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Felipe Harboe: "El populismo se instaló en todos los sectores por temor a las redes sociales"

Sábado 13 noviembre de 2021 | 07:05

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Edición: Constanza Escobar

Quien fuera un histórico miembro del PPD, renunció al partido tras 32 años de militancia. En conversación con BioBioChile, el convencional le envía un recado a la izquierda, que -dice- se olvidó del crecimiento: "sin empresas no hay empleo, no hay impuestos y por lo tanto, no hay nada que distribuir". Comparte un análisis de la política actual, presa de las redes sociales, y lamenta la frustrada carrera presidencial de Heraldo Muñoz: "Lo bajó Guido Girardi por la ventana en una operación fallida para liquidarse a la DC".

Luego de 32 años militando en el Partido por la Democracia (PPD), tienda que fundó, Felipe Harboe decidió renunciar a sus filas para sumarse a un nuevo movimiento. Se trata de Proyecta Chile, grupo político que -según explica- se sitúa en la centro izquierda.

“No es una reproducción de los PPD renunciados en una estructura, porque aquí hay gente que nunca ha militado”, comenta el convencional constituyente en entrevista con BioBioChile.

Junto con explicar las razones de su histórica salida del conglomerado, el exsubsecretario del Interior durante el primer gobierno de Michelle Bachelet desmenuza la contingencia política.

En su análisis, asegura que no tiene sentido que una persona de izquierda promueva retiros de fondos de las AFP, que son personales, para solucionar una crisis que debería ser saldada con recursos del Estado. “El temor a las redes sociales hace que el populismo, que se instaló ya en todos los sectores, inhiba los argumentos”, afirma.

“Tendríamos serios problemas de gobernabilidad”, comenta respecto a un eventual gobierno de José Antonio Kast, a la vez que plantea sus dudas sobre la influencia que podría tener el Partido Comunista en un posible mandato de Gabriel Boric.

Histórica renuncia

-¿Por qué renunció al Partido por la Democracia tras 32 años de militancia?

Yo te diría que lo primero es que hubo un profundo proceso de reflexión que venía llevando adelante hace un buen tiempo y que tiene que ver con que el PPD, al cual yo entré a militar, era un partido donde la diversidad era un tremendo valor, en el que pudieron coexistir desde Arnaldo Jaramillo, que venía del mundo liberal, hasta María Maluenda, del mundo comunista, pasando por Sergio Bitar que era de izquierda cristiana.

Y era un valor porque ahí confluían artistas, intelectuales, científicos, dirigentes sociales, profesores, académicos, entre otros, y todo eso le daba al PPD una base muy amplia de respaldo popular. Y el PPD disputaba mano a mano las federaciones de estudiantes, los centros de alumnos, los sindicatos y los colegios profesionales, pero todo eso se fue perdiendo porque el PPD se fue transformando, en menos tiempo que otros partidos, en un partido de caudillos donde al final del día el controlador del partido empezó a ver que la diversidad ya no era un valor, sino que una amenaza para el control estructural del partido.

Eso era un problema, entonces ahí empiezan las renuncias. Acuérdate del caso de Jorge Schaulsohn, de Fernando Flores, de Esteban Valenzuela, de Vivianne Blanlot, de José Joaquín Brunner… fue mucha gente la que comenzó a renunciar. Yo creo que al final se instalaron algunas prácticas que no eran las adecuadas, entonces una parte importante de la hegemonía del PPD se dedicaba más bien al control de las estructuras del partido, como una forma de acumular poder, más que de abrir puertas para que llegaran nuevas personas y se formaran políticamente para tener más representación popular.

Yo creo que eso le pasó la cuenta al PPD que, a diferencia de otros partidos, tenía una debilidad ideológica un poquito mayor y por tanto pasó de tener 21 diputados a tener 5; que tenía una alta densidad política en donde se discutía de economía o de ciencia política. Cómo olvidar las discusiones que dábamos con Patricio Hales, con Antonio Leal, con el mismo Pepe Auth o con Laura Soto. Es gente que aportaba con diferencias ideológicas, pero hoy día no hay discusión política, hoy más bien es la discusión del poder; es cómo se instala un PPD para poder tener algún grado de representación en un comando. Entonces se fue perdiendo; de 21 diputados pasamos a 5, en el comité de senadores se terminó sin reuniones.

