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Mario Desbordes: "Algunos comunistas hablan de una asamblea constituyente... Chao, que ni sueñen"

Sábado 21 octubre de 2023 | 06:04

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Agencia UNO

En su análisis, Desbordes se muestra conforme con el nuevo texto y desestima algunas de las críticas de la izquierda. "Si esta propuesta constitucional no le gusta a Pancho Malo y no le gusta a Hugo Gutiérrez, pareciera que es buena", afirma. Si bien admite que el malestar social sigue latente, aún ve a Chile lejos de la senda de los populismos, como los de Milei o Bukele: "No hemos llegado al nivel de descrédito de la política como en Argentina", subraya.

Mario Desbordes, a cuatro años del estallido social, repasa los principales hitos que marcaron ese momento, cuando era diputado y presidente de Renovación Nacional (RN). Por una parte, admite que los cambios han sido pocos, pero no cree posible una nueva revuelta, porque la ciudadanía hoy no avalaría la violencia.

También desmenuza el proceso constitucional en curso y apuesta que la opción A Favor revertirá las malas previsiones que hoy tiene en las encuestas. A su parecer, la intervención de Evelyn Matthei fue clave para que la derecha dura bajara el tono en el Consejo Constitucional: “Yo no veo que sea una propuesta extrema, una propuesta de nicho, una propuesta que solo interprete a Republicanos”.

Y de paso, si este segundo proceso fracasa, advierte no hay ninguna posibilidad de un tercero. “Yo leía que hay algunos dirigentes comunistas que están hablando de una asamblea constituyente, de una asamblea no sé cuánto. Chao, que ni sueñen. No hay votos para eso. Si se rechaza, si no se aprueba la propuesta, hasta ahí llegó el proceso. Se terminó y no podemos seguir”, afirma.

“La polarización sigue vigente”

—A cuatro años del estallido social, cuál es su reflexión ¿Sirvió para que algo cambiara o volvimos a lo mismo de antes?

Los cambios han sido pocos en general. Hay un nivel de polarización quizás menor, pero sigue siendo muy alto. En términos de las demandas sociales están todas insatisfechas, salvo el avance importante que significa la Pensión Única Garantizada. Yo creo que ese es un avance, una toma de conciencia, de parte sobre todo de la centroderecha, que es la que impulsa el Presidente Piñera. Un proyecto que quizás en otros términos o en otros momentos no habría nacido desde el sector. Pero la polarización sigue vigente.

Tenemos una derecha dura que cree que entre el estallido y el 15 de noviembre solo hubo violencia, destrucción y nada más. Y por supuesto hay que condenar la violencia, pero desconocen los cientos de miles de personas que pidieron cambios. Y la izquierda está en el otro extremo: está todo perfecto, fue todo bonito, como en la revolución de Terciopelo, de Václav Havel en Checoslovaquia y no hubo nada de violencia. Yo creo que la gran mayoría de los chilenos estamos al medio: condenamos la violencia con fuerza, creemos que no fue correcto todo lo que sucedió en términos de incendios, saqueos, destrucciones, heridos y muertos, pero al mismo tiempo hay que valorar la movilización social pacífica que puso sobre la mesa temas súper importantes.

—Usted fue critico del gobierno de Piñera en ese periodo ¿Cuáles fueron los principales errores al abordar la crisis?

Yo creo que hay un antes y un después de la salida de Andrés Chadwick. Era una persona que aportaba una mirada, que le puso ciertas pausas, insuflaba, era capaz de generar autoridad dentro del gobierno. El Presidente estaba muy descolocado. Y hay que señalar que el gobierno estuvo bien paralizado respecto a lo que era el orden público y gracias a la pega que hicieron Katherine Martorell y Rodrigo Ubilla en Interior, se pudo mantener más o menos el timón. He oído sobre el libro de un exministro del Interior (NDR: La vuelta larga, de Gonzalo Blumel) que habla del gran rol que tuvo el gobierno en el acuerdo del 15N. La verdad es que eso no es cierto. El gobierno tuvo un rol, pero bastante menor y el Congreso fue el que tuvo que echarse al hombro lo que estaba pasando.

