No cabe duda que los llamados “peloteros”, que intentan ingresar drogas y otros elementos hasta el recinto penitenciario de La Serena, la cárcel de Huachalalume, en la región de Coquimbo, han sido una preocupación constante no sólo al interior del penal, también en las afueras.
Lo anterior, considerando las grandes extensiones de terreno que rodean el edificio y sobre todo, la organización que se ha formado para lograr, por todos los medios disponibles, hacer ingreso de esas sustancias.
En este contexto, una investigación de casi dos meses permitió que Carabineros especializados del OS7 de Coquimbo detuvieran a cinco personas, que fueron sorprendidas justo en el momento en que pretendían hace llegar droga al recinto.
De acuerdo a lo señalado por el jefe de la IV Zona de Carabineros, general Rodrigo Espinoza “se evitó el ingreso de más de 2.500 dosis de distintas drogas a la cárcel y se desbarató a una banda dedicada justamente a traficar estupefacientes”.
Distintos tipos de droga y a alto costo
Asimismo, cabe destacar que este procedimiento permitió la incautación de más de 400 gramos de ketamina, marihuana y pasta base, avaluadas en $3.155.000, además de una honda, cerca de $300.000 en efectivo y cuatro teléfonos celulares. Mientras que los detenidos, cuatro hombres y una mujer, pasaron ayer a control de detención.
Además, desde junio a la fecha, según Carabineros se ha evitado el ingreso de $7.588.000 en droga, equivalente a 2.502 dosis, de las cuales 1.322 corresponden a marihuana, 1.100 a pasta base, 20 a éxtasis y 60 a clonazepam.
Las drogas que se comercializan al interior de la cárcel llegan al doble del valor del que habitualmente un consumidor podría encontrarla en la calle. Por ejemplo, si el gramo de marihuana vale $4 mil, en la cárcel podría costar 8 mil pesos.
El modus operandi
El director regional de Gendarmería, coronel Rubén Pérez, se refirió a la manera en que diversas de estas organizaciones operan.
“Se va produciendo un paulatino poblamiento de los terrenos aledaños, muchas veces gente de esfuerzo pero también combinadas con personas relacionadas a la población penal o por afinidad”, sostuvo el director regional.
Asimismo, el coronel Pérez subrayó que hay sujetos que “han intentado ingresar elementos extraños al recinto, valiéndose de drones. Por eso, nos hemos dotado de antidrones. Asimismo, la Subsecretaría de Prevención del Delito también está utilizando tecnología valiéndose de drones, actuando de manera semanal, junto con las policías”.
Según comenta, lo que se busca es determinar con precisión “cómo las organizaciones criminales se articulan y se coordinan desde el interior hasta el exterior. Lo claro es que no porque una persona se encuentra privada de libertad detiene su actuar ni se desvincula de las redes que le prestan colaboración”.
Una vez que las autoridades toman acciones decisivas, hay un despliegue al interior del penal, según indica el director regional de Gendarmería. “Las principales acciones buscan saber dónde específicamente caen estos lanzamientos y evitar que los internos los hagan circular dentro del establecimiento y por ende que se produzca su distribución”.
“Esto también conlleva un nivel de exposición física importante de parte del personal, porque es en este contexto en que muchas veces la población interna ofrece resistencia y nuestro personal tiene un alto nivel de exposición física. Han habido agresiones”, finalizó.