Fotografía: Archivo | Agencia UNO
La senadora del Partido Por la Democracia (PPD), Adriana Muñoz, a los 71 años enfrenta el mayor desafío en su carrera política, que antes vio su llegada a la testera de la Cámara de Diputados como la primera mujer en lograrlo en la historia.
Pero hoy, el salto es mayor: a partir del próximo martes 17 de marzo Adriana Muñoz será la nueva presidenta del Senado de la República.
Y vaya el momento en que lo asume. En el periodo de los cambios más profundos del país luego del retorno a la democracia y, con un ambiente político y social convulsionado, la tarea no es nada fácil y la representante de la región de Coquimbo no duda y lo reconoce sin amagues.
“Voy a asumir en un momento muy complejo para el país, a partir del 18 de octubre pasado el pueblo se ha movilizado, y ha desbordado, en mi opinión, lo que somos las instituciones políticas tradicionales, a los partidos. La protesta social está instalada en todas las calles del país”, dijo Muñoz.
A renglón seguido, la sicóloga agregó que “eso es un escenario complejo, por cierto, para una instalación, no sólo de mi presidencia, sino que también de la legislatura del Senado desde marzo de 2020 a marzo de 2021. Es la realidad con la que vamos a tener que legislar, debatir y necesariamente buscar conducir el malestar y la protesta que hay, buscando fórmulas en que el debate exista. Instalar en el Senado un espacio de diálogo en sintonía con los cambios que el país está exigiendo”.
Lo anterior, es sólo respecto de su aterrizaje y la crisis social.
La nueva timonel de la Cámara Alta también se refirió a la inevitable propagación del coronavirus y la realización del Plebiscito el próximo 26 de abril, en que no descartó que se evalúe la implementación del voto electrónico.
Sin embargo, ante la consulta de una bancada de diputados de oposición sobre la existencia de un mecanismo para que se evalúe una eventual incapacidad física o mental de Piñera para seguir en el cargo, la senadora Muñoz fue tajante: “No soy partidaria de que a Piñera le pase lo mismo que a Allende”, dijo.
Y su postura la explicó más adelante.
-Se ve a un país cada vez más polarizado, ¿cómo analiza ello y lo que va a ocurrir?
-Lamento que un acuerdo político por la paz y una nueva Constitución haya derivado en una polarización de posiciones que entendíamos que, al firmar el 15 de noviembre este acuerdo, todas las fuerzas políticas concordaron en promover este proceso de un Plebiscito para una nueva Carta Fundamental. A poco andar, algunos sectores de la derecha borraron con el codo lo que habían firmado con la mano y se generó un descuelgue de importantes sectores que habían firmado esta acuerdo por la paz y la nueva Constitución. Por cierto, desde esa perspectiva, comienza un proceso de cierta polarización por el Rechazo y por otro lado otras personas que están por el acuerdo.
-Entonces…
-Lamento que un proceso que había sido parte de un acuerdo político, en momentos críticos complejos del país, haya derivado en una polaridad y en una confrontación compleja que está recorriendo las calles del país. Ahí el Senado puede jugar un rol importante al instalar desde el Parlamento, tanto la Cámara de Diputados como el Senado, un espacio de diálogo y ser capaces de conducir en los marcos de la constitucionalidad este proceso, de la más fina importancia. Llegar al 26 de abril y llegar a dirimir una otra opción. A Chile le costó mucho recuperar la democracia y es muy lamentable que hoy veamos atisbos de quiebres y de una complejidad que está ajena a los que habíamos vivido los últimos treinta años.
-¿Qué piensa y cómo va a enfrentar la consulta que hizo una bancada de oposición para que el Senado oficialice si existe una fórmula legal para obligar a renunciar al Presidente por incapacidad física y mental?
-Es parte también de la complejidad del proceso político que se está viviendo. Se hizo este planteamiento en sala y se radicó la consulta en la comisión de Constitución, como corresponde, y la comisión, sustentada en disposiciones constitucionales, va a dar la respuesta. Ahora, yo no estoy por un proceso de ruptura institucional. No soy partidaria del Presidente Piñera, no comparto lo que ha hecho su gobierno, tengo la mayor opinión crítica de lo que se ha instalado, pero no soy partidaria de vivir lo que vivimos después de que el Parlamento se pronunció contra el Presidente Allende en 1973.
-Entonces, no está de acuerdo.
-No estoy de acuerdo con provocar, desde el Parlamento, un quiebre institucional y vivir los horribles días que vivimos miles de personas. Muchos somos las personas que sufrieron en carne propia lo que significa un quiebre institucional y por eso aquí hay que seguir el cauce que definimos institucional y democráticamente. Y, dónde nos debemos pronunciar, si queremos una nueva Constitución, es en el Plebicisto. No soy partidaria de los quiebres institucionales porque tienen un costo político y humano en el sistema democrático.