—Literal, el gobierno no estuvo en la foto.

No estuvo en la foto. Claro, tuvo que hacer gestos. Y el Presidente, yo valoro que el 12 de noviembre no haya decretado estado de emergencia de nuevo. Pero más allá que eso, la salida política que se le da a la crisis se logra en el Congreso. Muchos pensaban en la derecha más dura que esta salida tenía que ser por la fuerza, que la tenía que lograr la policía, los militares, y eso era imposible. Carabineros estaba completamente colapsado, superado, esto no eran manifestaciones violentas, comunes y corrientes, aquí hubo un intento de revolución, lo he dicho desde el día uno, en donde la institución no tenía ni una capacidad de enfrentar a los miles de personas violentas y menos rodeados de cientos de miles de manifestantes pacíficos.

Ahora, el gobierno pudo haber hecho las grandes reformas que la gente le pedía, porque la oposición de la época en algún minuto accedió, pero bueno, el gobierno no lo quiso hacer porque un sector se emperró en que había que esperar que pasaran las manifestaciones, que las reformas eran de izquierda, que el país estaba perfecto, que teníamos las mejores pensiones, la mejor salud y un largo etcétera. Desde ese punto de vista, creo que el gobierno tuvo muy al debe durante el estallido, a diferencia de lo que pasó durante el COVID, donde creo que el gobierno tuvo un tremendo rol… El Presidente, los ministros, etcétera.

“A la gente le da lo mismo si es una AFP u otro mecanismo el que le de una buena pensión”

—Las frustraciones y preocupaciones de los chilenos siguen ahí ¿Se está volviendo a incubar el malestar social?

Primero, no creo que pueda pueda haber un estallido con violencia de nuevo porque la ciudadanía hoy día no avalaría la violencia. Yo creo que en el balance que hace la ciudadanía, en retrospectiva, hoy día no estaría dispuesta a avalar el incendio, el saqueo, la molotov. Distinto es que pudiera haber movilizaciones sociales masivas, de gente que dice: “¿Sabe qué más? O sea, chao ¿Hasta cuándo esperamos la reforma a las pensiones? ¿Hasta cuándo esperamos una reforma a la salud?”.

Y claro, la larga agenda de abusos. Hay un Compin que demora los pagos, por dar un ejemplo de un abuso estatal. Y en paralelo tenemos muchos ejemplos de abusos privados. Entonces la gente se puede volver a manifestar, yo creo que puede suceder. Ahora, los tópicos quizás ya no sean los mismos. La última manifestación del NO+AFP estaban con suerte los dirigentes y los tramoyistas que se hicieron cargo de armar el escenario.

—¿Y qué cree usted ahí que cambió? Porque la gente sigue demandando mejores pensiones, pero ahora ya no quiere terminar con las AFP.

Yo no sé si la gente no quiere terminar con las AFP, yo creo que a la gente le da lo mismo si es una AFP o es otro mecanismo el que le de una buena pensión. El punto es que la pandemia, a raíz de los de los retiros del 10%, hizo que la gente tomara conciencia que la plata era propia, era de uno. Y hoy día te dicen: “Compadre, yo quiero que la plata sea mía, quiero decidir quién me la va a administrar, y no quiero hacer solidaridad con mi poca plata que tengo”. Y a mí me parece que en un país con sueldos tan bajos como en Chile es razonable. Hay un estudio reciente que nos dice que hay miles de comerciantes ambulantes que ganan en promedio un millón de pesos y que no cotizan. Y resulta que esas personas probablemente estarían felices si le sacan parte de su cotización a los que ganan 500 lucas sacándose la mugre y cotizando. Eso no es justo, entonces, por eso la gente hoy día no se manifiesta por un NO+AFP, la gente lo que quiere es mejor pensión, lo que quiere es que haya una fórmula que permita mejorar la pensión, pero siempre cuidando sus ahorros.

