Miguel Bustamante es dirigente sindical del Hospital San Borja Arriarán. Hoy, tras levantar la lista “Convergencia con Todes”, es uno de los dos candidatos a presidir a Convergencia Social (CS), el partido del Presidente Gabriel Boric.
Las elecciones en CS serán vitales para el conglomerado: en estos últimos siete meses, la tienda política no ha tenido una conducción definitiva tras el aplazamiento de las votaciones internas.
Al frente tiene un duro contrincante, el diputado Diego Ibáñez, quien -acompañado por Ximena Peralta- hizo lo propio con “Unidad para Transformar, Sumar para Seguir”.
Cuando resta menos de una semana para conocer el nombre de quien llevará las riendas del partido, Bustamante reconoce que la comunicación entre CS y el gobierno ha sido “muy débil”.
“Es una relación que hay que aceitar, que hay que pulir y hay que robustecer más”, plantea. A su vez, habla de “construir un partido que pueda ser agente protagónico en el desmonte del neoliberalismo”.
En ese sentido, apunta hacia un modelo de desarrollo “que sea más justo, inclusivo y sustentable” para el país.
Pilares de su propuesta
-¿Cuáles son los principales pilares de su propuesta como lista?
Los principales pilares son una profundización democrática que nosotros le llamamos “democracia radical feminista”, porque entendemos que hay que profundizar el debate dentro del partido que hoy día ha estado un poco atrofiado.
El partido no ha sido capaz de elaborar un posicionamiento más estratégico sino que sólo respondiendo a la contingencia y eso es porque ha faltado un proceso de adecuación de lectura del escenario político nuevo, post derrota del Plebiscito, y por eso proponemos también la realización de un congreso político.
-Usted planteó que busca fomentar el debate político para “fortalecerlo orgánicamente y potenciar su arraigo popular”. ¿Cómo lograr eso?
Primero con una planificación estratégica. El partido tiene que ser capaz de formalizar objetivos que hay que conseguir, y dentro de estos objetivos nosotros apostamos a tener mayor incidencia en el gobierno, lograr una articulación con nuestros compañeros y compañeras que están tanto en ministerios, subsecretarías, etc, para poder desarrollar un plan político que permita al partido apoyar la labor del gobierno en la implementación del programa. Y también planes políticos de niveles regionales y comunales que permitan formalizar el modo en que queremos en que se va a hacer esta inserción territorial, el trabajo directo con comunidades, con la población, cosa de ir, así como cualquier planificación estratégica, formalizando los objetivos, explicitando los modos, calendarizar, ir midiendo y evaluando cómo esto se va cumpliendo.
Trabajo territorial
-¿Le ha faltado a Convergencia Social ese trabajo en poblaciones, en clubes sociales, deportivos…?
Yo creo que ha faltado un trabajo, sí, pero responde principalmente también a lo joven que es el partido. Creo también que, en general, hoy día la izquierda está al debe de ese trabajo y por eso hay que desarrollarlo.
Es una cuestión que se puede ver, hoy día los partidos políticos, sobre todo los que somos de Apruebo Dignidad, estamos más enfocados en cómo articularnos con el gobierno, en defender al gobierno, en defender el programa, pero no hemos sido capaces de compensar también ese desarrollo en los territorios y estar presentes en las poblaciones. Y también subir desde las poblaciones, desde las villas, desde las juntas de vecinos, las demandas y urgencias que tiene la población hacia el gobierno, y cómo se puede ir articulando desde el gobierno respuestas a estas problemáticas.
-¿Cree que la derecha ha hecho un trabajo territorial más efectivo?
Directamente no, la efectividad que ha tenido la derecha ha sido a través de estos 30 o 40 años de neoliberalismo donde finalmente ha logrado construir una subjetividad política neoliberal en base al consumo, la competencia, el exitismo y todos los valores que promueve este modelo. Más que el trabajo concreto y real de la derecha en la población chilena o en los territorios ha sido a través de las políticas públicas que ha impulsado este modelo neoliberal.
-¿Siente que el trabajo de masas lo levantaron como bandera de lucha partidos como Republicanos o el Partido de la Gente?
Yo no he visto particularmente que el Partido Republicano haya levantado el trabajo de masas, salvo el nicho. Eso sí, me parece interesante la construcción que ha tenido el Partido de la Gente en términos del manejo de medios y manejo digital, y creo que en ese sentido nosotros como Convergencia, como Frente Amplio y como Apruebo Dignidad, tenemos que empezar a robustecer también nuestras líneas de desarrollo de contenidos y comunicación con esos mecanismos a través de esas vías.
Convergencia Social y el gobierno
-¿Cómo ha sido la comunicación de Convergencia Social con el gobierno en estos siete meses?
