

    ¿Cree que ha habido mala comunicación de riesgo en torno al Covid por parte del gobierno?

    – Por supuesto que sí. La comunicación de riesgos no fue como debiera haber sido. (…) Para mí no fue buena porque las personas no tomaron las medidas, no fueron capaces de hacer conciencia en esto. (…) Pienso que Salud Pública ha fallado en sus medidas. Siempre dije desde un comienzo que la atención primaria (…) era el lugar donde se tenía que hacer la acción. Siempre ha sido así. Las acciones preventivas están en atención primaria, por lo tanto la acción preventiva tiene que estar en ese lugar. La acción de la Seremi es fiscalizar y controlar, no tiene una función de ejecutar acciones; la función de la atención primara ahora es trazar, testear, vacunar y la pega la han estado haciendo, pero obviamente yo siento que aquí ha habido un desconocimiento del equipo de trabajo de Salud Pública que considero que no ha sido un equipo que ha estado al nivel que corresponde. Lo digo así claramente.

    ¿Qué nota le pone al gobierno sobre el manejo de la pandemia, cómo lo evalúa?

    – Hubo situaciones que se manejaron muy bien como, por ejemplo, el anticiparse a la compra de la vacunas, asegurar la compra de ventiladores mecánicos, asegurar la compra de elementos de protección personal para el sector de salud, es decir, todo eso de verdad que fueron esfuerzos titánicos porque esto fue una guerra en el mercado. Entonces, en ese aspecto yo no le podría poner una mala nota, yo creo que fue excelente. Pero en el manejo del punto de vista de salud pública yo no tengo buena nota. No le voy a poner nota, mejor dicho. (…) Cuando la población se empieza a enfermar y a llegar a urgencias es porque la salud pública está fracasando, las medidas preventivas están fracasando, todas las medidas que se pueden hacer desde el punto de vista de prevención están fracasando.

    ¿Cree que ha sido deficiente la labor de la subsecretaría de Salud Pública y de la subsecretaria en el control de la pandemia?

    – Yo no voy a decir si ha sido deficiente su labor o no. La verdad, lo único que puedo decir es que queda claro que no había conocimiento de salud pública, que hubo desconocimiento de lo que era. (…) Yo creo que al ministro (Mañalich) le faltó un equipo de él, un equipo bueno, con experiencia, con conocimientos en salud pública, salubristas. (…) Yo lo dije públicamente: ‘El ministro debió haber cambiado su equipo’.

    ¿Qué se está realizando mal en trazabilidad?

    – Lo que estamos haciendo mal es muy simple. Primero, los recursos debieron haberse puesto todos a la atención primaria, y haberse olvidado de que otros grupos hicieran trazabilidad y testeo. A la atención primaria se le ha entregado recursos, pero no han sido suficientes para poder hacer el testeo y la trazabilidad. Si se hace testeo, los resultados están retrasados en la entrega, entre tres y cinco días, y eso no creo que sea por culpa del gobierno, ni nada por el estilo, es porque los laboratorios han estado saturados de trabajo y no tienen la capacidad para poder entregar ni los informes antes. Entonces, lo que digo aquí es que cuando llegó el tema de los laboratorios, eso tenía que hacerlo todo el mundo, todo el mundo tenía que tener acceso a que pudieran hacer la PCR y ahí (se) está fallando porque no todos pueden hacer PCR, no todo el mundo ha podido hacer la técnica porque los equipamientos no han llegado o sea, ha habido aquí también un problema empresarial.

    ¿Qué pasa en la RM, una de las regiones donde menos se traza?

    – Pienso que no es suficiente el número de personas que están trazando. No se le ha dado la importancia y la relevancia que tiene la atención primaria. Siempre se le dice que es la colaboradora y no es así porque es la que hace la pega, la atención primaria ha sido la que ha hecho la pega y eso lo digo en grandes letras ¡es la que hace el trabajo! Vacuna, testea, atiende urgencias y además tiene que hacer la trazabilidad. Cuando se dice ‘se colocaron casi 11 millones de vacunas’, ¿quién las colocó?, ¿las colocó la seremi?, ¿las colocó Salud Pública?, las colocó la atención primaria (quien) es la que ha colocado todas las vacunas, pero no solamente para el Covid. (…) Es decir, las vacunas en atención primaria son muchísimas, es un programa amplio de vacunación. ¿Quién hace trazabilidad, quién está testeando? Es la atención primaria, por lo tanto los recursos tienen que ir dirigidos y cerrados para eso.

    ¿Cree que lograremos la llamada inmunidad de rebaño?

