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Fontaine: "Hay que terminar con el ninguneo a indígenas, pero no convertirlos en casta privilegiada"

Sábado 05 marzo de 2022 | 07:00

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Edición: Jaime Silva

El convencional Bernardo Fontaine, independiente de Vamos por Chile, habla de una "revancha o venganza" de los pueblos originarios que se busca plasmar en la propuesta de constitución. Se muestra a favor de fortalecer los derechos y pero que no se establezcan privilegios indígenas. Para él, los sistemas de justicia aprobados son el camino a un "Transantiago judicial".

El convencional Bernardo Fontaine (independiente, cupo RN) desmenuza lo que ha sido el trabajo del órgano encargado de redactar la propuesta de nueva constitución para el país, poniendo énfasis en aquellos aspectos en los que -sostiene- se podría hacer un mejor trabajo.

Reconoce que “tenemos que terminar con el ninguneo a los indígenas”, pero “sin convertirlos en una casta privilegiada”, recalca en conversación con BioBioChile.

Apuntó a la mesa que presidió Elisa Loncón y Jaime Bassa: “Crearon un ambiente para que tuviéramos una constitución inmensa, maximalista, que tratara de cubrir todo tipo de materias, en vez de conducir la futura discusión constitucional a temas fundamentales de principios que nos unen”, menciona.

A su vez, el economista abordó lo que ocurrió durante el jueves, cuando el Pleno aprobó solamente seis de los 40 artículos presentados en el primer informe de la comisión de medio ambiente.

“La comisión medio ambiente rindió examen, el Pleno la rajó en el examen y por consiguiente la comisión tiene que repetir curso; tiene que reescribir las normas para que sean digeribles”, puntualiza.

Los sistemas de justicia indígena, cambios en el mecanismo de expropiación y la reaparición de Rodrigo Rojas Vade son otros de los temas a los que alude el convencional en esta entrevista.

Evaluación de la convención

-¿Cuál ha sido su evaluación de la convención, en estos ya siete meses?

La ventaja que tiene la convención es la diversidad de convencionales, la pluralidad. Pero al mismo tiempo, se hace más complicado organizarse y trabajar eficientemente. La convención perdió mucho tiempo en los primeros meses en discusiones políticas, sobre los “presos de la revuelta”, en eternas discusiones reglamentarias, como si el reglamento fuera más importante que la constitución. Y eso atrasó mucho la redacción misma de las normas.

Al mismo tiempo, la presidencia de Elisa Loncón y de Jaime Bassa generó un exceso de expectativas y de iniciativas constitucionales, en el sentido de que ellos trataron de convertir la convención en una convención soberana, que no respondía a nadie, en que todos los temas se podían discutir en la convención, no sólo los constitucionales, en que había que dar espacio a reivindicaciones, a la revancha en la práctica o venganza de los pueblos originarios, de los ambientalistas, de distintos sectores sociales.

En definitiva, ellos crearon un ambiente para que tuviéramos una constitución inmensa, maximalista, que tratara de cubrir todo tipo de materias, en vez de conducir la futura discusión constitucional a temas fundamentales de principios que nos unen, que son los que tienen que estar en una constitución. Entonces ahora ellos mismos se sorprenden de esta especie de maremoto que ellos mismos crearon con miles de temas y miles de artículos que cubren muchísima materia que son de ley, que son reglamentarias. Muchas son importantes pero no son propias de una constitución.

Aquí faltó liderazgo para conducir el proceso ordenadamente y para ponerle foco en el bienestar de las personas, porque esta constitución es para que los chilenos tengan mejor calidad de vida.

¿Exclusión en la convención?

-Hay convencionales de la derecha que han manifestado sentirse excluidos. ¿Comparte esa visión?

Eso es de público conocimiento, aquellos de sectores de izquierda como Fernando Atria, Agustín Squella, Felipe Harboe o Andrés Cruz han reconocido públicamente que a la centro-derecha se le ha excluido de las conversaciones que dan origen a los textos que se están votando.

-¿Y cómo ve el panorama considerando que hace poco asumió una nueva mesa dentro de la convención?

