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Domingo 27 abril de 2025 | 07:58

Con orina, cerveza y a piedrazos: el ingenio de pilotos que desafiaron la lógica en el mundo del Rally

Captura | Archivos.

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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El Copec Rally Mobil arranca con su primera fecha en Lago Ranco, Chile, pero recordamos ingeniosas soluciones de pilotos del WRC ante problemas mecánicos. Colin McRae arrastró y reventó una rueda en Argentina 1998 para seguir compitiendo. Juha Kankkunen aceleró manualmente en Finlandia 1990. Armin Schwarz usó cordones de zapatos como acelerador en Safari 1997. Richard Burns usó orina como refrigerante en Chipre 2003 y Thierry Neuville salvó su motor con cerveza en México 2014.

Este fin de semana arranca la emoción del Copec Rally Mobil y el rugir de motores tendrá su inicio con la primera fecha en el Lago Ranco, pero en la historia mundial del WRC (World Rally Championship) han surgido múltiples ingeniosas formas saltar obstáculos durante las carreras que vale recordar en el comienzo de la temporada en Chile.

Primero, si fueses piloto, ¿qué estarías dispuesto a hacer para mantenerte en carrera? Aunque hoy el automovilismo vive bajo estrictas regulaciones y tecnologías de punta, hubo un tiempo donde todo valía.

En el impredecible mundo del rally, donde los caminos son de tierra, barro o nieve y los saltos pueden mandar un auto al ‘más allá’, los pilotos han hecho de todo para sobrevivir… literalmente.

Abrimos el baúl de los recuerdos y encontramos momentos dignos de películas, donde la creatividad, el coraje y hasta la orina fueron protagonistas. Sí, como lo lees. Estas son historias que demuestran que, a veces, la locura se confunde con la genialidad.

Colin McRae y la rueda rebelde en Argentina

Una de estas joyas ocurrió en el Rally de Argentina de 1998, protagonizada por el icónico Colin McRae. El escocés dañó el brazo de suspensión de su Subaru y la rueda trasera quedó completamente trabada. ¿Solución? Arrastrarla hasta reventarla.

Así como suena. Usó un tramo de asfalto para destruir la rueda intencionalmente, enderezó el brazo de suspensión a punta de piedrazos, puso una rueda de auxilio y volvió al ruedo. Terminó quinto, y aunque Tommi Mäkinen se llevó la gloria, McRae se llevó la ovación.

No era la primera vez que McRae improvisaba. En 1995, en plena lucha por el campeonato en el Rally de Gran Bretaña, se las ingenió para meter un tronco en la suspensión rota de su Subaru.

Sí, un tronco. Gracias a ese arreglo de supervivencia llegó a tiempo al parque de asistencia… y terminó coronándose campeón del mundo. Legendario.
Kankkunen, Piironen y el acelerador manual.

El Rally de los 1000 lagos de Juha Kankkunen y Juha Piironen

En Finlandia, año 1990, durante el histórico ‘Rally de los 1000 Lagos’, Juha Kankkunen y su copiloto Juha Piironen se toparon con un problema digno de MacGyver: se trabó el cable del acelerador. ¿La solución? Aceleraron a mano.

Kankkunen se subió al capot y desde ahí, con maniobras más propias de un circo que del WRC, accionó el acelerador a pulso mientras Piironen le dictaba las instrucciones. Aunque no ganaron ese día, dejaron una historia imborrable.

Zapatillas al rescate en el Rally Safari

Armin Schwarz vivió una situación parecida en el Rally Safari de 1997, pero con un toque aún más insólito. Su copiloto, Denis Giraudet, se sacó los cordones de sus zapatillas y los usó para atar el acelerador, creando una cuerda improvisada que llegaba hasta el habitáculo.

Con esa cuerda-acelerador lograron terminar cuartos. A veces el calzado salva más que los mecánicos.

El refrigerante más humano (y sucio) del rally

Richard Burns y Robert Reid escribieron una historia para los libros en Chipre 2003. Su Peugeot se recalentaba y ya no les quedaba agua. ¿Qué hicieron? Usaron orina. Tal cual. Reid se alivió dentro del sistema de refrigeración. No alcanzó para terminar la carrera, pero sí para ganarse el respeto eterno del mundo rally.

La cerveza que salvó un motor

En 2014, Thierry Neuville fue el héroe inesperado del Rally de México. Su Hyundai empezaba a hervir y no había refrigerante a mano… excepto por una cerveza Corona que les habían entregado como parte del auspicio.

El piloto belga, muy querido en Chile, destapó la botella y la vertió en el radiador. Resultado: el motor sobrevivió y la cerveza se ganó un lugar en el Olimpo del marketing.

Entre lo heroico y lo desesperado

Estas historias nos recuerdan que hubo un tiempo en que no todo se resolvía con sensores o ingenieros conectados por WiFi. Antes, los campeonatos se podían definir con una piedra, una cuerda o un trago de cerveza. La línea entre el ingenio y la locura era tan delgada como una curva en bajada sobre barro mojado.

Hoy, este tipo de maniobras serían sancionadas por la FIA sin contemplación. Pero en esa época dorada del rally, la improvisación era parte del ADN de los pilotos. Y quizás, es por eso que estas historias siguen vivas en la memoria colectiva del deporte motor.

Porque cuando el auto no da más, cuando el equipo está lejos y el reloj sigue corriendo, solo queda una opción: hacer lo imposible para seguir. Y eso, en el fondo, es lo que hace del rally uno de los deportes más apasionantes y locos del planeta.

¿Qué sorpresa traerá este año el WRC y el Copec Rally Mobil? Cabe destacar que el Campeonato Mundial de Rally nuevamente visitará los senderos forestales del sur de Chile, en donde los mejores equipos del mundo buscarán sortear los sorpresivos caminos que han conquistados a los amantes de este deporte motor.

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