En la práctica, lo que teníamos más bien era juntarnos a ver temas administrativos, pero no había discusión política. Y si miras el comité de senadores, verás que hoy sólo hay tres senadores militantes, porque el resto son independientes. Al final terminas con la aceptación de la instalación de ciertas personas que no necesariamente estando comprometidas con la estructura del partido, le dan un espacio de poder.

Un nuevo movimiento político

-¿En qué espectro político se ubica el movimiento Proyecta Chile, su nuevo pacto político?

Yo me sumo a Proyecta Chile, no es que yo lo arme. Yo me sumo a Proyecta Chile que está en vías de formación. Es un movimiento, no es un partido, y será una plataforma y un centro de pensamiento, esa es un poco la evolución natural. Y cuenta con un domicilio claro en la centro-izquierda, del mundo social demócrata, del mundo social cristiano, social liberal. No es una reproducción de los PPD renunciados en una estructura, porque aquí hay gente que nunca ha militado, hay emprendedores, científicos, gente vinculada a las startup, a los temas digitales, hay dirigentes sociales, hay abogados, etc.

Hay diferentes personas que han querido participar de este movimiento, porque sienten que las actuales estructuras de partido están más preocupadas de su sobrevivencia electoral que de plantear visiones de sociedad, y que de pronto le tienen más miedo, por el tema electoral, a las redes sociales y no plantean lo que debieran plantear, desde el punto de vista ideológico.

O sea. Cómo se explica que alguien de izquierda pueda pretender hacer un retiro para que la gente pague con sus fondos una crisis nacional. Eso no tiene ningún sentido, porque al final del día lo que está ocurriendo es que ideológicamente la persona de izquierda debiera exigir que quien pagara esto es el Estado y no la persona con sus pocos ahorros que tiene para su vejez. Pero claro, el temor a las redes sociales hace que el populismo, que se instaló ya en todos los sectores, inhiba los argumentos.

Y cuando tienes a un gran economista socialista, como es Mario Marcel, explicando razones por las cuales es contradictorio con la visión incluso ideológica del mundo social demócrata, social cristiano y socialista democrático, uno dice: ‘tenemos que buscar un espacio distinto’. Y aquí se busca este espacio, y será una plataforma que no tiene necesariamente, en el corto plazo, una ansiedad electoral, y por tanto puede opinar con mucha mayor libertad.

En nuestra declaración de principios planteamos que para nosotros el estado social y democrático de derechos es un eje fundamental. Y eso pasa porque el Estado tiene un rol importante en el desarrollo de la economía, de la cultura, en el desarrollo estratégico de un país. Pero, entendemos también, que para que un país pueda distribuir de manera mucho más igualitaria, tiene que crecer, cosa que hoy día ha sido abandonada prácticamente por el mundo de la izquierda. Yo digo cuidado: sin crecimiento, sin emprendimiento y sin empresas, no hay empleo, no hay impuestos y por lo tanto no hay nada que distribuir.

También vamos a poner un énfasis en los temas de justicia y seguridad, porque también el mundo de la centro izquierda le ha dejado esa bandera a la derecha. Yo siempre he insistido, tengo un libro publicado que lo lanzamos con el expresidente Ricardo Lagos y con José Miguel Insulza en donde explico que la seguridad es un tema tremendamente progresista, porque el delito es tremendamente desigual, porque la gente pobre no tiene plata para contratar alarmas, poner rejas ni tiene personal en su casa, no tiene chofer ni tampoco auto, entonces le afecta mucho más el delito. Y la izquierda ve esto del control del orden público, de la seguridad, como un tema de derecha, de conservadores, cuando en Europa los gobiernos socialistas fueron los que lograron instalar las políticas de seguridad más eficientes como por ejemplo desarticular y derrotar a la ETA.

-Se ha dicho que nombres independientes participarán en este movimiento, ¿Pepe Auth podría ser uno de ellos?

No lo sé. Las puertas están abiertas, pero no me atrevería a hablar de nombres porque parte de las malas prácticas que queremos dejar afuera es cuando los “caudillos” se toman el derecho de decir quién va a estar y quién no va a estar.

