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Ministra Orellana no le teme al efecto Milei: "En Chile la agenda de género es de todos los sectores"

Sábado 25 noviembre de 2023 | 06:02

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Agencia UNO

"Nuestro país ya enfrentó esa disyuntiva y creo que no es algo en lo que estemos en riesgo en Chile. Acá la agenda de género es algo compartido por todos los sectores", afirma la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, respecto al auge de la agenda de Javier Milei y sus planteamientos contra los derechos de las mujeres. En conversación con BioBioChile, también repasó el caso de Jordhy Tompson, el delantero de Colo-Colo formalizado por golpear a su pareja, que primero estuvo en prisión preventiva y luego con arresto domiciliario nocturno: "Nos enteramos del cambio de medidas cautelares por la prensa", acusa.

La ministra de la Mujer, Antonia Orellana, analiza y proyecta los desafíos de la equidad de género en Chile. De paso, resume los logros y dificultades a un año del registro de deudores de pensiones de alimentos.

También destaca la labor y aporte de Irina Karamanos en su paso por el gobierno, luego que el Presidente Gabriel Boric anunciara oficialmente el fin de su relación con la ex Primera Dama: “Permitió que Prodemu pasara de depender de algo super arbitrario, como una Primera Dama, a que esté integrada en los procesos del Ministerio de la Mujer“, subraya.

Asimismo, opina respecto al fenómeno de Javier Milei en Argentina y las opciones de un auge de su agenda en Chile. “Nuestro país ya enfrentó esa disyuntiva y creo que no es algo en lo que estemos en riesgo en Chile. Acá la agenda de género es algo compartido por todos los sectores”, remarca.

“Estamos revirtiendo el escenario económico de una década de empleos perdidos”

—En su opinión ¿Cuál es el mayor obstáculo para alcanzar la equidad de género en Chile?

No es una pregunta fácil. A nivel global en nuestro país, el principal obstáculo para la igualdad de género tiene que ver sobre todo con el trabajo ¿A qué me refiero? Con los problemas de conciliación de la vida laboral y familiar, del reparto desigual de las tareas de cuidado y del impacto económico que tiene esto en la vida de las mujeres.

—Y en ese contexto ¿Cómo el ministerio está abordando este desafío?

Primero, hemos presentado y aprobado en el Senado la semana pasada la ley de conciliación de la vida laboral familiar y personal. En segundo lugar, dentro y con cargo al pacto fiscal hemos propuesto Sala Cuna para Chile ¿Qué quiere decir esto? Que compartamos el costo de la sala cuna entre padres y madres y que ampliemos agresivamente la cobertura que hay hoy de sala cuna. Y en tercer lugar, es a partir de todo el trabajo que se ha hecho por parte del equipo económico del gobierno, en que estamos revirtiendo, lentamente, pero revirtiendo el escenario económico de una década de empleos perdidos durante la pandemia, porque retrocedimos una década. Y también la inflación, que nos pega especialmente a las mujeres ¿Por qué? Porque las jefas de hogar, que llevan sus casas solas, son las que ven más mermada su capacidad de consumo.

—En términos generales, se habla de que estas luchas son un tema en que toman la bandera las mujeres ¿Cómo se puede involucrar a los hombres en la lucha por la equidad de género? ¿Le parece que debieran hacerlo?

Primero, yo creo que la lucha por la igualdad de género es algo que beneficia a todos y todas. Es decir, cuando desarrollamos proyectos, espacios más amables para la maternidad, no estamos beneficiando solo a las madres, son mujeres. Sino que estamos beneficiando también a la infancia, al futuro. En segundo lugar, esto también trae beneficios para los hombres. Por ejemplo, la misma idea de una sala cuna corresponsable le entrega a los padres también la posibilidad de ser ellos quienes provean. Eso a partir de su trabajo, el derecho a sala cuna. Y en tercer lugar creo que, en el cambio cultural que se ha producido en las últimas décadas, también le ha dado a los hombres otras posibilidades que antes eran muy cerradas. Como, por ejemplo, todo lo que tiene que ver con ejercer la paternidad, con poder expresar las emociones, atreverse a explorar profesiones que se consideraban que eran de mujeres y así.

—Si pudiera cambiar una ley o política de inmediato para mejorar la equidad de género en Chile ¿Cuál elegiría?

Yo esperaría que estuviera en vigencia nuestra ley integral contra la violencia hacia las mujeres, que está ya en la última patita de tramitación en el Senado.

—¿Y cuál es el mayor cambio positivo en torno a la equidad de género que trae ese proyecto?