    Lo primero, no me gusta la palabra rebaño porque estamos hablando de personas, yo hablo de inmunidad colectiva. Ante eso, no creo que esta inmunidad se vaya a lograr tan pronto, por lo menos de aquí a fin de año, dado que para tener ese tipo de inmunidad, deberíamos tener a lo menos la mitad o el 50% de cada familia chilena vacunada. Es decir, que en cada casa donde vive una familia la mitad de ese grupo debe estar vacunado para así estar protegidos.

    El 26 de marzo le comunicaron a Rosa Oyarce su salida de la Seremi de la Región Metropolitana. El mismo día de su cumpleaños Nº64. Estaba en cuarentena. Fue una celebración ingrata. 13 días después, luego de terminar de firmar documentación y zanjar pendientes, abandonó la institución.

    ¿Por dónde pasa su salida del cargo?

    – La verdad es que no lo sé. No lo sé y ya no me interesa porque la verdad es que creo que tarde o temprano habría salido igual porque la verdad es que ya se habían dado muchos inconvenientes en algunas determinaciones y habría sido igual en algún momento.

    ¿Qué tipo de inconvenientes?

    – Hay muchas aristas: políticas, de celos por temas políticos también, por la imagen que yo tenía frente al público, la capacidad de decisión, la autonomía, los conocimientos, y la verdad de las cosas creo que las razones son múltiples y no tengo la explicación, no podría culpar a nadie de mi salida. (…) Cumplía con mi trabajo, prácticamente vivía para la seremi, entonces no podría decir por qué fue.

    El diputado Celis dijo que su exceso de protagonismo incomodaba a los subsecretarios Zúñiga y Daza. ¿Cree que su rol incomodaba a ambos subsecretarios o alguno en particular?

    – No sé si incomodaba, no me voy a referir a eso, porque… puede ser, pero no solamente a ellos, a muchas otras personas más. (…) Mi nombre estaba en todos lados, la gente me reconocía con mi trabajo, (…) Además, yo no estaba solamente para la televisión, yo trabajaba, yo no vivía para estar comunicando números, yo trabajaba, hacía mí pega. (…) Puede, como le digo, ser hasta una incomodidad de personas que les molestó mí autonomía, porque muchas veces se tomaron decisiones y las pudo haber afectado.

    En una entrevista dijo: “Una persona como yo, que se ha sacado la mugre por la gente, no merecía este trato”. ¿Cuál fue ese trato?

    – Fue casi como un engaño. Me mandan a cuarentena (…) y yo dije: ‘Pero si yo no tengo que irme’. Hice cuarentena por una persona que se enfermó en el gabinete de la Seremi, en mi trabajo. En medio de la cuarentena me llaman para decirme que me van a reemplazar y (…) después de eso, a los días, me llaman para decirme que tengo que dejar el cargo. (…) En todo caso yo ya sospechaba eso cuando me dijeron que me iban a reemplazar, y les dije: ‘Pero si estoy a punto de terminar la cuarentena, me quedan 3, 4 días’. No, es que necesitamos hacer este cambio. Todo eso, dije, es otra situación. Me sentí traicionada.

    Camino a la salida

    Dos puntos polémicos para la extitular del organismo fiscalizador durante la pandemia ocurrieron con el cierre de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin) en calle Huérfanos, y la fiscalización al aeropuerto de Santiago al inicio de la pandemia.

    ¿Hubo resistencia al cierre del aeropuerto en su momento?

    – Bueno, siempre va a haber resistencia porque es una empresa internacional, pero las medidas se tenían que tomar, y en eso estuvo también de acuerdo el ministro conmigo. (…) Las primeras veces que llegamos al aeropuerto, y eso está grabado, en una de las reuniones que se hizo, el hecho de haberles dicho que tenían que usar mascarilla ya era una cosa terrible y que iban a tener que disponer de mascarillas para todos. Eso ya causó mucho problema. Entonces, después salió otra persona diciendo que mascarilla no, echando por tierra todas las medidas que se estaban tomando en forma oportuna. La verdad es que ahí partió todo como con rechazo, pero yo les dije: ‘La autoridad sanitaria va a tomar estas medidas y así se va a hacer’.

    ¿Considera tardía la media que se tomó en el aeropuerto?

    Por supuesto que las medidas son tardías. Si están los antecedentes, está el conocimiento, se tiene que hacer, no hay nada más que hacer. Hoy día, yo creo que nuestro país, a lo mejor (…) habría estado mejor. Habríamos retrasado el ingreso de algunas cepas, habríamos, tal vez, retrasado tanta contaminación, habríamos sido mucho más exigentes. Al tomar medidas la credibilidad habría sido mayor. Lo que ocurre hoy día es que tenemos un problema de credibilidad. Un problema de credibilidad muy grande, la gente en mí creía.

