Fotografía: ARCHIVO | Museo Violeta Parra

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  • El Partido por la Dignidad irrumpió en la agenda el lunes, cuando su directiva llegó al Servicio Electoral (Servel) para inscribir la naciente colectividad. Allí se presentaron con un objetivo claro: facilitar la postulación de candidatos independientes al proceso constituyente. A la cabeza asoman figuras alejadas de la arena política. James Hamilton, María Olivia Monckeberg, y el abogado especialista en Derechos Humanos, Luis Toro. A ellos también se sumaron los músicos Ricardo “Farfán” Venegas, de Quilapayún, y el exprisionero, Claudio Narea, quien conversó con BioBioChile (BBCL) sobre su nueva incursión en la política.

    “El baile de los que sobran” sonó fuerte y seguido durante los meses de la crisis social, a partir del 18 de octubre del año pasado. Al igual que otras canciones de Los Prisioneros, que al parecer lograron cobrar la misma fuerza que tuvieron hace tres décadas en el periodo del camino al plebiscito del “Sí y el No” en 1988.

    Sin embargo, para el exguitarrista de la banda sanmiguelina, Claudio Narea, y hoy parte de la directiva del naciente “Partido por la Dignidad”, el cual fue anunciado el lunes pasado y que lidera James Hamilton, junto a la periodista María Olivia Monckeberg, pese a la misma sintonía musical, hay una gran diferencia entre el proceso constituyente actual y el plebiscito de los ochenta: “Yo creo que ahora es peor, porque en esa época teníamos esperanza. Ahora no hay esperanza”, admitió el músico.

    En todo caso, pese a ese pesimismo, Claudio Narea decidió abrir paso a su segunda incursión en una actividad que considera “una cosa bastante retorcida y oscura”, pero que aspira a transformarla.

    Su primera vez fue en 2009, cuando se presentó como candidato a diputado de la Izquierda Cristiana por el entonces Distrito 18 (Cerro Navia, Lo Prado y Quinta Normal). Y si bien en esa ocasión obtuvo un valorable 12%, sucumbió frente al duopolio: Cristina Girardi (PPD) y Nicolás Monckeberg (RN) triunfaron ese domingo 13 de diciembre, el mismo día que el presidente Sebastián Piñera pavimentó su primer desembarco en La Moneda (2010-2014).

    En su actual regreso, Narea reividica la política como mecanismo de organización social. Por eso, apuesta por el Partido por la Dignidad como un mecanismo articulador de la participación ciudadana, pero descarta de plano presentarse como opción a un cargo de representación popular.

    Buscando dignidad

    -¿Cómo se origina y se acopla a esta idea del Partido por la Dignidad?

    -Yo no fui quien empezó con ésto, pero me llamaron amigos y me dijeron que estaban James Hamilton y María Olivia Monckeberg. Me entusiasmé porque no son gente asociada a partidos políticos ya formados. Me pareció que era algo nuevo, que era interesante. No tengo una trayectoria política, pero sí tengo una opinión y ganas de que Chile se abra a todos, que no sea un Chile próspero para algunos y para el resto miserable. Me parece que es momento de dejarse de tonteras con el tema político y tomarlo como lo que es: la forma de organizarnos como sociedad y cada quien puede participar desde su lugar. Me parece que era un momento para tomar las riendas del asunto y no sólo quejarse.

    -¿Cuál es el balance de la experiencia hasta ahora?

    -No sé cuántos días se demorará el Servel en revisar todo. Creo que son siete o diez días, por ahí. Y ya la gente se podrá ir sumando a una posibilidad de abrir la democracia a personas comunes y corrientes que no se han sentido representadas por ahora con ningún partido político.

    -¿Y la figura de Claudio Narea en qué se traducirá en este partido en formación?

    -Soy parte de la directiva. Pero eso no significa que sea una directiva elegida entre nosotros. Si se quiere sumar gente la idea es escuchar y conocer otras visiones y otras personas que en ese momento a lo mejor están mucho más capacitadas que nosotros para liderar este partido. No lo sé, estamos todos aprendiendo de esta experiencia que como decía hace algunos días, creo que es pura gente que no había estado metida en partidos políticos hasta que comenzó esta crisis en el país. A partir de eso tomamos la decisión de juntarnos e involucrarnos en política.

    -El desafío inicial es el plebiscito, después la convención constituyente, y luego vienen elecciones ¿cómo van a desarrollar eso?

    -Por ahora, como estamos empezando, lo que está claro es que vamos a abrir la posibilidad de que participen independientes en la Constituyente. Esa es la idea que nos motivó y luego se verá qué viene después. Pero mientras tanto estamos solamente pensando en eso, porque es lo que está ocurriendo.

    -¿Ustedes notaban esta necesidad de canalizar la participación independiente, pensando en una especie de caducidad de los partidos?

