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El capo narco que trajo a sicario de Tren de Aragua para ejecutar rivales en "triángulo" de Concepción

El capo narco que trajo a sicario de Tren de Aragua para ejecutar rivales en "triángulo" de Concepción

Lunes 11 diciembre de 2023 | 11:48

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Mistral Torres (BBCL)

Escuchas telefónicas, testimonios y seguimientos permitieron reconstruir la visita de un sicario venezolano vinculado al Tren de Aragua a Concepción. En su tour por la capital penquista dejó un reguero de sangre que incluyó la ejecución de tres personas. Todo —apunta la indagatoria— por orden de un ascendente capo narco que se vengó del homicidio de su cuñado y cuyos vínculos se extienden hasta funcionarios activos de Carabineros.

La Fiscalía Regional del Bío Bío y la PDI detuvieron este sábado a Franco Llanos Armijo, sindicado como un nuevo capo narco de Concepción que trajo un sicario vinculado al Tren de Aragua para ejecutar a tres de sus enemigos.

De acuerdo a información recabada por BBCL Investiga, fue el dealer —con domicilio en el sector de Lomas de San Sebastián— quien ordenó una cadena de homicidios de adversarios, cuyos cuerpos aparecieron repartidos en un “triángulo” conformado por tres comunas del Gran Concepción. Todo como venganza por el asesinato de su cuñado ocurrido en Santa Sabina.

Se trata de una historia en la que confluyen una emboscada a plena luz del día en una de las principales avenidas de Concepción, el dateo de funcionarios de Carabineros para burlar a la justicia y una casa que fue utilizada para torturar en uno de los barrios más residenciales de Hualpén.

¿Sabís quién soy yo?

Los hechos se remontan al 20 de septiembre de 2023. Todo ocurrió en un domicilio de calle El Hornero de Parque Central. Hasta ese lugar, fueron llevados el haitiano, Woldy Decimies y el venezolano, Alexis Raúl Evaristo Patiño. El primero llegó por su cuenta. Al segundo, cercanos le inventaron una excusa para arrastrarlo. A todos les cayeron encima apenas pusieron un pie en el umbral de la puerta. Encapuchados los golpearon, los maniataron y los insultaron. Les dijeron que si no se quedaban tranquilos los iban a matar. Todos portaban armas, pero había uno que lideraba.

—¿Tú sabís quién soy yo? —preguntó el mandamás del grupo, mientras se sacaba la capucha. —Soy el Franco Llanos —lanzó.

Según reportes policiales a los que accedió este medio, Llanos corresponde al líder de una organización criminal que, en agosto de 2023, encabezó una operación para internar 134 kilos de marihuana en Concepción.

Y aunque sus intentos fueron frustrados por la PDI, quienes detuvieron a la mayor parte de su banda, su expertise le permitió no ser descubierto y seguir funcionando desde las sombras.

Familiares carabineros

De acuerdo a fuentes ligadas a la indagatoria, el imputado conoce de cerca el rubro: su padre es José Llanos Toledo. Apodado como el Paco Checho, un informe de la PDI apunta a que el exgendarme “trabaja en coordinación directa con familiares y terceros en la gestión y adquisición de remesas de drogas desde el norte del país”. “A la fecha se ha logrado establecer que se dedica activamente a la comercialización de estupefacientes”, reza el documento.

Llanos padre cuenta a su haber un nutrido prontuario policial. Incluso, uno de los escritos internos de la PDI apunta que recibió ayuda de su hermana y su cuñado, ambos funcionarios activos de Carabineros, para evadir a la justicia.

La primera es Margarita Fernanda Soto Toledo, de la Segunda Comisaría de Talcahuano. Ella —sostiene la policía civil— “entregaría información de carácter reservado a su hermano, advirtiéndole de investigaciones que se pudiesen desarrollar en su contra, como también de la presencia policial para facilitar su desplazamiento y evitar así ser detenido mientras concreta sus ilícitos”.

El marido de esta última, en tanto, corresponde a Ricardo Andrés Pérez Cáceres, de la Sexta Comisaria de San Pedro de la Paz. Este “cumpliría funciones de transportista, trasladando la droga desde el Norte del país, aprovechándose de su cargo de Carabinero para evadir los controles policiales”, estableció la indagatoria.

Emboscada del Nano Peruano

Llanos Toledo tiene también en su contra un intento de homicidio. Sucedió el 4 de abril de este año, en avenida Paicaví, una de las más transitadas de Concepción.