—En retrospectiva podríamos llegar a decir entonces que la izquierda se terminó pegando un balazo en los pies, porque ellos fueron los principales impulsores de los retiros y ahora no pueden cambiar el sistema de pensiones como ellos proponen.

Claro, yo creo que no se dieron cuenta que los retiros iban a significar que la gente valorara el ahorro previsional y la capitalización individual, que es el concepto que la gente quizás no memoriza como nombre, pero tiene clarito de qué se trata. Y por eso hoy día proponer una reforma a las pensiones en la misma dinámica que uno pudiera haberlo hecho antes del covid, no tiene ningún sentido. Y por eso el gobierno se ha estrellado contra la pared.

—¿La nueva propuesta constitucional ayuda en algo a descomprimir o no tiene los cambios necesarios?

Hasta ahora el texto avanza en algunas líneas, que tiene que ver con consolidar ciertos conceptos que para algunos son incómodos. Como por ejemplo que la propiedad de los fondos de pensiones, que es algo que le va a gustar a quienes cotizan, a quienes se sacan la mugre trabajando todos los meses para juntar su platita. El país con el nivel de polarización que tiene hoy día, quizás no alcanza a leer lo que se está planteando en la Constitución, porque además la gente nos dice: “Compadre ¿Qué me importa a mí la nueva Constitución? Si mira la cantidad de asaltos, mira los homicidios, cómo han aumentado los homicidios de jóvenes y niños, mira la cantidad de portonazos, la delincuencia desatada, la economía”. O sea, la gente dice: “No es mi preocupación hoy día la Constitución”. Pero sí creo que durante la campaña, cuando se produzca un debate, la ciudadanía va a decir: “¿Sabe qué más? Mire, está está razonablemente buena y cerremos esta cuestión, terminemos esta cuestión de la Constitución, aprobemos esto, votemos A Favor”.

La Constitución mejora sustancialmente en términos de seguridad ciudadana, seguridad pública, fortalece a las policías, establece una cuestión que era básica: se establece por fin la defensoría de las víctimas, una cuestión que era como desde un desde. La víctima no tiene quien lo defienda, el delincuente lo defendemos todos nosotros.

“Las Fuerzas Armadas están de recepcionistas, de porteros en la frontera”

—Algunos sectores acusan que el texto quedó más a la derecha que la Constitución vigente ¿Ha sido responsable Republicanos o está cometiendo el mismo error que la izquierda en la Convención?

Al inicio, sí, al inicio polarizó y puso mucha indicación, le agregó al texto de los expertos mucha cuestión propia, que son reivindicaciones de sectores de derecha más dura. Pero se fueron cayendo la gran mayoría o se fueron puliendo. Yo no veo que sea una propuesta extrema, una propuesta de nicho, una propuesta que solo interprete a Republicanos. Yo creo que ya no es así.

No está en riesgo el aborto en 3 causales, lo ha dicho gente de derecha, lo ha dicho gente de centroizquierda, de centro, como Carlos Peña, que no es precisamente un conservador. Y por lo tanto creo que eso ya está despejado y yo espero que podamos salir de una vez por todas de la discusión constitucional. Ojalá gane el A Favor por el mayor margen posible y que el gobierno empiece a gobernar. Estamos pegados, el gobierno se engolosinó con su propuesta, perdió el 4 de septiembre y uno hubiera esperado que reaccionara y que cambiara el rumbo, que escuchara a Elizalde, que escuchara a Tohá, que escuchara a la socialdemocracia. Al Presidente le quedan todavía dos años, espero que los use bien.

—Hasta ahora las encuestas marcan una fuerte inclinación En Contra ¿Hay tiempo para revertir el resultado?

