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Emiliano Arias y próximo fiscal nacional: "Lo que se está jugando el país es el futuro en seguridad"

Jueves 20 octubre de 2022 | 06:00

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Radio Bío Bío | Edición: Constanza Escobar, BBCL.

El fiscal regional de O’Higgins postuló este lunes al concurso para el cargo de fiscal nacional. 21 años en el Ministerio Público con altos y bajos: fue parte del equipo que investigó el financiamiento ilegal de la política y acusado por su misma institución del delito de violación de secretos, del que ha sido absuelto en dos oportunidades. Dice estar dispuesto a hacerse cargo de los delitos que afectan a la macrozona sur y norte. A dar la cara. Y aboga por la recuperación de confianza en el organismo. “No puedes salir del momento en que estamos sin un Ministerio Público legitimado”, dice. Aquí sus definiciones.

Faltan menos de 48 horas para que cierre el llamado a concurso público para el cargo de fiscal nacional del Ministerio Público, el que busca al reemplazante de Jorge Abbott. Y en la lista final de postulantes, desde donde saldrá una quina elaborada por la Corte Suprema, estará grabado el nombre del fiscal regional de O’Higgins, Emiliano Arias Madariaga.

Es de la casa. Ingresó a la institución en 2001 como asistente de fiscal en la Fiscalía Local de Diego de Almagro, en la región de Atacama, lugar desde donde comenzó a pavimentar su carrera. Fiscal adjunto en Arica y Concepción, y luego fiscal jefe de la Fiscalía Local de Pudahuel, en la región Metropolitana, por aproximadamente 12 años. Es decir, viene de abajo.

Investigó el financiamiento ilegal de la política, Penta-SQM, a las pesqueras, Corpesca, Asipes y Fipes, peleó con su superior jerárquico, el entonces fiscal nacional Jorge Abbott, fue investigado por violación de secreto y absuelto en dos oportunidades. Pudo conocer, según dice, la “peor cara del Ministerio Público”. De perseguido a presidir es la figura.

En entrevista con la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío, el fiscal Arias cuenta que postuló para fiscal nacional porque cree “que el Ministerio Público y la ciudadanía merece tener a un fiscal que se haga cargo de los problemas”. Dar la cara a los grandes problemas, uno de ellos la seguridad. “Nuestras estructuras de fiscalía no admiten una investigación adecuada del crimen organizado actualmente”, admite.

– ¿Estamos viviendo una crisis de seguridad en el país?

Sí, efectivamente. Estamos viviendo una crisis de seguridad que, creo, si hay algo positivo en eso (es) de que todos estamos de acuerdo, o sea, todas las instituciones políticas, judiciales, policiales. Hay un reconocimiento expreso, por ejemplo, de la autoridad en este caso de que estamos viviendo una de las peores etapas del retorno a la democracia en lo que a criminalidad se refiere. En consecuencia, viendo el vaso medio lleno, es un buen comienzo, reconocerlo, porque también es un estilo de otras autoridades políticas no reconocerlo y minimizarlo.

– ¿Estamos en alguna etapa?

Ese es el punto en que estamos, tenemos que determinar o esclarecer desde ya en qué etapa nos encontramos, porque el crimen organizado tiene etapas que han sido estudiadas desde siempre por la criminología, la etapa tiene sus síntomas, y fíjate que van coincidiendo con los síntomas que encontramos en territorio nacional. Una de las primeras etapas, porque el crimen organizado elige un país como atractivo para hacer sus negocios porque esto es un negocio, lo primero que hace es ingresar, y al ingresar comienzan las peleas territoriales, eso se denomina una etapa como de depredación, esto es copar el territorio y dominar territorio, y esta etapa se caracteriza, según lo dicen las literaturas en criminología, por un aumento en las tasas de homicidios y eso se produce porque están peleando por territorio.

– ¿Qué viene luego?