Establece a través de la ley un mejor seguimiento de las medidas cautelares y de protección. Fortalece el rol de representación jurídica del Servicio Nacional de la Mujer, para llegar antes y más rápido. Hay que destacar que el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género orienta, atiende, y representa jurídicamente alrededor de 60 mil mujeres al año. Queremos incorporar a los niños como víctimas y no solo como testigos de la violencia de género, para terminar con el chantaje entre causas de relación directa regular y las causas por maltrato. Y contar con un sistema de atención integral a la violencia, donde todos los organismos del Estado estén coordinados, entre otras.

A un año de la “Ley Papito Corazón”

—En el presupuesto 2024 el ministerio creció 1,7%, lo que es una buena noticia ¿Cómo se asegura de que las políticas del ministerio no solo sean efectivas en el papel, sino que también se traduzcan en cambios reales en la vida de las mujeres chilenas?

Bueno, creo que los números hablan por sí solos. Estos programas contemplan un presupuesto que supera los 23 mil millones de pesos para 2024. Lo que representa 1.156 millones más respecto de lo asignado al 2023. Y esto nos va a permitir dar una cobertura de atención intermedia en su complejidad. Pues no todos los casos son igual de complejos. Proyectamos más de 79 mil mujeres. Disponibilidad de residencias transitorias en las 16 regiones del país para casos de riesgo inminente; atención psicoterapéutica, reparatoria, individual a más de 1.300 mujeres, que son los más graves y la representación jurídica, por supuesto.

Esto también va a permitir, no en el papel, sino que en lo concreto, abrir dos nuevos centros de atención y reparación de mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia sexual en dos comunas y regiones donde actualmente no estamos: Alto Hospicio y Coquimbo. Están los otros programas que mantenemos. Además esto lo estamos haciendo de la mano con políticas que buscan llegar a todos lados. Por ejemplo, se va a cumplir un año de que nuestro gobierno incluyó la violencia sexual entre las garantías explícitas de salud (GES). Nos permite llegar a todo el país a través de la red asistencial. Durante este año, más de mil personas, hombres y mujeres, se han beneficiado de esa medida obteniendo una primera atención ante agresiones agudas. Esto también ha impactado en las cifras de tres causales, porque al acoger más la violencia sexual, también se han detectado más casos de embarazo por violación.

—Esta semana se cumplió un año del registro de deudores de alimentos ¿Con qué dificultades se han encontrado?

El registro de deudores como tú señalas ya partió hace un año su vigencia. La primera dificultad que tuvimos fue que esta ley se creó sin presupuesto y, por lo tanto, fue un esfuerzo de gestión de nuestro gobierno el poder implementar esta medida, que consideramos que es muy buena y que fue un avance en el gobierno anterior, pero que no traía mayores recursos financieros. Y eso fue un trabajo en conjunto, tanto con el Poder Judicial -donde agradecemos mucho la colaboración de la ministra de la Corte Suprema, Gloria Ana Chevesich- como también con el Registro Civil, la Tesorería General de la República, e incluso la Asociación Chilena de Municipalidades, porque son los municipios los que tienen que denegar la licencia de conducir.

Los primeros meses del registro de deudores fueron lentos. Pero en la actualidad hay más de 165 mil personas en el registro, de los cuales el 97% corresponde a hombres y un 3% a mujeres. Y la deuda total supera los 95 mil millones de pesos. Nos falta todavía contabilizar una deuda que está en UTM, que todavía está siendo actualizada por tribunales. Por lo tanto, el monto es aún más alto. Y hay un efecto interesante, desde que entra en vigencia nuestra ley de pago efectivo de pensiones de alimentos en mayo. Porque hasta entonces las personas que habían entrado al registro no habían pagado. Pero desde mayo, por cada 10 deudores que van ingresando al registro 2,5 pagan. Es decir, ante la amenaza del uso de esta nueva herramienta legal están llegando a acuerdo para poder ir saliendo del registro.

—Está empezando a dar resultado entonces.

Así es. De todas formas la ley de pago efectivo ha tenido dificultades, que tienen que ver con dos cosas. En primer lugar, el nivel de sobrecarga de los tribunales de familia. Es por eso que, por segundo año consecutivo, estamos entregando recursos que fueron solicitados por el Ministerio de la Mujer para otras instituciones como el Poder Judicial para aumentar la dotación de los tribunales de familia, para que haya más funcionarios y los trámites sean más rápidos. Y en segundo lugar, fondos para que la Comisión para el Mercado Financiero mejore el flujo y, por lo tanto, también los tiempos con la banca privada.

Según un estudio de la Asociación de AFP, se han recaudado 13 millones de dólares por la ley de responsabilidad parental y pago efectivo de pensiones de alimentos.