-La presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, dijo que con estas acciones se genera “un aroma a Golpe de Estado”, ¿qué le parece?
-No señaló que es antidemocrático, sino que no lo comparto, porque no está dentro de la tradición institucional de cómo hemos ido los últimos años resolviendo las diferencias y dificultades. No sé si el Ejército el año 2020 sea el mismo del año 1973, que estuvo disponible para un Golpe de Estado. No conozco si este ejército ante una situación compleja, de posible quiebre institucional, actúe con un golpe de Estado. No estoy convencida de aquello y ojalá que nuestro ejército haya aprendido formas democráticas de convivencia, pero, es un quiebre que a mí no me gustaría que se produjera nuevamente en nuestro país. Si el presidente Piñera está disponible a renunciar, puede hacerlo. Si hay otras razones que se puedan en el camino establecer, se pueden estudiar, pero no soy partidaria de que a un Presidente elegido democráticamente, como Piñera, le suceda lo mismo que a Allende, que fue destituido por una decisión del Parlamento. No es mi planteamiento y hay que resguardar la democracia, porque nos costó muchísimo recuperar. No soy partidaria que se repita el escenario que se dio en 1973. Son quiebres institucionales que conflictúan a la democracia.
-Más allá de la forma en que se plantee, en el fondo, ¿le parece que el Presidente está incapacitado física y mentalmente para el cargo?
-Lo primero que nosotros tenemos es que, en términos formales de procedimiento legal y constitucional, tenemos que esperar el informe de la comisión de Constitución. El resto, si amerita y tiene fundamento, el establecer que el Presidente no está en condiciones ni físicas y mentales para seguir conduciendo el país tiene que decretarlo un informe médico. Nosotros no tenemos instrumentos como para llegar a respaldar el planteamiento que se está haciendo.
-Ante las imágenes que durante la semana mostraron fabricación de escudos y elementos por parte de un grupo violentista en un espacio que es usado como local por la UDI, ¿qué le parece la posible vinculación de ese partido con la llamada “primera línea” del Rechazo?
-Estoy en contra de todas las formas de violencia. Creo que usar la violencia para establecer una política de barricadas es un momento de tanta conflictividad social en nuestro país, es un gran error de un lado y de otro. Creo que la presidenta de la UDI denunció a uno de estos señores, que es uno de los principales agitadores de la primera línea de la UDI. Me parece bien que se exprese claramente que están contra de este tipo de actos de violencia, de la misma manera que nosotros en la oposición hemos reiterado que estamos en contra de estos actos vandálicos y violentos que se han desarrollado últimamente en nuestro país.
-En el contexto de la propagación eventual del coronavirus, ¿cree que va a afectar o va a determinar la postergación del Plebiscito?
-No hemos llegado a esos niveles de conversación. Estamos atentos a cómo se va a desarrollar esta enfermedad. Hemos tomado medidas tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados y entiendo que en todo el país se están tomando medidas, porque vemos en los medios de comunicación de cómo en el mundo se expande rápidamente esta enfermedad. Tenemos que analizar el proceso de aquí a abril, cuando lleguemos al Plebiscito, peor entiendo que tomando las medida, los resguardo, no debería ser un factor que intervenga en impedir que realicemos el plebiscito en abril.
-Pero, una cosa son las medidas y otra la asistencia a votar en medio de la proyección de peak de la enfermedad, ¿considera que el ausentismo que pueda generarse puede ser peligroso para la validación del acto eleccionario?
-Nosotros tenemos que considerar al coronavirus como un factor gravitante hoy en todo tipo de decisiones que se tomen. Creo que en Chile, si va aumentando la gravedad de esta enfermedad, vamos a tener que comenzar a tomar medidas. Las unversidades están buscando instalar como medida la enseñanza a distancia, lo mismo en colegios, creo que son resguardos importantes. Por cierto, avanzando estos días tendremos que ir evaluando en qué nivel avanza la enfermedad en nuestro país y tomar los resguardos necesarios para eventos como el 26 de abril.
-¿Descarta que el Plebsicito se pueda postergar a propósito de la propagación del coronavirus?
-Lo dejo en evaluación real y efectiva de lo que suceda las próximas semanas, porque puede aparecer como un elemento, además de la violencia en las calles, puede aparecer como otro que quiera torpedear la realización del Plebiscito. Estoy por no politizar el coronavirus, hasta que no tengamos antecedentes reales de lo que sucede.
-Y buscar la vía de implementar el voto electrónico, ¿le parece buena idea?
-Si hay la voluntad, está la disposición y las plataformas informáticas disponible, lo veo como una buena alternativa, como se hizo en los plebicistos de los municipios. Son todos elementos que tenemos que analizar ante un escenario nuevo frente a la expansión de esta enfermedad tan grave como es el corornavirus.