Lo que viene a continuación es la etapa que puede venir asociada también a una estabilización de las tasas de homicidio e incluso una bajada de las tasas de homicidio, que es lo ocurre cuando alguna organización potente y poderosa se hace cargo del territorio. Al hacerse cargo del territorio lo domina y lo controla, controla a quien se mata a quién no se mata, está ya más ordenado en su estructura, porque lo que no es de extrañar que a futuro se produzca estabilización, incluso descenso, y si bien es cierto es una buena noticia, porque se mata a menos gente, podríamos ser que estemos cambiando de etapa al control del territorio por parte de una organización suficientemente poderosa. Por eso tenemos que estar atentos y analizar adecuadamente esos fenómenos que dice en relación con el crimen organizado.

– Teniendo en cuenta el contexto a nivel nacional, ¿qué se juega el país en la próxima elección de fiscal nacional?

Se juega harto. Estamos en un momento que exige la toma de decisiones para ayer. Lo que se está jugando el país es el futuro en seguridad de la población, así de amplio es lo que se está jugando, y este futuro se vincula a todo, porque si el país es seguro vamos a tener mayor confianza y va a mejorar necesaria y consecuencialmente incluso la economía, porque cualquier desarrollo de inversión o lo que tú quieras hacer en territorio nacional va estrechamente ligado con la seguridad.

– ¿Cuál es el diagnóstico?

La sociedad toda percibe esta sensación de inseguridad y produce acá un fenómeno la verdad que es realmente nefasto, y un caldo de cultivo para el crimen organizado, que es precisamente lo que también lamentablemente encontramos en Chile: una deslegitimación en las instituciones.

“No estamos legitimados”

– ¿Cree que tenemos un Ministerio Público legitimado?

No, no estamos legitimados. El Ministerio Público, lamentablemente, nosotros como institución no estamos legitimados, y eso te lo puedo decir con fundamentos en la última encuesta CEP. Estamos terceros de abajo hacia arriba, creo que está el Congreso, la Cámara de Diputados y después venimos nosotros, lo que es muy grave porque de las instituciones del sistema penal hay una que es el Ministerio Público que es la que requiere estar, junto con las policías, por cierto, más legitimado incluso que la policía ante la comunidad por qué, porque nosotros somos los que llevamos los juicios, nosotros llevamos los casos a juicio ante el Poder Judicial, nosotros tenemos que convencer a las personas víctimas del delito que confíen en nosotros.

– ¿Qué falta para confiar?

Conocer a los fiscales, una cara. ‘Ah, mira, este es el fiscal’. Tiene que haber un fiscal que diga ya ¡yo me hago cargo! Yo soy, yo soy responsable, soy responsable ante ustedes ciudadanos de dirigir a esta institución, de dirigir a las policías. ‘Ah’, y la gente va a decir: ‘Este sujeto está dispuesto a jugarse el pellejo por nosotros, yo confío en él’. De ahí que sea tan nefasto el secretismo y de ahí que sea infundada aquella crítica que se hace a aquellos fiscales que son más visibles. Los fiscales que son más visibles corren un riesgo, mucho riesgo, y en vez de promover aquello para que las personas confíen en nosotros, lo que se ha hecho muchas veces es incluso sancionarlos por las últimas políticas del anterior fiscal nacional.

– ¿El Ministerio Público es una institución transparente?

Actualmente, y según mí concepto, no es una institución transparente porque no hay el adecuado acceso a la información. ¿En qué sentido? Estoy seguro que si las personas supieran lo que hacen los fiscales día a día, los fiscales adjuntos, lo que hacen los funcionarios días a día, como pelan el ajo los funcionarios día a día otro gallo cantaría, pero para eso necesitamos una política comunicacional clara: esto estamos haciendo. En pandemia las Unidades de Víctimas y Testigos recorrían en auto con las personas que no tenían internet, por ejemplo, con su teléfono se lo pasaban para que se conectaran y se pudieran hacer los juicios. Fiscales trabajando día sábado, domingo, buscando personas desaparecidas en terreno, con bomberos, con carabineros, con el Ejército, ahí… Si eso se viera habría confianza y por eso no hay transparencia en ese sentido, yo no entiendo por qué. Fui fiscal adjunto muchos años y creo que los fiscales adjuntos agradecerían que hubiera una política nacional que hiciera ver lo que hacemos.

– ¿Por qué quiere ser fiscal nacional?