    ¿Le pasó la cuenta cerrar el Compin de Huérfanos?

    – También, por supuesto. Yo tomé una decisión y a la media hora lo habían abierto. Entonces, era obvio, ahí se generó el primer brote, un brote de Covid positivo que fue tremendamente dramático lo que ocurrió. (…) La verdad es que siempre hubo problemas con el Compin. A mí nunca me dieron recursos para mejorar el Compin, (…) nunca nos dieron financiamiento para poder mejorarlo.

    ¿Cómo era su relación con el exministro Mañalich?

    – Fue buena. Fue buena hasta el día de hoy. De una u otra manera nos contactamos, de repente él me llama o yo también a él. (…) Bueno, él es como es, con su carácter, pero yo también tengo el mío, entonces nos conocemos en ese aspecto. Él, de hecho, no quería que yo me fuera.

    ¿Y con la subsecretaria Daza?

    – En realidad, yo no tenía problemas con ella, ninguno. (…) En general yo no tenía problemas con las personas, pero si las cosas no funcionaban. ¿Cómo funcionamos cuando las cosas no se hacen, cuando no funcionan?, ¿cómo uno lo hace?, ¿paciencia?, ¿tolerancia?

    ¿Y con Zúñiga?

    – Nunca tuve problemas con él. Encontré que siempre fue una buena persona. (…). Yo le iba informando problemas que hubiesen en algunos hospitales que tenía que resolver él, porque yo como Seremi siempre tenía que estar fiscalizando, y le informaba para que lo resolviera inmediatamente y él los tomaba. (…) Lamentablemente él no era del área de la salud, no era para ese cargo, esa es la realidad. No puede haber personas dirigiendo la salud que no tengan conocimientos, eso es fundamental. Para estos cargos se necesita conocimiento, experiencia, ser del área de la salud, tener capacidad de decisión y no haber estado en Harvard, yo no necesito ir a Harvard para esto.

    ¿Cree que el ministro Paris está en la UTI?

    – Le voy a responder con lo mismo que dije del ministro Mañalich. Este cuando asumió tendría que haber cambiado a su equipo de Salud Pública completo. Se lo dije al ministro Paris, él debió haberlo hecho también, nada más, esa es la respuesta.

    Política

    Desde el año 1993 que Rosa Oyarce es militante de Renovación Nacional (RN), partido por el que ha sido candidata a diputada en dos ocasiones sin éxito. Pese a ello, dice, en política “nunca se cierran etapas”.

    Definiciones presidenciales en su partido, ¿prefiere a Desbordes u Ossandón?

    – En este minuto el que está como candidato representante de Renovación Nacional es Mario Desbordes, (…) no tenemos otro candidato. En principio, cuando era Ossandón, me gustaba Ossandón, era mi candidato. Después teníamos a Desbordes y a Francisco Chahuán, pero Chahuán siempre inicia un proyecto y después lo deja tirado en el camino y eso hizo, así tal cual -ríe-. (…) Cuando en las primarias se defina en Chile Vamos quién es el candidato entonces ahí tomaremos el camino, tendremos que apoyar al candidato que vaya. Yo soy muy consecuente, no soy una persona que vaya cambiando de un lado para otro. (…) Me han invitado mucho a ir a otros partidos, mucho, y con harta gana he estado.

    ¿A cuáles?

    – No lo vamos a decir porque nos puede generar un problema. He estado muy entusiasmada, no crea que no. La verdad es que siempre en su partido ocurren decepciones y decepciones fuertes, ocurrió conmigo cuando asumió Marcela Sabat como senadora. Yo había sido la que la había acompañado en la lista como candidata a diputada en el distrito junto a Sebastián Torrealba, por lo tanto, si ella asumía como senadora ¿a quién le correspondía asumir como diputada? Era yo, y sin embargo, en una cocina cocinaron el cargo y se lo dieron a Tomás Fuentes que jamás había pisado una comuna en mi distrito. Yo me molesté mucho, presenté mis respectivos reclamos al tribunal supremo del partido, a la comisión política y a la directiva, por supuesto que sin tener mayor éxito, pero lo hice presente porque creo que fue una falta de respeto enorme, sobre todo en un partido que se dice hablar mucho de la mujer.

    Ha sido dos veces candidata a diputada, sin éxito, ¿cargo pendiente o etapa cerrada?

