Rabat se tiñó de rojo y verde. Miles de voces, banderas y tambores convirtieron la capital marroquí en una fiesta interminable tras la llegada de la selección Sub 20, flamantes campeones del mundo.
El equipo fue recibido como héroes nacionales después de hacer historia en Chile. Marruecos conquistó su primer título mundial en cualquier categoría, coronándose con un triunfo 2-0 ante la poderosa Argentina en la final.
Desde el aeropuerto hasta el corazón de la ciudad, una marea humana acompañó al bus de los campeones, entre cánticos, bengalas y lágrimas de emoción.
Para muchos, el logro simboliza algo más que una copa, sino que es la confirmación de una nueva generación que ha puesto a Marruecos en la élite del fútbol mundial.
“Este título es para todo el pueblo marroquí”, dijo el capitán Hossam Essadak con la medalla aún colgando del cuello, mientras las calles de Rabat seguían vibrando con el eco de un sueño cumplido.
Además, el Príncipe Heredero Moulay El Hassan presidió este miércoles, en el Palacio Real en Rabat, una ceremonia ofrecida por el Soberano en honor a los miembros de los ‘Cachorros del Atlas’.