Sí, porque la gente está en contra sin conocer el texto, porque está en contra del proceso, porque no quiere saber de un proceso constitucional en medio de una crisis de seguridad como la que estamos viviendo, donde el gobierno demuestra todos los días que está más a favor del delincuente que del ciudadano de a pie, un gobierno que no es capaz de decirle a la ciudadanía: “Mire, vamos a intentar frenar la migración ilegal”. Los militares en el norte, los mandaron con bombos y platillos, pero no están autorizados a frenar la migración ilegal, no están autorizados a decirle a un migrante ilegal en un paso no habilitado: “Señor devuélvase, usted no puede entrar a Chile”. O sea, están de recepcionistas, de porteros las Fuerzas Armadas. Eso demuestra que el gobierno no tiene ninguna voluntad en frenar la migración ilegal.

Entonces la ciudadanía por eso está un poco cansada con el proceso constitucional, pero cuando conozca el texto pueda sopesarla, lo bueno y lo malo, también va a decir “¿Sabe qué más? OK. Yo creo que, en el balance, ningún texto va a ser 100% bueno. Me acomoda el 80% y con eso es suficiente. Cerremos esta cuestión y terminemos la discusión constitucional y concentrémonos después en los otros temas”.

—Y si el proceso fracasa ¿Hay espacio para un tercer proceso?

No, por ningún motivo. No va a haber un solo voto de Chile Vamos y ni un solo voto de Renovación para un tercer proceso. Yo leía que hay algunos dirigentes comunistas que están hablando de una asamblea constituyente, de una asamblea no sé cuánto. Chao, que ni sueñen. No hay votos para eso. Si se rechaza, si no se aprueba la propuesta hasta ahí llegó el proceso. Se terminó y no podemos seguir.

—Entonces ¿Sería mejor seguir reformando la Constitución vigente?

Claro, parchando la Constitución que tenemos hoy en día. No quedaría otra. Faltan todavía 60 días para el plebiscito, esto es en diciembre. Ya la próxima semana empezamos a hablar del texto, porque el fin de semana va a quedar oleado y sacramentado. Renovación Nacional tiene su consejo general el miércoles 25, donde vamos a decidir la posición del partido, que yo creo que hoy día está inclinada al A Favor. Y yo creo que esa va a ser la posición de Renovación y Chile Vamos. Y lo más probable que de Republicanos. Y ojalá Amarillos, Demócratas concluyan lo mismo.

“Este gobierno impulsó este segundo proceso con fuerza, también tiene que hacerse responsable del resultado”

—Si el proceso llegara a no resultar bien ¿la culpa será del Partido Republicanos?

No, yo creo que es culpa compartida por todo el espectro político. La izquierda más dura, el Frente Amplio, el PC, desde el momento en que se supo el resultado de la elección de los consejeros, tomaron la decisión de que esto se iba rechazar. La semana pasada se les propone retomar la frase del “que” está por nacer versus de “quien” está por nacer y fueron los propios consejeros del Frente Amplio y de izquierda los que rechazaron eso. O sea, ya al final lo que se está haciendo es buscar excusas, buscar argumentos, construir un relato para poder votar En Contra de la propuesta constitucional. No creo que sea la culpa Republicanos, porque flexibilizaron los últimos 60 días y sobre todo después de la intervención de Evelyn Matthei hubo un antes y un después. Y el texto que va a salir en una semana más es muy distinto que el que había antes de que Evelyn dijera “esta cuestión no me está gustando”.

—¿Del resultado del plebiscito dependen las opciones presidenciales de José Antonio Kast? ¿O responden a cuestiones aparte?

No, yo creo que son cosas aparte. Es un error pensar que a Kast se le termina una opción presidencial si es que se rechaza. O bien se transforma en el presidencial más notorio si es que se aprueba. Porque su discurso, su esfuerzo, ha estado sustentado básicamente en los últimos dos años en seguridad pública, en migración, otras propuestas, más que la constitución. Por supuesto puede afectarle, pero no lo mata ni lo catapulta a La Moneda. El gobierno es parte responsable del fracaso también, este gobierno impulsó este segundo proceso con mucha fuerza, así que también tiene que hacerse responsable del resultado.