Allí, a plena luz del día y pese al notable tráfico vial, desconocidos le descerrajaron seis balazos. Varios de ellos dieron en sus extremidades y uno en su abdomen. Quedó grave, pero zafó. La PDI más tarde, según quedó plasmado en escuchas telefónicas, establecería que todo se desencadenó por rencillas con otro dealer con asiento en la capital del Bío Bío, el Nano Peruano.

—El Nano Peruano tenía que cobrar la plata de sus compañeros, si la hueá es como es nomás —se escucha decir a un traficante de poca monta que conocía de cerca la tensión entre ambos.

—Lo que pasa, hermano, es que el loco en vez de tener amigos se hace más enemigos po ¿cachai? —le respondieron al otro lado del teléfono en una conversación fechada dos días después de la emboscada.

El triángulo

Sea como sea, fuentes cercanas a la indagatoria cuentan que Franco corresponde a un nuevo estilo de traficante: más reacio a conversar por teléfono, más reservado y menos propenso a dejar rastros. Su impronta de líder la dejó patente el día de los secuestros en la casa de Parque Central.

A todos les hizo saber que estaban ahí por el asesinato de su cuñado ocurrido el 12 de septiembre de este año en el sector Santa Sabina. A sus secuestrados les mostró un video del homicidio que había conseguido. Sabía, casi a ciencia cierta, que ambos estaban involucrados. Así, al primero que sacaron a dar un paseo fue al venezolano, Evaristo Patiño. La misión fue encomendada por Franco a un sicario vinculado al Tren de Aragua que había traído desde el norte. Se trata de Wilmer José Díaz Díaz, actualmente detenido en Iquique. Este último estaba acompañado de otro compatriota, Kleiver Stiwar Blanco Mato, de quien también se sospechan nexos a la organización trasnacional.

Amarrado y golpeado, metieron a Evaristo a una camioneta blanca y lo llevaron por la fuerza hasta el camino a Ramuntcho, en Hualpén. En la soledad del lugar, a orillas de la ruta, lo obligaron a arrodillarse. Wilmer no sólo disparó una ráfaga directo a su cabeza con su arma de fuego calibre 40, sino también grabó la ejecución.

Antes de morir, Evaristo confidenció que él había asesinado al cuñado de Franco Llanos. También confidenció que lo había hecho en compañía del haitiano Woldy Decimies, a quien para ese entonces lo seguían moliendo a golpes en el segundo piso de la casa de Parque Central. Y también confidenció que fue por expresa instrucción de El Pasa. Es decir, del chileno Aaron Nicolás Valenzuela Flores, otro dealer local.

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A su retorno al centro de operaciones, la comitiva le informó a Franco de los pormenores de la confesión. Rápidamente idearon una artimaña junto a un grupo de personas que conocía a El Pasa para secuestrarlo. Lo consiguieron en el sector de Lomas de San Andrés. Allí lo subieron a un Volkswagen y lo trasladaron hacia el camino a Florida. A la altura del Puente 1 y a bordo del mismo vehículo, los captores le dispararon en al menos tres oportunidades en varias partes del cuerpo. La autopsia de El Pasa reza que murió por un politraumatismo esquelético y visceral. Su cuerpo quedó tirado en el mismo lugar de los hechos.

El último en ser ejecutado fue Woldy. Lo sacaron por la fuerza y lo llevaron hasta San Pedro de la Paz. Fue asesinado a la altura de la planta de Revisión Técnica. Como dictaba el modus operandi, su cadáver fue lanzado a un costado del camino.

Todos los fallecidos fueron encontrados en los días posteriores. Los hallazgos conforman un triángulo a lo largo y ancho del Gran Concepción que no sólo develan el control territorial de un nuevo capo de la droga en Concepción sino también sus vínculos con el sicariato trasnacional.

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Las detenciones

En total, por el delito de narcotráfico, la Unidad de Drogas de la Fiscalía de Concepción y la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado (Brianco) lograron la detención de siete imputados.

El operativo incluyó el allanamiento de 11 domicilios y se incautaron más de 40 mil dosis de cocaína base, 7 mil de cannabis sativa, chalecos anti corte y uno antibalas, armas de fuego de diverso calibre, municiones y vehículos.

La indagatoria respecto de los asesinatos, en tanto, estuvo a cargo de la Brigada de Homicidios de la PDI y del Equipo Crimen Organizado y Homicidios de la Fiscalía Regional del Bío Bío. Dicho operativo concluyó, además de Franco Llanos, con otros dos detenidos: Thomas Felipe Sotomayor Veloso y Javier Padilla Espinoza, todos chilenos.

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