    – En política nunca se cierran las etapas. Yo fui candidata a senadora a petición por la región del Bío Bío y me fue muy bien. (…) Fui candidata a diputada a petición también, porque en ese periodo estaba el sistema binominal y se requería llevar candidatos, pero ni siquiera sabía en ese periodo qué es lo que era una candidatura, fui, como se dice, de galleta. Las primera candidaturas a diputada fueron solamente de galleta, para acompañar, entonces para mí no era un fracaso, muchos dicen ‘fracasó’. No, no fue un fracaso, a mí me invitaron, me dijeron ‘necesitamos poner una candidata del partido’ y me pusieron a mí, pero yo no tenía ninguna expectativa, porque era de acompañante. (…) Después, cuando yo quise ser candidata, que fue en las últimas elecciones, acá en la Metropolitana, en el distrito al que yo iba, me insistieron en que fuera por otro. Me cambiaron de distrito y ya había hecho campaña en el primero y la verdad es que ahí me perdí y porque llegué tarde a hacer la campaña al otro distrito, entonces fue todo mal para mí y ganancia para otros.

    Si la volvieran a llamar al gobierno, ¿aceptaría? ¿Y en qué cargo?

    – Un día esa pregunta me la hizo mi marido, y yo le dije a cualquier cargo. Si me llaman a minería a minería voy, porque cuando fui Seremi me tocó (ver) muchos temas de las diferentes áreas y en el partido participé por mucho tiempo en la comisión de Minería. Si me llaman a Vivienda, excelente. Vivienda es un tema de salud pública primordial, es un capítulo completo que yo pasé en salud pública cuando era profesora. Medio ambiente es salud pública. (…) Si me mandan a Obras Públicas, encantada, porque todos los problemas de agua que tenemos son espantosos y le digo que haría un trabajo excepcional, así que al ministerio que me manden. (…) Salud pública es vivienda, es caminos, carreteras, conectividad, medioambiente, educación, etc. Entonces, al ministerio que me mandaran soy feliz, pero como soy tan autónoma, como dicen algunos, y tengo capacidad de tomar decisiones entonces a muchos no les gusta, así que probablemente el gobierno no me va a llamar nunca.

    Ciudadana

    Rosa Oyarce es apasionada por el arte. Integró, en su momento, la Escuela de Cultura Artística de Chillán, al igual que sus hermanos. “Siempre fui muy artística, muy soñadora”, dice. También es fanática de la música. La banda de rock Queen, el grupo musical Bee Gees, los argentinos Soda Stereo, entre sus favoritos. “Tengo una mochila de CD’s”, confiesa. También es seguidora de las baladas románticas del mexicano Luis Miguel.

    ¿Cómo se define?

    – Cuando uno se mira al espejo es difícil definirse a sí mismo, pero una de las cosas que yo tengo es siempre decir las cosas de frente.

    Rosa Oyarce cree en su horóscopo -Aries-. Esto, según explica, porque le han dicho una serie de cosas de él que coinciden con ella, con su personalidad: los colores que le gustan, el carácter fuerte y una fragilidad que viene de la mano con esa rudeza.

    Estudió tecnología médica en la Universidad de Chile. Pero antes de decidirse por el área de la Salud, por su mente pasó estudiar arquitectura, odontología, y licenciatura en física. Sobre esta última, recuerda una anécdota: “(cuando) Quedé en licenciatura en física en Concepción, mi hermano me dijo: ‘Tú estás loca, esa carrera no la vas a sacar ni en diez años”, dice, soltando una risa.

    Ahora, cuenta, se lamenta no haber podido estudiar otra carrera. En una oportunidad le comentó a su marido que le gustaría haber estudiado ingeniería civil. “Con los conocimientos de tecnóloga médica la construcción hospitalaria sería de otro nivel”, dice.

    “El ministro Mañalich me puso tres meses en la construcción del Hospital de Rancagua y realmente para mí fue una experiencia espectacular. (…) Andaba todo el día con casco, con bototos en la construcción y me parece que lo hice muy bien, fue una excelente experiencia. Así como ve, he pasado por todo”, agrega.

    Luego de su salida le ofrecieron seguir en el Minsal. ¿En qué y por qué no aceptó?

    – El ministro (Mañalich) me invitó a trabajar en su gabinete, porque él, en el fondo, no quería que me fuera. (…) Y la verdad es que no, no porque (…) iba a llegar al mismo lugar. Yo no quise. En ese momento el malestar era mucho, estaba muy molesta en ese minuto y no era para nada gracioso ni gratis lo que estaba ocurriendo. Hicimos grandes esfuerzos en ese cargo.

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