Porque creo que la fiscalía, el Ministerio Público, y la ciudadanía merece tener a un fiscal que se haga cargo de los problemas. Creo que la fiscalía, en lo interno, y también la ciudadanía merece un fiscal que de la cara, merece un fiscal que le diga, que se comunique con ellos y que asuma la coordinación, que asuma personalmente la coordinación del resto de los órganos del Estado en materia de persecución penal sobre todo en los fenómenos criminales más complejos: macrozona sur, macrozona norte. Yo estoy dispuesto a asumirlo, estoy dispuesto a asumir esa coordinación en terreno. (…) Hay varias sentencias de la Corte Suprema, no sé, creo que han acogido más de 20 recursos de protección en los últimos años que se han presentado por las personas que viven en la macrozona sur, que ya viven el Estado de excepción en la habitualidad lamentablemente en esa zona, y lo ha acogido precisamente la Corte Suprema señalando. El recurso de protección se acoge cuando se acredita ante la Corte Suprema actuaciones ilegales o arbitrarias de la autoridad administrativa que no han dado el ancho para proteger, darle seguridad a la población que en esa zona vive. Todos los días queman casas, es impresionante.

– ¿Cuál de los tres fiscales nacional que han pasado por el cargo considera que han sido un aporte?

A ver, cada cargo tiene su momento. Yo creo que no pudo haber mejor fiscal nacional para el proceso de instalación que don Guillermo Piedrabuena. Don Guillermo hizo un proceso de instalación gradual de la Reforma Procesal Penal que, no es porque lo diga yo, sino que era un proceso aplaudido, aplaudido no solo a nivel Latinoamericano, sino que también a nivel Europeo, donde muchas agencias venían a Chile para ver cómo se había hecho el proceso de instalación y fue ejemplar. (…) La segunda etapa, que es la que viene con el fiscal nacional Sabas Chahuán, con quien trabajé mucho porque fue mi fiscal regional y después nacional, tendría que haber sido el periodo de la consolidación y fue un fiscal nacional muy firme. (…) Entonces, el sello del fiscal nacional Sabas Chahuán podemos decir que es un fiscal que consolida la institución y que le da un rol al cargo de investigación, porque el fiscal nacional no es un administrador de recursos, el fiscal nacional tiene que ser un investigador.

– Y viene la tercera etapa del fiscal Abbott.

La tercera etapa estuvo marcada por hechos que espero no se repitan nunca más en nuestro país, que es el periodo en que fue esta elección. Fue un periodo en que estaba siendo investigada gran parte de la personas que iban a elegir al fiscal nacional. Hubo un proyecto, una moción de algunos diputados, no me acuerdo quiénes era, que incluso, muy sabiamente en aquella época, propusieron hacer un proyecto de ley y aumentar el mandato de Sabas Chahuán porque no era el momento adecuado, y ¡claro que no era el momento adecuado! Qué podía salir de eso, podía salir de eso (…) un fiscal nacional adecuado al momento que les favoreciera a ellos y eso fue lo que resultó. Si hay algo que se le puede valorar al último fiscal nacional es precisamente la coherencia en su discurso, expuso en la comisión del Senado lo que iba a hacer, no iba a perseguir sin querella, no iba a ser voluntarista, iba a andar con las investigaciones rapidito. Lo dijo. Fue coherente. Dijo además que los fiscales no eran sujetos que tenían que ser conocidos y lo hizo. La fiscalía se sumergió. Hay coherencia entre lo dicho y lo hecho, y yo creo que también hay coincidencia en que el proceso no está bien hecho para la designación, que deben haber instancias de discusión, que las personas deben saber lo que piensa un fiscal nacional, todos los postulantes, bueno por eso doy también esta entrevista, sí.

“Los fenómenos criminales jamás se van a adaptar a una estructura de fiscalía”

– A juicio suyo el sistema da pie a que exista el lobby y el secretismo.

Es la forma en que se ha justificado siempre aquello. Si cuando el anterior fiscal nacional fue criticado por las reuniones que al final se supo que había tenido su explicación fue todos lo hacen, es lo más normal del mundo. Es una forma de justificar, pero en vez de justificar aquello, todos lo hacen, por qué no mejor buscamos formas alternativas y públicas de cara a la ciudadanía. Está bien, la facultad del Presidente de la República es discrecional y se respeta, pero lo discrecional no es sinónimo de arbitrario, y entonces qué es lo que tenemos que tener ahí, una instancia pública en que los candidatos expongan al Presidente de la República, aquel que tiene que decidir o a quién él designe.

