México terminó imponiéndose con claridad sobre La Roja por 4-1 en el estadio Elías Figueroa Brander, en Valparaíso, sellando su pase a los cuartos de final del Mundial Sub 20.
Pero más allá del resultado, un curioso episodio protagonizado por el seleccionador chileno Nicolás Córdova terminó robándose parte del foco.
Corría el minuto 67 cuando Iker Fimbres marcó el segundo tanto para los aztecas, encendiendo las alarmas en el banco nacional.
Varios jugadores de La Roja reclamaron una mano en el inicio de la jugada, apelando a una posible anulación del gol. Córdova, en un intento desesperado por revertir la situación, sacó la tarjeta verde para pedir la revisión de la jugada.
Pero lo que vino después dejó al DT en una situación incómoda. El cuarto árbitro, sin dudar, le devolvió la tarjeta.
¿El motivo? El reglamento indica que la posición de los futbolistas en jugadas de gol son revisadas por el sistema de fuera de juego semiautomático, sin necesidad de que los técnicos soliciten intervención. Finalmente, no hubo mano tras el chequeo.
Es la única instancia en que la tarjeta verde -una herramienta innovadora que permite a los entrenadores pedir revisiones específicas- pierde validez.
Lejos de alterar el curso del partido, el episodio dejó en evidencia una confusión reglamentaria en un momento clave y, sobre todo, una muestra de desesperación en la banca chilena ante un México que fue ampliamente superior.