—¿Cómo ha impactado la implementación del Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos en la sociedad chilena? ¿Abre espacio a un cambio cultural?

Creo que es muy importante el paso a entender que un deudor o deudora, que no cumple con la pensión de alimentos, está infringiendo la ley, porque hay una tolerancia muy grande. A esta conducta incluso le tenemos un nombre simpaticón, “Papitos corazón”. Pero es alguien que afecta profundamente… no solo la vida de la familia que se ve afectada, sino también el desarrollo del país.

—¿Por qué?

Porque si tenemos un 30% de hogares que son liderados por una jefa de hogar, cuando se incumple con la pensión de alimentos, este es un derecho del niño por supuesto, pero cuando no se paga la que paga el pato es -por un 97%- la madre. Y eso lo observamos en un empobrecimiento de los hogares, en una mayor tasa de endeudamiento, en peores empleos, por los malabares que tienen que hacer con los horarios al no tener ese otro que apoye. Esto no es solamente plata. Creemos que eso es precisamente lo que se plasma en el dictamen que recientemente emitió la Contraloría, que señala que los funcionarios públicos a honorarios, si quieren pasar a un régimen de contrata van a tener que llegar a acuerdos de pago o pagar para poder salir del registro de deudores. Es decir, que no van a poder pasar a ser funcionarios estables del Estado y estar en el registro de deudores. Eso yo creo que es un cambio significativo y un impacto de la ley.

Irina Karamanos y su aporte al Gobierno

—Este sábado es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las mujeres. En ese contexto, si pudiera decirle una cosa a todas las mujeres de Chile ¿Qué les diría?

En primer lugar, que estamos trabajando firmemente para tener una red de atención que esté a la altura de las expectativas que tienen las mujeres en todo el país. En segundo lugar, que no dejemos de valorar todo lo que se ha avanzado en estas décadas. Las mujeres no podemos negarnos ese mérito, porque no le pertenece a ningún sector, ningún color, sino que al movimiento de mujeres y a las distintas generaciones porque pasamos en muy pocos años, en dos generaciones o tres, de que esto fuera un secreto de familia, algo que “la ropa sucia se lava en casa” a que tuviéramos nombres, cifras e instituciones encargadas de velar por ello. Por lo tanto, eso demuestra que las cosas se pueden cambiar y que podemos seguir cambiándolas. Y no solamente a las mujeres, sino que a todo el país.

El 25 de noviembre es el día por la eliminación de la violencia contra las mujeres. Y por eso es que como ministerio vamos a insistir con el tono de la campaña que ya lanzamos el año pasado, que lo que busca no solamente es decirle a las mujeres: “Denuncia, denuncia, denuncia”, sino también instar a los entornos que rodean a las mujeres, pero también a los agresores, a que sepan identificar la violencia contra las mujeres y reaccionar contra ellas.

—¿Cómo afecta a la lucha por la no violencia casos como el de Jordhy Tompson, por ejemplo, que recién tras repetidos episodios de violencia fue apartado de Colo-Colo?

Siempre los casos de alta connotación pública tienen impacto, por algo son de alta connotación pública. Ahora, nosotras somos representantes de la víctima en este caso y nos llamó mucho la atención que nos enteráramos del cambio de medidas cautelares por la prensa. Porque se notificó a la prensa antes que a la representante y, por lo tanto, a la víctima. Fue muy difícil que empezaran a llamarla de la prensa para informarle que su agresor salía de prisión, sin que su representante legal, que es nuestro Servicio Nacional de la Mujer fuera notificado formalmente. Y este caso es muy expresivo de algo que nosotras vemos todos los días, que tiene que ver con precisamente lo que buscamos cambiar con la ley integral, que es que midamos el riesgo de las decisiones que se toman.

—La semana pasada, una periodista preguntó a la ministra Vallejo por el aporte de Irina Karamanos en su paso por La Moneda. No recibió respuesta y en redes sociales muchos hicieron comentarios violentos contra la profesional ¿Propicia esta situación que ocurran actos de violencia verbal contra la mujer?

Yo creo que en general, y eso está bastante estudiado, las mujeres que participan de la vida pública están muy expuestas a violencia. Y las periodistas no están ajenas a eso. Creo que eso se resume en la diferencia que tiene el español a entender entre mujer pública y hombre público. Que las mujeres participen del espacio público sigue siendo mal mirado.

—Tratando de responder la pregunta ¿Cómo resumiría usted el aporte de Karamanos durante su paso por el gobierno?

