Maribel Fornerod | Agencia UNO

Derecho, ingenierías, medicina: detectan falencias en inclusión social de carreras "prestigiosas"

17 marzo 2021 | 11:03

El estudio “Las élites académicas universitarias en Chile. Perfiles, vivencias y percepciones sobre el éxito del alumnado y el rol de las instituciones universitarias de élite en los procesos de reproducción y movilidad social” arrojó que pese a que carreras consideradas como “prestigiosas” promueven un acceso social inclusivo, este es controlado, con falencias en su implementación y alcance.

La investigación Fondecyt tardó más de tres años en completarse e incluyó a seis programas de esta naturaleza: medicina, ingeniería comercial, ingeniería civil, derecho, literatura y actuación, en cinco universidades “altamente selectivas”, tanto públicas como privadas.

En total se encuestó a 2.341 estudiantes de todas las regiones del país, se entrevistó a diversos actores educativos, como directivos, docentes y egresados; y se realizaron observaciones directas en las instituciones.

Una de las conclusiones de lo anterior fue que las estrategias de inclusión de alumnos diversos tienen alcances “tímidos” y son variadas en función del tipo de institución.

Así, mientras algunas carreras y universidades focalizan su acción en el apoyo económico a alumnos con mérito, otras se abren a estudiantes con algún tipo de talento, pero sin modificar los niveles de exigencia de ingreso.

“A pesar de estas diferencias, todas comparten la idea que esta apertura a la diversidad no puede hacerse a costa de su calidad académica”, señaló Maria Luísa Quaresma, directora del proyecto e investigadora de la Universidad Autónoma.

Similitudes y diferencias

Respecto de las similitudes entre las “universidades de élite”, el estudio destacó aspectos como el origen socioeconómico de los estudiantes. En su mayoría los alumnos pertenecen a las clases altas y medias-altas.

En contraste, las diferencias entre estas universidades se relacionan con sus distintos niveles de prestigio educativo, es decir universidades privadas versus públicas, o tradicionales versus nuevas.

A eso se sumaron las distintas posibilidades que dan a los egresados para insertarse en posiciones de poder y liderazgo y los distintos proyectos educativos de estas instituciones.

Por una parte hay unos más preocupados con el servicio público (universidades públicas), mientras otros apuntan a la formación de profesionales para el ejercicio de posiciones de liderazgo empresarial o a la educación en valores cristianos.

Origen social del alumnado

En cuanto al origen social del alumnado, el análisis mostró que los estudiantes que asisten a estas carreras y universidades provienen de familias con elevado capital económico y residen en comunas del cono de alta renta, especialmente de la zona nororiente de Santiago.

En tanto, sus padres ocupan posiciones de gestión de empresas y sus antepasados (padres y abuelos) terminaron, en su mayoría, la educación superior.

Además, estas familias comparten altas expectativas en estos alumnos y a lo largo de su formación académica se han involucrado en sus tareas escolares.

Respecto a sus estudios secundarios, los encuestados de estas universidades cursaron su educación básica y media mayoritariamente en colegios particulares pagados, un 66% del total de la muestra.

Por otro lado, los estudiantes provenientes de colegios particulares subvencionados son un 24% de la muestra, mientras que la educación municipal comprende solo un 10% de ella.

Estas características hacen que los alumnos de nivel socio-económico medio y bajo declaren vivenciar dificultades para encajar, en los primeros años, en el contexto social de élite, teniendo problemas para identificarse con los otros y, en consecuencia, para hacer amigos en el espacio universitario.

“Además, algunos de estos estudiantes relatan dificultades de adaptación académica, principalmente por la falta de estrategias de estudio y uso adecuado del tiempo, pero también porque las clases exigen un background cultural que ellos no comparten, generando una sensación de ‘hacer preguntas poco pertinentes’ lo que a la larga les autoexcluye de la participación dentro de la sala”, agregó Quaresma.

En tanto, la indagación determinó que otros estudiantes viven dificultades de adaptación social, lo que se expresa en la percepción de estar insertos en ambientes socialmente cerrados y, en algunos casos, extremadamente conservadores.

Algunos incluso describieron situaciones de discriminación por parte de los docentes hacia todos los que se encuentran “fuera del estándar” y dijeron percibir la existencia de un “arquetipo” de alumnos, que responde a cierto fenotipo, valores y rendimiento académico al que deberían responder.

“Gran parte de este grupo se siente como ´pez fuera del agua’ en estas instituciones, lo que les produce miedos, inseguridades y frustraciones”, agregó la especialista.

Excelencia y éxito

La investigación también destacó que si bien los estudiantes comparten similares percepciones sobre la excelencia y los factores de su éxito, no defienden mayormente el mérito como causa de su éxito ni asocian la excelencia a la dimensión académica.

Sin embargo, el ideal meritocrático no es descartado de sus visiones del mundo y de la justicia. Con ello, piensan que una sociedad justa es donde cada uno recibe lo que merece, más que una donde cada uno reciba lo mismo.

El mérito, por su parte, surge como narrativa de movilidad social, siendo la universidad un espacio fundamental en la transformación de la configuración y orden de la estructura social del país.

Por otro lado, se asocia al talento y esfuerzo. En este ámbito, varias de las carreras de élite captan alumnos talentosos excluidos del sistema de selección regular, pero que, por su mérito, merecen pertenecer al grupo de “elegidos”.

Universidades

Para desarrollar su estudio, los investigadores eligieron a las universidades de Chile y Católica de Chile, las que a su juicio se caracterizan “por su calidad académica y por la sobrerrepresentación de estudiantes de las clases media alta y alta”.

También seleccionaron a la Universidad de Santiago, “conocida por su calidad académica y por atraer, además de la élite, a estudiantes de las clases media y media-baja que pueden vivenciar procesos de movilidad social ascendente”, explicaron.

Además, reportaron que incluyeron dos universidades privadas creadas recientemente: Adolfo Ibáñez y Los Andes, “caracterizadas por recibir principalmente estudiantes de escuelas privadas selectivas y sectores socioeconómicos altos”, añadieron.

Aparte de Quaresma, Cristóbal Villalobos (Ceppe, UC) y Juan Pablo Valenzuela (CIAE, Universidad de Chile) participaron del trabajo investigativo.