Mi percepción desde el Comité Central es que ha sido una comunicación y una articulación muy débil. Nosotros tenemos a las vocerías que se definieron desde marzo, que son tanto Diego Ibáñez como Ximena Peralta, quienes han ido a los comités políticos y en donde como partido hemos solicitado que se le pida al gobierno cuales van a ser los diseños estratégicos para abordar distintas problemáticas: reforma a la policía, problemas de seguridad en el país y cosas así.
Pero aún no baja esa información, nosotros no sabemos si es porque el gobierno no la ha bajado o porque las vocerías no las han bajado. Es una relación que hay que aceitar, que hay que pulir y hay que robustecer más esos canales y donde por supuesto el partido, a través de su nueva dirección nacional, tiene que ser más proactiva en conseguir aquellos objetivos.
-¿Esta comunicación débil se ha visto afectada por el hecho de que no hayan tenido elecciones internas anteriormente?
Lo atribuyo en parte a eso. Evidentemente la carencia de una dirección nacional ha debilitado la conducción pero también yo creo que tiene que ver con que hay definiciones que los órganos que hoy día están vigentes en el partido, tanto el Comité Central como el Comité Político, han tenido debilidad en afianzarla.
Elecciones postergadas
-¿Por qué demoraron tantos meses en llevar a cabo estas elecciones internas?
Hubo una serie de retrasos administrativos. Tuvimos que hacer una reforma estatutaria para adelantar las elecciones y hacer adecuaciones orgánicas que se determinaron por un congreso que tuvimos el 2020. Tuvimos que hacer esas adecuaciones estatutarias, fue un trabajo largo del Comité Central, formando comisiones, votando, etc. Luego de eso había que presentar esta reformas estatutarias al Servel, fue un plazo que se demoró. Servel luego tenía que visar y publicar esto en su página, fue un plazo que se demoró también. Tuvimos problemas de comunicación ahí con Servel.
Finalmente esto se fue demorando por estos aspectos procedimentales o administrativos hasta que cuando ya tuvimos todo listo, en junio me parece, el calendario de elecciones que proyectamos solamente daba la posibilidad de tener las elecciones a finales de agosto, y eso era inviable por la campaña y el Plebiscito.
-¿El triunfo del Rechazo pudo haber sido también una de las causas en la demora de estas elecciones?
No, porque la última decisión de postergarlas fue previo al 4 de septiembre.
-Usted dijo que como ‘Trazos Socialistas’ tenían la intención de conformar una lista unitaria para “tener un partido cohesionado”, pero que finalmente los dejaron fuera. ¿Por qué cree que ocurrió esto?
No lo sé. Nos comunicaron que había un sector de aquella lista que no quería que estuviéramos y tenían una oposición férrea. Nosotros estamos convencidos que el motivo de eso son diferencias políticas, entonces en base a eso creemos que la vocación de unidad que intenta representar esa lista no es tan profunda como pretenden, y a la vez, nosotros también siempre pujamos, en las conversaciones que llegamos a tener en esta lista de unidad, para que la construcción de esta lista unitaria se abriera también a la militancia de bases, con encuentros abiertos para hacer un programa en conjunto más democrático, determinar candidaturas que pudiesen subir desde los espacios de base.
Finalmente esa lista tampoco se pudo hacer cargo de eso y por eso nosotros, una vez que nos comunican que no nos van a seguir respaldando para seguir en aquella lista, empezamos a hacer encuentros abiertos con la militancia para levantar diagnósticos y propuestas, y en base a eso surge el programa y la apuesta que llevamos.
“Desmonte del neoliberalismo”
-Usted habló de “construir un partido que pueda ser agente protagónico en el desmonte del neoliberalismo”. ¿A qué se refiere con el desmonte del neoliberalismo?
Básicamente la consecución de un nuevo modelo de desarrollo para Chile, que nuestro país adopte un modelo de desarrollo que sea más justo, inclusivo y sustentable, que modifique su matriz productiva, que nos permita generar valor y riqueza. Cambiar este modelo extractivista y solamente exportador para dinamizar la economía. Cambiar la modalidad en que se dan las relaciones de trabajo.
Finalmente es encaminarnos al desarrollo y esperamos que Convergencia sea un agente protagónico en aquello, y para eso es necesario que Convergencia sepa construir tanto las mayorías políticas como también las mayorías sociales que den respaldo a una musculatura social y política para impulsar esto.
Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático
-¿Cómo siente que ha sido la convivencia entre Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático en el gobierno?
Yo veo que ha sido una convivencia tranquila. Ha sido una convivencia que tiene por ambos lados un afán de colaboración y que se ha tensionado solamente cuando han habido descuadres en el parlamento por votaciones específicas, por ejemplo con el TPP11.