    -A los partidos políticos no les cree casi nadie. De los tradicionales. Tienen muy poca adherencia, no entusiasman. Sin embargo, todos estamos hablando de política y mucha gente que está hablando de política hoy día porque hay una crisis en el país. Por eso creo que lo que viene ahora es pensar en los próximos pasos con calma. No pensar en las presidenciales, no me parece que sea el momento. Lo que estamos pensando es que tanta gente está descontenta con lo que está ocurriendo en Chile y nuestros gobernantes hacen oídos sordos a lo que opina la gente. Por eso es bueno armar un partido de gente que hubiera estado metida en política si no fuera por esta crisis. Lo que viene es seguir paso a paso.

    Y la música…

    -¿Y dónde queda la música inserta en su nuevo rol político?

    -Fui candidato independiente hace diez años a diputado y, por ahora, yo no tengo ningún plan de postularme a nada. Solamente quiero ayudar a que esto resulte bien y que si hay candidatos a algo, escoger a buena gente, gente sabia, noble, no corrupta, la corrupción es la que está matando a los partidos políticos. La gente no les cree porque son unos corruptos, muchos de ellos.

    -Pero, ¿y lo musical?

    -El tema musical es el principal, porque es mi trabajo. Voy a seguir tocando y no quiero pensar en estar todo el día en el Congreso, no me interesa. Pero sí me interesa participar en lo que pueda para que este país se limpie de la corrupción y que podamos tener paz, pero también justicia social en Chile.

    -En ese sentido ¿tuvo algo que ver en su decisión la irrupción de “El baile de los que sobran” en el estallido y durante la crisis social?

    -No tuvo nada que ver. Siempre me ha interesado el tema político, porque finalmente es como estamos viviendo. Es cómo nos organizamos, cómo nos cuidamos como país, como ciudadano y cómo potenciamos nuestro país. El hecho que me interese no necesariamente iba a ser acompañado de participar en política. Una vez lo intenté y me di cuenta que da lo mismo las ideas que uno tenga si no tiene plata. Por eso salió Piñera presidente, porque no tenía ninguna gran idea y tenía mucha plata. Esa forma de hacer política es dañina. Fuimos víctima de un engaño. Los tiempos mejores nunca llegaron ni pensaban llegar. Siempre eran un arreglín entre cuatro fulanos en el Congreso y esa no es forma de hacer política. Por eso estoy metido, me interesa que se limpie, que sea un trabajo digno. Ahora es una cosa bastante retorcida y oscura.

    -¿Cúal es su reflexión y comparación del plebiscito en los tiempos actuales con el de 1988?

    -Son tiempos distintos. Yo creo que ahora es peor, porque teníamos esperanza en esa época. Ahora no hay esperanza. La gente no espera y no confía en nadie. Por lo tanto, salimos nosotros y desconfían también. Y bueno ¿quién lo va a hacer? Yo creo que tiene que hacerlo gente que no estaba metida en política hasta hoy, porque tenemos otra visión. Cualquiera de los que estamos involucrados en estos días no tiene ambiciones políticas personales. Si surgen después candidatos va a ser simplemente porque no quedó otra. Estamos bastante limpios en el sentido que queremos algo para el resto y no algo para nosotros.

    “Somos distintos”

    -Y usted personalmente, ¿tiene más esperanza con este proceso constituyente y que sea mejor que el anterior?

    -Chile necesita una Constitución que nos represente a todos. Todavía no hemos tenido la posibilidad de aprobarlo. Actualmente tenemos una Constitución parchada que nace en una época oscura del país y fue ilegítima. Se ha tratado de arreglar, pero no se a tratado de cambiar las cosas más importantes. El estado subsidiario que hoy tenemos no funciona. Supongo que la gente que inventó esto pensó que iba a funcionar. La verdad es que no funciona. Funciona para algunos no más. Es bueno cambiar esas cosas. El agua es un bien escaso ahora y cada vez va a ser más escaso, entonces, tenemos que asegurar el agua como un bien nacional de uso público y que no sea de las grandes empresas como prioridad.

    -¿Considera que este proceso va a ser el del cambio real?

    -No te puedo asegurar que va a ser como esperamos, pero lo intentaremos por lo menos. Vamos a intentar que las cosas sucedan. Si uno solamente se queja por Twitter y por Facebook no vamos a conseguir nada.

    -¿Y cómo van a tratar de hacer este llamado? ¿Cómo van a encantar a la gente?

    -Somos distintos. Y la gente se ha manifestado muy entusiasmada con esto. Creo que vamos a juntar las firmas muy rápido, a diferencia de los otros partidos. El martes habían cientos de personas que quieren sumarse al partido y entregaron sus datos y todo. Va a seguir siendo así. Hay mucha gente desencantada que vio en nosotros una luz de esperanza. Ojalá que sea así. Ojalá que podamos ayudar a cambiar Chile.

    -Se ha cuestionado mucho el actuar del diputado Florcita Alarcón en el Congreso, que viene desde el mundo musical ¿qué opinión le merece su desempeño como parlamentario?

    -Yo tengo aprecio por Florcita Motuda, obviamente. Además como artista. Entiendo que, junto con Pamela Jiles, votó en contra del voto obligatorio y me sorprendió. No entiendo por qué lo hicieron. Ese tipo de cosas sería bueno que las explicara, pero yo no puedo hablar mal de él.

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