La mesa actual es una mesa más dialogante y respetuosa de las minorías. Pero creo que es central que la discusión constitucional se reencause en torno a incluirnos a todos, porque si esta va a ser una constitución, es la constitución para todos, es la casa de todos, sino va a ser solamente la casa de algunos. Y una constitución de algunos va a durar solamente mientras esos algunos tengan mayoría, y no va a ser una constitución permanente.

Pero también creo que es importante reencauzar la discusión constitucional, sacarla del modo demoledor, porque aquí necesitábamos una constitución para generar cambios necesarios, pero estos cambios se convirtieron en refundaciones y demolición de las instituciones y de la estructura de Chile. En Chile ni todo está bien ni todo está mal, y lo que hay que hacer es cambiar lo malo pero dejar lo bueno.

Comisión de medio ambiente

-A propósito de la comisión del medio ambiente, el Pleno aprobó solamente seis de los 40 artículos presentados. ¿Cuáles son sus sensaciones? ¿Era algo que usted se esperaba?

Yo creo que fue un arranque de realismo y de cordura.

-¿En qué sentido?

Lo que se votó fue el capítulo de normas ambientales y para que quede perfectamente claro, es fundamental que el proyecto de nueva constitución incorpore una protección potente y sólida al medio ambiente. Pero las normas en votación eran normas muy extremas, impracticables en muchos casos, con errores técnicos, sin realismo, por lo que yo esperaba que fueran rechazadas.

Lo que sucedió el jueves, en simple, es que la comisión de medio ambiente rindió examen, el Pleno la rajó en el examen y por consiguiente la comisión tiene que repetir curso; tiene que reescribir las normas para que sean digeribles.

¿Por qué pasó eso? Porque había tres tipos de normas en la votación. Unas eran normas que buscaban imponer a la ciudadanía creencias ecológicas radicales, talibanes, como que por ejemplo el centro de la constitución no tienen que ser las personas sino los ecosistemas. Y eso es profundamente equivocado, porque el centro de la constitución tienen que ser los chilenos, su dignidad y su vida plena. Por supuesto que para ello es necesario cuidar los ecosistemas porque vivimos en ecosistemas, pero los ecosistemas no están sobre las personas. Eso es invertir el orden de las cosas, poner la naturaleza sobre el hombre, y no el hombre en la naturaleza.

Segundo, había un conjunto de artículos que demolían las actividades humanas, tanto económicas como no económicas.

-¿Como cuáles?

Por ejemplo, establecían enormes trabas para realizar inversiones, para desarrollar la agricultura, porque eliminaban la posibilidad de tener derechos de agua para regar, la salmonicultura y todo el cultivo de mariscos, como choritos, porque ponía restricciones impracticables.

Otro ejemplo es que prohibían captar oxígeno, pero resulta que se necesita oxígeno para los hospitales y para muchos procesos químicos. Todo esto tiene relación con que se establecía una categoría nueva de bienes comunes naturales que no se pueden utilizar, o se podían usar en ciertas condiciones pero que finalmente resultaba imposible utilizarlos en la práctica, y entre ellos estaban todas las aguas, el mar, las playas, las riveras de los ríos, las montañas, el oxígeno, la radiación solar, el viento.

El tercer grupo de normas que se rechazaron tenían que ver con un “chipe libre” ambiental para los indígenas. Por ejemplo, los chilenos no podían apropiarse ni del aire, ni del agua, ni de las montañas o ríos, pero los indígenas sí. Los indígenas podían tener un veto para cualquier proyecto de inversión que los afectara, eso significa por ejemplo que tenían que aprobar si un camino en una zona indígena se pavimenta o se ensancha, pero el resto de los chilenos no tiene esa posibilidad.

Entonces, yo creo que fue una buena votación en el sentido de que fue un balde de hielo para este ecologismo fanático que hay en la convención, y esperamos que eso enfríe este ecologismo fanático y este indigenismo que busca colocar a los indígenas en una situación de privilegio.

Yo quiero decir que tenemos que terminar con el ninguneo a los indígenas, reconocerlos culturalmente, encontrarles una solución política y económica, pero eso no significa convertirlos en una casta privilegiada. Y esto es importante, porque efectivamente la constitución está siendo cruzada por un indigenismo que los convierte en una casta privilegiada.