Me parece sí que entre ambos bloques hay una vocación de disputa por ver qué bloque conduce al gobierno, quien le pone más impronta. En ese sentido, nosotros apostamos como lista y como tendencia también a que Apruebo Dignidad sea el bloque que conduzca al gobierno en miras de que es súper posible profundizar la alianza con Socialismo Democrático pero manteniendo el programa como base mínima.
El TPP11
-Gabriel Boric fue uno de los detractores del TPP11 durante su periodo como diputado. Sin embargo, ahora que es Presidente, lo firmará. ¿Podría considerarse como una voltereta?
No, de ninguna manera. El gobierno tiene una vocación republicana y le correspondía al Senado deliberar sobre aquello. El Senado deliberó y votó a favor del TPP11. Las críticas hacia el TPP11 surgen principalmente porque pone en duda la soberanía del país en distintos aspectos y ese riesgo lo está abordando a través de la estrategia de los side letters. El gobierno fue claro en que no lo iba a promulgar mientras el tema de los side letters no tuviese una resolución.
-Según la encuesta Cadem la aprobación del Presidente Boric se desplomó por debajo de la barrera del 30% por primera vez. ¿Qué lectura hace de esto?
La lactura que hago yo es que esto tiene que ser una señal de que tienen que empezar a haber respuestas más concretas a los problemas más urgentes de la población como la inflación, las listas de espera o la seguridad.
Tenemos que mejorar en ese sentido la capacidad del gobierno de dar respuesta a aquello, y para eso es necesario que todos los actores, las dos alianzas que están en el gobierno, aporten desde los distintos canales. Es necesario que los partidos se involucren más también, nosotros como militantes, para comunicar mejor en la población todo lo que el gobierno ha venido haciendo pero hay que tener un abordaje más directo.
Polémicos tweets
-El expresidente del directorio del Metro, Louis De Grange, pidió la salida de Nicolás Valenzuela por apoyar la evasión en 2019. “Le hace mejor al Gobierno (su salida)”, dijo. ¿Qué opina?
Yo creo que es una polémica baja. La gran parte de Chile, de alguna u otra manera, respaldó, o a partir de las evasiones del Metro salió a manifestarse por el nivel de injusticia que se venía acumulando y que se sigue acumulando hasta el día de hoy en nuestro país. Y si bien puede haber un cuestionamiento por la legalidad del hecho, finalmente fue un acto que abrió las puertas para el proceso constituyente incluso.
-¿Pero entonces se justificaría la evasión según el contexto?
Yo no lo pondría en esa clave. En la clave en que lo pondría yo es que si se sigue sosteniendo la desigualdad, si se sigue sosteniendo la violación de uno de los principios que ampara nuestra Constitución, que es la igualdad de todos los chilenos y chilenas desde que nacen, siempre van a haber riesgos de que ocurran hechos de violencia política y que vuelven cada ciertos años. La principal demanda es que la institucionalidad se haga cargo de eso y no de polémicas por Twitter.
-¿Le quitan piso político al ministro Nicolás Grau sus tweets sobre Carabineros?
Yo no he visto los tweets que ha hecho sobre Carabineros pero me parece que el ministro Grau tiene la pertinencia técnica y política suficiente, y el trabajo que ha hecho creo que lo respalda. Hoy día se está discutiendo en el Congreso precisamente dentro del presupuesto que tiene que ver con el ministerio de Economía, particularmente partidas que tienen que ver con impulsar un nuevo modelo de desarrollo. El crecimiento, por ejemplo, que está proponiendo el gobierno para aportar en ciencia, tecnología e innovación tiene un aumento de alrededor del 15% respecto del año anterior. El camino que está tomando el ministerio de Economía es conducir el tránsito hacia un nuevo modelo de desarrollo para Chile.
-Las críticas se originaron porque en su Twitter escribió en octubre de 2020 “pacos criminales y asesinos. Espero que todos ustedes y sus jefes políticos paguen alguna vez por todo el daño causado”. Y en febrero de 2021 señaló: “Pacos asesinos, el pueblo tiene todo el derecho a odiarles”. Por eso la pregunta sobre si este tipo de publicaciones le quita piso político a un ministro.
Creo que no. Como te digo, creo que finalmente el piso político que tiene el ministro es la pega que está haciendo como ministro. Me parece que si bien pueden ser cuestionables reprochar a toda la institución por hechos particulares, me parece que también hoy día existe una demanda de gran parte de la población que problematiza el actuar de Carabineros en ciertas materias. Eso lo tenemos que problematizar y tenemos que hacernos cargo, más allá de las polémicas por Twitter.