– ¿Tiene temor de que esta elección adopte tintes espurios como los que se acusó que tuvo la elección de Abbott?

Todo indica que no. Espero que eso no ocurra porque estoy seguro de que aprendimos, y no se está generando ni se van a generar reuniones a parte en oscuros lugares entre cuatro paredes ni en la primera etapa, ni en la etapa con el Presidente de la República, ni sobre todo en la etapa en el Senado.

– ¿Chile camina por la cornisa en seguridad?

En los últimos seis meses han matado a seis fiscales en la región, en Sudamérica, países vecinos. La característica esencial, fundamental y principal del crimen organizado es su transnacionalidad. Esa es la característica. Va a llegar, ya llegó; va a llegar, ya está aquí. El fiscal nacional debe y tiene la obligación de dictar directrices generales, especiales y particulares en la investigación del crimen organizado. Con las herramientas que actualmente tenemos, sí, y no obstante a los problemas de dotación que también tenemos, amerita precisamente hacer más eficientes los recursos y apoyar a los fiscales regionales que tienen a su cargo esta investigación del crimen organizado, que al menos el Tren de Aragua está en manos del fiscal regional Raúl Arancibia.

– El fiscal de Tarapacá.

El fiscal de Tarapacá, que es la región que más problemas de dotación tiene en Chile. O sea, se le asigna al fiscal regional de Tarapacá el caso más importante y que a su vez es el que tiene la peor, el mayor problema de dotación, después viene la región de O’Higgins por si acaso.

– Delitos que son transversales, es decir, sujetos que están en investigaciones que cruzan regiones.

Nuestras estructuras de fiscalía no admiten una investigación adecuada del crimen organizado actualmente, por qué… Otra gran característica en general del delincuente es su adaptabilidad. El delincuente, salvo ciertos psicópatas muy extraños que les gusta matar por matar o cosas por el estilo o con desviaciones mentales, es un negociador, quiere un negocio, quiere ganar plata, tiene una motivación, es así la criminología. Entonces, es muy flexible y muy rápido en sus decisiones y va mutando. Luego, viene la pregunta, nosotros nos adaptamos a los fenómenos criminales o los fenómenos criminales se adaptan a nosotros. Los fenómenos criminales jamás se van a adaptar a una estructura de fiscalía, entonces qué justificación tiene que los conflictos en la macrozona sur estén siendo investigados por tres fiscales regionales y con sus fiscales adjuntos distintos. No será hora ya de crear una zona territorial que esté a cargo, más allá de las divisiones administrativas, comunas, provincias.

Persecución criminal

– Hay muchos cuestionamientos, y los números hablan por sí solos, al rol de los fiscales adjuntos y a la fiscalía en general, ¿son justas o injustas estas críticas?

Nosotros tenemos un problema real de una inadecuada distribución de cargas de trabajo en la institución. En la regiones que más trabaja, a ver, yo hablo por mí región, la que conozco los datos, también podría ser por la de Tarapacá que son las más afectadas por la falta de dotación. A mí me faltan 11 fiscales para tener una dotación óptima. Nueve u 11 también le faltan a Tarapacá evidentemente. (…) No se puede generalizar, por qué, porque uno como fiscal debe priorizar, debe priorizar en definitiva en relación a los diversos delitos que conoce con los recursos que este tiene. Y por eso, nosotros como institución, tenemos una flexibilidad de mover recursos que se encuentran en la Ley Orgánica Constitucional, por el fiscal nacional, cuando se vean estas diferencias de cargas poder en definitiva cambiar cargas de un lado para otro. (…) Qué es lo que hice yo, porque mucho hablo pero lo hice en la región y funcionó: prioricé.

– ¿Cómo lo llevó a la práctica?