La comisión ahora va a tener que rediscutir el tema del medio ambiente, pero en el intertanto está discutiendo y aprobando normas que se refieren a los recursos naturales, como la minería, agua, glaciales, mar, etc. Y lo que se estaba aprobando eran normas que le quitan totalmente los derechos de agua a los agricultores para regar, establecen que los políticos, el Estado, los funcionarios estatales van a definir quien puede regar y quien no.

Sistemas de justicia indígena

-En cuanto a estos sistemas de justicia indígena de los que se ha hablado últimamente, usted ha señalado que podrían ser el camino para un Transantiago judicial. ¿A qué se refiere específicamente?

A que lo que se aprobó fue que habrán sistemas de justicia, que pueden ser hasta once. Y no se definieron ciertos principios básicos que debieran haber quedado en la constitución. Por ejemplo, si alguien choca en la carretera 5 Sur con otra persona que resulta ser indígena, ¿qué ley se le aplica a ese choque? ¿Se le aplica la ley nacional o la ley de esa persona indígena? ¿Qué pasa si esa persona es mitad diaguita y mitad aimara? ¿Qué legislación se le aplica?

Tampoco se definió si esta justicia indígena va a ser por territorio indígena, si es entre indígenas o también afecta a no indígenas, si es voluntaria o si es sobre todas las materias o sobre algunas, porque en otros países lo que se ha establecido es que se aplica la justicia indígena si todo ocurre en territorios indígenas, entre indígenas y teniendo siempre los indígenas la posibilidad de recurrir a la justicia general. Y solamente se aplica en ciertas materias más bien locales, pero yo me pregunto: ¿sería una justicia verdaderamente ciega, si en el caso de un abuso familiar o maltrato termine juzgando un lonco que viene a ser pariente de uno de los involucrados? ¿O sería más lógico que en ese caso se recurriera a la justicia independiente?

En definitiva, todo esto lleva a que tengamos un riesgo importante de ir a un Transantiago de justicia porque no sabemos cuántos sistemas de justicia van a haber y no sabemos quién va a impartir esa justicia en cada caso, a quienés se le aplicará, qué pasa en el caso de los indígenas mestizos, si se aplica solamente en territorio indígena o se aplica en cualquier lugar.

El riesgo del Transantiago es lo que identifica mejor, a mi juicio, el Estado de la convención. Los chilenos merecen un buen proyecto de una buena constitución, no un Transantiago en el sistema judicial, en el sistema político o en el tema de los derechos, porque en el tema de los derechos hay otro problema: la próxima semana se va a discutir si los trabajadores chilenos van a mantener la propiedad de sus ahorros previsionales o no. Las iniciativas constituyentes que existen en los sectores de izquierda y ultra izquierda, todos buscan estatizar los ahorros previsionales de los trabajadores, se acaban los ahorros previsionales, se acaban las cuentas individuales y se acaba la propiedad de los fondos por parte de los trabajadores y todo pasa al Estado. Yo presenté una iniciativa que establece lo contrario, es decir, que mantiene la propiedad de los fondos en manos de los trabajadores y crea un nuevo sistema de seguridad social.

-Volviendo al tema de la comisión de medio ambiente, su coordinadora, Camila Zárate, apuntó a un asedio mediático de las empresas contra dicha comisión de parte de las empresas, indicando que esto habría incidido en la aprobación de algunos artículos.

Bueno, siempre es malo echarle la culpa al empedrado. Es como echarle la culpa al árbitro o a la cancha cuando pierdes un partido. La verdad es que es mejor reagrupar el equipo y pensar qué se hizo bien y qué se hizo mal. Creo que mal puede pensar ella que una convención dominada por la ultra izquierda y la izquierda dura haya sido manipulada por empresas.

Más bien, lo que hay que buscar, y yo estoy abierto para eso, es una protección sólida del medio ambiente junto con también buscar formas de seguir desarrollando el país, elevando los sueldos, mejorando la calidad de vida de los chilenos. Eso existe en muchas partes del mundo y se llama crecimiento sustentable. Para allá es hacia donde están yendo todos los países.

Mecanismo de expropiación

-¿Qué cambios aplicaría en el mecanismo de expropiación aprobado en comisión?