Yo soy uno más. Va a haber gente independiente que nunca ha estado en un partido político -y esto no es un partido político- que ha dicho que quieren comprometerse con el área de justicia, otros con el de salud, y así. Y bienvenido sea, los que quieran aportar ideas, genial. Yo creo que hoy día lo que hay que hacer es sumar. En la medida que tengamos ciertas visiones comunes, se debe sumar esfuerzos. Yo creo que este es un país espectacular, pero lo que pasa es que estamos remando todos para el lado distinto.

-Entonces, esas personas que se sumen ¿podrán seguir militando en sus respectivos partidos?

También, si aquí no se le exige a nadie. La diferencia es que esto no va a ser sólo un centro a académico, sino que queremos tener opinión, y queremos poner temas en discusión, temas que pueden ser incómodos.

-¿Cómo cuáles?

Por ejemplo, en algún minuto vamos a tener que discutir, o el país tiene que sentarse a discutir, respecto a si vamos a ser un estado federal o no. Tiene que discutir si los gobernadores regionales debieran tener competencia, por ejemplo, para poder tener modificaciones tributarias en sus territorios. Tenemos que discutir el régimen laboral del sector público. Son temas que pueden ser delicados, pero hay que discutirlos.

-Usted ha planteado que hay que abrir nuevos espacios, con mayor flexibilidad, con mayor apertura, donde se puedan enfrentar los temas de justicia social, pero que a la vez también se pueda hablar que la seguridad es un derecho humano y que la violencia se debe rechazar. ¿Cree que se ha romantizado la llamada “primera línea” luego del 18 de octubre?

Sin duda. Y un grupo de gente en el PPD también, claro que sí. Al final del día comienzan a legitimar la violencia por acción u omisión en función de sus causas. Y yo les digo ‘mira, si las causas pueden ser muy legítimas, pero en el momento en que uno valida la violencia como una forma de cambio social y político, abre una puerta que después es muy difícil cerrar’. Hoy día la causa puede ser fantástica, pero mañana la causa puede ser otra.

También hay que ver a quién afecta la violencia. Yo veo mucho de un discurso bastante poco honesto en materia de violencia. El rechazo a la violencia es una condición sine qua non de vivir en democracia. Yo creo que hoy día algunos la han relativizado y condenan la violencia cuando los afecta a ellos o a sus ideas, y la justifican cuando las defienden.

Filibusterismo en la cámara

-Para la oposición, lo hecho por Jaime Naranjo el pasado lunes, cuando habló por 14 horas en la cámara, fue un acto casi heroico, mientras que para el oficialismo fue un circo. ¿Qué piensa Felipe Harboe sobre la intervención del diputado?

Yo creo que la intervención del diputado es una reacción a una mala decisión de la mesa en la Cámara de Diputados. Creo que en la política tiene que haber fair play, y cuando en la política, en un bando, había uno o dos que estaban impedidos de votar por un tema de salud, históricamente, lo que se hacía era que un sector decía ‘entonces todos los nuestros no van a votar para que haya empate’. Lo otro que se hacía, era que se suspendiera la sesión.

Creo que fue un error del presidente de la Cámara de Diputados (Diego Paulsen, RN) no postergar la sesión hasta que ellos estuvieran en condición de votar. Y por tanto, como la mesa no hizo eso, el mecanismo que le quedó a la oposición fue este filibusterismo de Naranjo, del cual yo creo que no hay sentirse orgulloso sino que más bien preocupado, porque al final la gente no se equivoca: la percepción ciudadana de la Cámara de Diputados sigue cayendo y eso es un problema.

Cuando uno escucha en plena acusación constitucional a un Presidente de la República, a un miembro de la comisión encargada de evaluar, y se pone a cantar, uno dice ‘tenemos un problema’. Ahora, el problema es más de fondo, ya que la pregunta es por qué la gente lo elige.

El nuevo gobierno

-¿Cómo visualiza un eventual gobierno de José Antonio Kast? ¿Cómo cree que reaccionará la calle?

Yo creo que evidentemente tendríamos serios problemas de gobernabilidad.

-¿Por qué?

Primero, porque estamos hablando de una persona que probablemente no va a tener una representación parlamentaria, y si la tiene va a ser tremendamente escasa, y por tanto todo su esfuerzo va a estar concentrado en la organización del Ejecutivo y va a tener que sentarse a negociar con una oposición que va a ir desde la UDI o RN hasta el PC y los representantes que estén ahí. Entonces, creo que no hay garantías de gobernabilidad y eso es un problema.

