Regresiones, el indeseado efecto del confinamiento que podría estar afectando a los niños

Creditos: PEXELS
Por Bernardita Villa
La información es de Comunicado de Prensa

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Martes 11 agosto de 2020 | Publicado a las 08:34 · Actualizado a las 17:22

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Son muchos los padres que en el último tiempo han notado con preocupación que sus hijos pequeños han retrocedido en ciertos hábitos o comportamientos que consideraban consolidados en ellos.

Algunos niños o niñas que hace tiempo dejaron de usar pañales hoy se vuelven a orinar de día o de noche sin previo aviso, piden usar de nuevo su viejo chupete regalón, tomar leche en mamadera e incluso se niegan a dormir solos en sus camas.

Según advierte la enfermera Francisca González, docente de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Valparaíso y especialista en cuidados en la niñez, este tipo de situaciones corresponde a un fenómeno denominado regresión.

“Una regresión es la realización de conductas que en el contexto evolutivo y del desarrollo del niño o niña ya se habían superado. Es bastante común que esto suceda principalmente a partir de los tres o cuatro años y suele darse después de que el niño o niña sufre un cambio en su vida que le genera estrés o tras enfrentar un hecho inesperado que lo agobia de alguna manera”, afirmó.

“Opera como un mecanismo de defensa ante situaciones angustiantes, en determinados momentos, y es así como en el último tiempo se ha detectado que los cambios de rutina y alteraciones relacionadas con el confinamiento obligado por causa de la pandemia por SARS-CoV-2 están detrás de muchos de estos casos”, explica la profesional.

La enfermera precisa que este fenómeno suele afectar más a los menores de seis años, si bien también puede surgir entre quienes tienen una mayor edad y, a veces, en la adolescencia.

“El desarrollo no es igual para todos los niños y niñas. La crianza es un proceso complejo y demandante, por lo que es vital que los papás o mamás -y también por cierto los cuidadores- no duden de sus habilidades parentales si uno de sus hijos o hijas vive esta situación. Lo importante es determinar por qué se produce la regresión y hacerse cargo de ella”, acota.

Causas

Las causas más comunes de una regresión son el nacimiento de un hermano o la llegada de otro integrante al hogar, cambios significativos como entrar al colegio o al jardín, la muerte de un familiar, problemas en la relación entre los padres o la separación de ellos, por ejemplo.

“Los desencadenantes son las situaciones inesperadas o que alteran su cotidianeidad, sus rutinas o que les provocan estrés o miedo, sintiéndose y buscando el cuidado, la seguridad y la protección. Es decir, pueden ser muy diferentes o variables, y -desde ese punto de vista- desde luego que el confinamiento actual por la pandemia genera un cambio en las rutinas de los niños y niñas y es un factor capaz de generar conductas regresivas”, reitera .

Recomendaciones

Frente a esta situación, la especialista recomienda a los padres y a los cuidadores mantener la calma, transmitir cariño y seguridad al niño; evitar castigos, retos y frases negativas hacia su conducta como “pareces guagua” o “ya estás grande para…”.

“Lo primero es entender el porqué del comportamiento e identificar sus posibles causas. Esta situación se debe abordar en forma respetuosa, evitando castigos, agresiones verbales y físicas. Por el contrario, la idea es transmitir siempre al niño o niña expresiones de afecto”, dijo.

“De igual manera, si la conducta persiste en el tiempo se debe solicitar ayuda profesional, teniendo en cuenta que es un aspecto muy importante de mencionar durante los controles de salud infantil”, concluye Francisca González.

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