La clave en la expropiación es la indemnización, es decir, cuánto le paga el Estado a la persona que pierde su vivienda porque va a pasar una obra pública por ahí. Hoy día está claro, la constitución establece que es el daño patrimonial, el valor de lo expropiado, y eso es lo justo.

Eso es lo que hay que agregar y corregir a la norma de expropiación que se aprobó en la comisión. En esta comisión se aprobó una norma que establece que en caso de expropiación, la indemnización la fija la propia ley, es decir, los mismos que expropian fijan el monto de la indemnización y no queda establecido bajo qué criterios, entonces podrían pagarle mucho menos que el valor de la propiedad. Eso es injusto, y lo que tenemos que establecer fuerte y claro es que la indemnización es el valor de lo expropiado, y eso es muy importante porque en Chile se expropió a mansalva en los años ’60 y ’70, pagando una miseria de indemnización, justamente porque estaba la misma norma que ahora propone la convención.

Hoy día, en mi propia comisión y en la convención hay sectores pidiendo expropiaciones masivas. Lo ha dicho el líder del Partido Comunista en la convención, Marcos Barraza, que quiere expropiar una serie de activos en Chile. Entonces es muy importante y concreto establecer que la indemnización tiene que ser el valor de lo expropiado, no puede ser menos.

-Considerando lo anterior, ¿usted cree que se podría ver afectada la inversión en Chile?

Por supuesto. En la medida que esta constitución persista en establecer restricciones de todo tipo a la inversión y debilite la posibilidad de que cualquier emprendedor sea dueño del fruto de sus esfuerzos, evidentemente genera poco incentivo de invertir en Chile y eso es grave, porque hoy día el mundo está muy conectado, y hasta los mismos chilenos pueden invertir en cualquier parte del mundo.

Si este país termina con una constitución que es alérgica a la inversión, bueno, la inversión se va a mover a otros países, y eso es el camino para un país mediocre. Nosotros tenemos que atraer inversiones más que nunca porque son sueldos, empleos, dinero para proyectos sociales, etc.

Reaparición de Rojas Vade

-¿A qué se refería cuando planteaba que la reaparición de Rojas Vade se debía a un montaje?

Yo creo que su candidatura fue un montaje político para, aprovechándose del buen corazón de los chilenos, salir elegido en base a una falsa enfermedad. Y ahora produjo otro montaje de “volver a la convención”, pero él nunca pensó en volver sino que lo que quería era que el Senado diera la posibilidad de reemplazar su persona por otro candidato de la Lista del Pueblo.

-¿Usted dice que era para no perder el voto?

Sí, para no perder el voto. Y el problema es que no existe la ley para reemplazar a los independientes porque un independiente tiene sus propias ideas. Entonces, ¿qué independiente piensa igual que Rojas Vade? Imposible saberlo, porque no hay una lista que lo una con una ideología.

Por otra parte, en este caso, la Lista del Pueblo desapareció, se fragmentó en diferentes listas. ¿Cuál es la Lista del Pueblo hoy en día? ¿Dónde está la Lista del Pueblo? La Lista del Pueblo al final fue un gran fraude, con un candidato presidencial que resucitó un notario para obtener las firmas que necesitaba.

Gabriel Boric y la convención

-Hay convencionales que – en su crítica- han acusado poco apoyo de parte del gobierno de Sebastián Piñera para la labor de la convención. ¿Qué opina al respecto? ¿Y cuáles son sus expectativas con el nuevo gobierno que asumirá, en relación al trabajo en paralelo a la convención?

Yo no tengo mucho detalle respecto del apoyo administrativo que dio o no dio el gobierno (de Piñera) a la convención. Respecto al gobierno de Gabriel Boric, esta es la convención de Boric, va a ser la constitución de Gabriel Boric así que su gobierno es enteramente responsable de que esta constitución sea ecuánime, sea técnicamente bien hecha, que fortalezca los derechos y no establezca privilegios en los sectores indígenas, y en definitiva nos una a todos y haga que Chile despegue social y económicamente.

A mí me gustaría ver a Gabriel Boric ejerciendo su liderazgo para reencauzar la discusión de la convención de forma que no se constituya en la demolición de Chile que nos va a conducir sino a la división y a la pobreza.

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