Teníamos una de las menores tasas de archivo a nivel nacional, estábamos como en el 39%… uy, qué bueno lo que pasaba, no. Teníamos un 90% de archivo en robo en lugar habitado, 85%, una cosa así, ¡no puede ser! (…) Yo les dije: ‘Ya, mira, preocupémonos de los crímenes, hay que bajar la tasa de archivo en los crímenes y disminuir los niveles de vigencia, porque las investigaciones tienen que ser rápidas, tienen que ser tomadas con urgencia, sino no sirve de nada’. Fíjate que se ha detectado, y esto es real porque estudios lo avalan, de que la justicia para que opere, para que sea efectiva, tanto para la prevención particular o la prevención general tiene que ser investigaciones relativamente breves, entonces, aboquemos a esas investigaciones. Preocupémonos de qué archivo, ¿de todos los archivos? No, preocupémonos de los archivos en crímenes, preocupémonos de los archivos en los robos, en esta otra cosa, entonces tú ya tienes una definición clara de persecución criminal.

– ¿A qué se refiere?

Por ejemplo, en Santiago hay cuatro fiscalías regionales distintas, que tienen cuatro unidades de focos investigativos distintas. No tiene sentido. Mira, hay un proyecto re bueno que se está haciendo para ir avanzando en una fiscalía de flagrancia a nivel nacional. Entonces, imagínate la cantidad de recursos que liberaría eso, o sea los fiscales de Iquique ya se olvidan del turno telefónico, que pucha que es pesado, entonces tienes que avanzar en ideas, no puedes quedarte pegado en transportar recursos de un lado para otro.

– Después de 20 años del Ministerio Público, ¿cree que llegó la hora de aplicar reformas estructurales a su funcionamiento?

Desde adentro hay que hacer una reforma, hay que partir con la autocrítica. Yo creo, como se ha ido perfilando, como está hasta el día de hoy la Fiscalía Nacional, por ejemplo, es una fiscalía, que era el sello del fiscal nacional Jorge Abbott, de asesoría y una bastante burocrática por así decirlo. Creo que se debe cambiar, tiene que ser una fiscalía nacional con énfasis preciso en la investigación; involucrarse en investigaciones, involucrarse en las soluciones; involucrarse en las políticas criminales; desarrollar una política criminal firme, robusta, que abarque todos los fenómenos criminales, pero con mayor énfasis en los que estamos viviendo y que son los más importantes.

– ¿Y desde afuera?

Externas: controles. No podemos ser una organización sin control. La ausencia total de control lleva a la arbitrariedad y la ausencia total de control no es buena. La autonomía no es ausencia de control, yo debo ser autónomo para dirigir investigaciones penales por cierto, sin influencia de nadie, pero no hay ninguna razón para que no admita algún control de las investigaciones administrativas que tengo adentro para que no se formen estas mafias que pueden formarse en instituciones que no tienen control. En segundo lugar, necesitamos un control de naturaleza económica para saber qué hacemos con los recursos, por supuesto, y el fiscal nacional también necesita un control ciudadano, que se pueda hacer desde el primer momento ahora rindiendo cuenta no solo de lo que el fiscal nacional le interesa decir, sino que sean cuentas de… hable de usted, de este, este, y este otro punto. No tiene nada de malo rendir cuentas ante el Congreso por ejemplo.

“No le tengo miedo al cambio”

– Si le ofrecieran la oportunidad una vez terminado su periodo de volver a los tiempos de fiscal adjunto. ¿La tomaría o es una decisión tomada el salir de la institución una vez culminado su periodo?

He tenido una suerte tremenda en la institución de haber estado en el momento y lugar propicio en el desarrollo de mi carrera, he investigado de todo, con todos los países. He investigado con gran parte de Sudamérica, con Europa, con Estados Unidos, he investigado con las mejores policías, con el FBI, con la DEA. La verdad que ya cumplí mi ciclo como fiscal adjunto y fiscal regional. Afortunadamente tuve varios logros y me enorgullezco de aquello, pero también hay que darle paso a nuevos fiscales. Mira, fíjate que ser fiscal fiscal adjunto es bastante desgastante por así decirlo, pero a su vez es muy formador por lo que tenemos que dar, en este caso, cabida a aquello. (…) Yo tengo una vocación de servicio bastante particular: perseguir delincuentes y dar protección a víctimas y testigos, y eso en otro cargo del Ministerio Público no se da. (…) No le tengo miedo al cambio ni me gusta quedarme mucho tiempo en las zonas de confort.