—¿En su sector, es Matthei la mejor opción?

Nosotros en Renovación esperamos tener una carta, pero Germán Codina a mí me parece que es un tremendo nombre. Creo que Rodolfo Carter es un tremendo nombre, porque hoy día del mundo municipal nos aparecen las mejores cartas. Y sin duda Matthei es la mejor aspectada. Yo soy su amigo, la admiro muchísimo, la aprecio mucho. Y hay que definir si vamos a hacer primaria o no, qué mecanismo vamos a usar. Hay que cuidar a todas las cartas que tenemos. A Codina, Mattei, Carter y ayudarlos en lo que viene y tratar de ganar la presidencial con alguno de ellos.

—Y en la situación de Matthei ¿La están arrinconando en su sector? Considerando que ella ha manifestado que no va a aprobar cualquier texto y la mayoría de la derecha se ha manifestado por el A Favor.

No, yo creo que Evelyn ha hecho lo correcto. Ella está hasta el último minuto ejerciendo presión para que salga el mejor texto posible. Si bien ya está más o menos el 90% oleado y sacramentado, todavía falta un 10% del texto que puede salir mejor o pudiera no salir el ideal que uno quisiera. Y por eso la presión que ella ha ejercido, sustentada en su tremendo liderazgo, que se lo dan no sólo las encuestas, sino que el apoyo ciudadano, es el que va a permitir que hasta el último minuto se vote con cuidado lo que falta, que no es poco. Así que está bien lo que ella está haciendo, está completamente correcto y si no hubiera hecho esta intervención probablemente el texto sería distinto en muchos aspectos.

“No hemos llegado al nivel de descrédito de la política como en Argentina”

—En un contexto en que no se visualizan cambios relevantes ¿Allana el camino a populismos como los de Milei o Bukele en Chile?

Yo espero que no. No hemos llegado al nivel de descrédito de la política como sí se ha llegado en Argentina. Uno ve la figura de Matthei, la figura de Codina, Carter, y también de Claudio Orrego, el gobernador regional, que es un hombre serio, sobrio, que también es un ejemplo de un buen gestor y de un buen político. No es mi candidato, pero hay que reconocerlo. La ciudadanía valora y encuentra todavía figuras en la política que interpretan lo que uno quisiera, de quienes pueden conducir el país, la región, o los municipios. Para llegar a un Milei se llega por culpa de los políticos. Aquel que se sorprende de Milei, la locura que plantea Trump y una Le Pen, se llega a ellos porque la política tradicional no dio el ancho. Tenemos también un desafío todos los que estamos en política de mostrarle a la ciudadanía que se puede confiar en quienes están ejerciendo cargos públicos.

El Royalty fue un buen ejemplo. Yo creo que se puede avanzar una buena agenda en seguridad, creo que Tohá ha sido una ministra del Interior que ha hecho la pega, los dos subsecretarios han hecho un buen trabajo, se han logrado avances en la zona de La Araucanía contra la violencia, que son avances que yo tengo que reconocer. Yo soy una persona que soy crítico en materia de seguridad en general, pero creo que los avances que se han logrado en estos meses con el tremendo esfuerzo de Carabineros, la PDI, la Fiscalía, pero también una participación importante del gobierno.

—Entonces estas pequeñas cositas nos distancian de llegar a los populismos.

Espero que sí. Por supuesto, siempre van a estar los De La Carrera y los Hugo Gutiérrez, que van a intentar polarizarlo todo. Y por lo mismo, yo creo que si esta propuesta constitucional no le gusta a Pancho Malo y no le gusta a Hugo Gutiérrez pareciera que es buena. O algo bueno tiene. Si a ninguno de esos dos extremos les gusta, es porque pareciera que no recoge lo que los extremos quieren.

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