En el caso de nuestra institución, permitió que una institución que atiende a unas 50 mil mujeres al año, apoyándolas en sus emprendimientos y dándoles talleres de empoderamiento como Prodemu, pasara de depender de algo super arbitrario, como una Primera Dama, a que esté integrada en los procesos del Ministerio de la Mujer y que, por lo tanto, podamos trabajar juntas y llegar a más regiones, que es nuestro gran objetivo.

—En términos políticos y de la agenda de mujer que promueve este gobierno ¿Qué significó la “disolución” del rol de la Primera Dama para este gobierno?

Nosotras seguimos trabajando, esto no es algo que dependa de una sola persona. La agenda de género de nuestro gobierno se funda en acciones concretas, como la promulgación de la Ley Antonia, que fue promovida por el padre de Antonia Barra. Nosotras ayudamos a destrabar la ley para el pago de pensiones de alimentos, la ley de reparación para víctimas de femicidios, todas aprobadas sin votos en contra. En las modificaciones en las que estamos avanzando, después de 14 años de tramitación, a la sociedad conyugal -en la que todavía es el hombre el que puede decidir respecto de cosas como los créditos o la vida bancaria de la mujer-; y sacar la ley integral de violencia y también la ley de conciliación de la vida laboral, familiar y personal.

Ministra Orellana: “La agenda de género es algo compartido por todos los sectores”

—Si pudiera cambiar una cosa sobre la percepción pública de la equidad de género en Chile ¿Cuál sería?

Yo creo que ha cambiado mucho y que no hay una varita mágica. Porque las mujeres somos el 50% de la población y, por lo tanto, los problemas que enfrentamos están en muchos ámbitos. Por eso es tan importante la transversalización del enfoque de género, que como gobierno hemos traducido en el sello “Chile para Todas”; es decir, que en todas las instancias, en todas las regiones, estamos buscando que todos los servicios públicos lleguen a todas las mujeres. Por ejemplo, el fondo de transversalización de género del año 2023 permitió que se hagan obras en 200 oficinas del Registro Civil, para que tengan sala de lactancia, espacios amables para los niños, para que ir a hacer ese trámite que a veces es engorroso, no sea una cosa que se evite solamente porque al ser mujer se va con los niños. O por ejemplo la regularización de títulos de dominio de mujeres campesinas, que es otra de las cosas que hemos trabajado con el fondo de transversalización.

—Ya se acerca fin de año ¿Cuáles son sus metas para el próximo año como Ministra de la Mujer y Equidad de Género?

El próximo año esperamos poder presentar el proyecto de ley que crea el sistema Chile Cuida, junto con la ministra de Desarrollo Social, Javiera Toro. Esperamos poder seguir ampliando la red de atención para que todo el país cuente con centros especializados de atención a la violencia aguda. Esperamos ya estar implementando nuestra ley integral, que creemos que es posible que se apruebe ahora en lo que nos queda 2023 y además poder avanzar en el gran desafío que tenemos junto con la ministra Jara, que es la ley de Sala Cuna y, por supuesto, también la de igualdad salarial. Son hartos desafíos.

—Y pensando más a largo plazo ¿Cómo visualiza el futuro de la equidad de género en Chile?

Yo creo que hay algo muy valioso en la historia de las mujeres en Chile, que es que desde aproximadamente 1870 en adelante -este proceso solo fue interrumpido por la dictadura- cada generación de mujeres lo entregó a la siguiente generación de mujeres un margen mayor de libertad. De eso se trata.

—Tomando en cuenta la elección de Milei en Argentina, quien abiertamente se ha manifestado contra los derechos de las mujeres ¿Teme que en el futuro próximo esas ideas empiecen a tomar fuerza en Chile?

Nuestro país ya enfrentó esa disyuntiva y creo que no es algo en lo que estemos en riesgo en Chile. Y creo que hayamos ya tenido tres leyes con acuerdo transversal como la ley Antonia, la ley de reparación integral a víctimas de femicidio, y la ley de pago efectivo de pensiones de alimentos, muestra que aquí si es posible llegar a consenso en torno a la agenda de mujer.

—Claro, se lo pregunto porque es alguien que ha prometido cerrar el ministerio de la mujer, por ejemplo, entre muchas otras cosas, contra los derechos a decidir de las mujeres. Muchos en Chile han mirado con atención su triunfo y lo han festejado ¿El auge de esas ideas debería ser motivo de preocupación en nuestro país en el futuro próximo?

Como insistía, ya hemos sacado tres leyes, y ahora vamos en camino a una cuarta, que es la ley de conciliación. Tiene mucho apoyo transversal, lo que muestra que acá la agenda de género es algo compartido por todos los sectores.

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