– ¿No le gustaría que hubiera una reparación por los más de tres años que estuvo alejado de su cargo? No se pudo probar el delito en lo que fue acusado.

Yo espero un gesto hacia las víctimas. (…) Ese gesto hacia las víctimas es que los fiscales a cargo sean capaces de informar adecuadamente en qué se encuentran las investigaciones que me quitaron a esas víctimas, y se les explique qué fue lo que pasó. Un gesto hacía mí… de verdad que no es algo que busque. (…) Tengo dos absoluciones y un pronunciamiento de la Corte Suprema en Pleno, no hay nada superior a eso.

– ¿Qué ha sido lo bueno?

Pude conocer la peor cara del Ministerio Público como imputado. ¿Cuál es esa? Investigaciones excesivamente largas, desproporcionadas en relación a la pena probable: tres años versus una pena de 60 días, con suerte, de suspensión. Cuánta gente ha permanecido en prisión preventiva por más tiempo del que es condenada y luego absuelta, eso no puede ocurrir, eso se tiene que mejorar. La justicia que tarda no es justicia, no sirve. Una sanción a una persona por un robo que sale dos o tres años después de que cometió el robo no le sirve ni a esa persona ni le sirve a la sociedad, ni le sirve a las víctimas.

Emiliano Arias Madariaga, fiscal regional de O'Higgins. Créditos: Nicolás Espinoza Riquelme.
Emiliano Arias Madariaga, fiscal regional de O’Higgins. Créditos: Nicolás Espinoza Riquelme.

– En círculos judiciales se cita de ejemplo a Luis Toledo, jefe Nacional de Drogas del Ministerio Público, que pasó del caso Caval a candidato a fiscal nacional, entre medio una nominación a notario, y que terminó al lado de Abbott en la Fiscalía Nacional. ¿Qué haría con esos puestos?

Hay cargos de confianza que son los que tiene el fiscal nacional que son los directivos y ciertos jefes superiores. Como te digo, el perfil de la fiscalía nacional que pretendo dirigir es un perfil investigativo y un perfil que se base en un currículum de investigaciones en la especialidad. O sea, el director de la Unidad de Drogas tiene que ser un sujeto que haya tenido juicios de droga relevantes, solo así va a poder dirigir adecuadamente la unidad, y solo así va a poder dirigir efectivamente a las policías. No personalmente, no tiene las facultades, pero los romanos distinguían claramente dos conceptos: potestas y auctoritas. Potestas es el poder formal, la ley me da este poder, la auctoritas no, la auctoritas se gana.

– ¿Es urgente ampliar la dotación de fiscales en el país?

Hay que ser realistas, lo que es urgente es una redistribución de los recursos humanos. Ya están los estudios de carga, uno que hizo la Asociación de Fiscales y otro que hizo la Fiscalía Nacional. Estamos claros dónde se necesitan más fiscales y donde se necesitan menos, eso es lo primero, redistribución.

– El diputado Juan Manuel Fuenzalida ha exhibido algunas cifras del Ministerio Público del primer semestre de la era Abbott. En ellas se puede evidenciar que gran parte de las causas se archivan, ¿qué se hace para aumentar los condenados y por ende la sensación de justicia?

Siempre van a haber archivos. (…) En el mundo hay una tasa de archivo importante porque no se puede investigar todo. (…) Mira sabes lo que hay que hacer, tenemos que hablar todos el mismo idioma, esto es una cuestión de lenguaje. Policías, gobierno, Poder Judicial, fiscalía, debemos hablar en un lenguaje que entiendan las personas. Y no manejar cifras engañosas. Los números siempre se pueden manejar, siempre. Entonces, por qué no en vez de hablar de archivos, hablamos de archivos en robos, archivos en homicidios, archivos en secuestros. Simple, transparentemente, que se me pida la información y la fiscalía se las va a ir entregando. Ahí vamos a detectar dónde está el problema. Las cifras no pueden ser objetivos por sí mismas, las cifras son el timón que me indican dónde tengo que ir como fiscal regional, y después como fiscal nacional.

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