¿Qué es lo que observo yo? Y esto lo digo no desde el político sino que más bien desde un análisis: lo que podría ocurrir es que tengamos altos niveles de enfrentamiento social, en la calle, porque van a haber algunos que no van a tener freno. Recuerda que hay algunos que han incentivado estas luchas todos los viernes. Por tanto, con un gobierno de Kast probablemente no se van a querer frenar, y eso va a significar que se produzcan más enfrentamientos entre la fuerza pública, que va a estar mandada por las autoridades de gobierno de Kast, con los manifestantes o violentistas.

Creo que el país no merece el nivel de polarización que estamos viviendo. Los presidentes y liderazgos de los partidos de la centro izquierda son los principales responsables de una eventual derrota en primera vuelta de la candidata Yasna Provoste, en razón que debieron haber participado de una primaria legal y abierta para expresar a la ciudadanía sus planteamientos.

-¿Y cómo ve un eventual gobierno de Gabriel Boric? Si sale elegido, ¿lo dejarán gobernar?

No lo sé. Vuelvo a insistir, creo que el país va a estar profundamente polarizado y eso es un problema. Ahora, va a depender de con quién pretenda gobernar Boric, porque si la hegemonía la va a tener el partido comunista, va a tener un problema serio, sobre todo pensando en la última declaración de Daniel Jadue cuando dice que mientras en Chile exista esta desigualdad, Chile no va a ser ni pacífico ni seguro. Eso es una amenaza de violencia y yo creo que si Boric quiere ser Presidente de la República no puede permitir que personas que lo apoyan estén planteando algo así, porque evidentemente eso genera incertidumbre.

Unas encendidas elecciones

-¿Su candidata para estas elecciones es Yasna Provoste?

Si, por supuesto.

-Y en una situación hipotética, ¿votaría en una segunda vuelta por Boric?

Es difícil. Tengo que pensarlo muy bien y dependería de cuáles sean las definiciones estratégicas, cuáles sean las alianzas que vaya a privilegiar en una segunda vuelta, y si es que establece algunos principios básicos en su programa. Pero hoy día, con la actual hegemonía del partido comunista y un programa que tiene más bien ribetes que no son explicables desde el punto de vista de la economía, me parece que sería muy difícil para mí participar de un proceso como ese.

-¿Y qué opina de los demás candidatos?

Yo creo que (Sebastián) Sichel fue un invento de un grupo de poder, que tenía una historia o un relato atractivo por el tema familiar, pero creo que lo sobreexplotó. Le faltaba consistencia y giró en torno a un liderazgo que no tenía. Una cosa es ganar una primaria y otra cosa es ser un líder. Y cuando amenazó a los candidatos de su coalición de no apoyarlos, ellos respondieron que ‘ningún problema, nosotros tampoco’. Y se desinfló, se cayó. No tenía mayor sustento porque ninguno de los partidos lo siente como propio.

Ahora, lo que me llama la atención es que el desfonde de Sichel, que no creo que sea tanto como se dice hoy día, no fue capitalizado en ningún punto por Provoste, y eso sí que es un problema, porque los estrategas de la campaña de Provoste la intentaron poner más a la izquierda para disputarle votos a Boric, lo cual no tiene ninguna lógica, porque el voto de Boric es un voto más duro, es un candidato que no se está desfondando, y adicionalmente pensemos que si el PPD y el PS quieren transformarse en una especie de copia del FA, sólo recordarles que en general, la historia política nacional e internacional, entre el original y a copia, la gente siempre eligió al original.

-¿Qué opina de que Franco Parisi no haya venido a Chile en su campaña y que tampoco vaya a estar en el día de las elecciones?

A mí eso me parece una vergüenza, una verdadera vergüenza. Un candidato que no está viviendo en el país, me parece que no es digno de sentarse en un proceso electoral. Aquí hay ciertas normas básicas. Yo puedo no estar de acuerdo con lo que dice (Eduardo) Artés, de hecho no estoy de acuerdo en nada con él, pero es un señor que juntó las firmas, que se presentó, que vive acá y que hace su pega. Puedo encontrar que lo hace pésimo, pero tiene todo el derecho a hacerlo.

Pero estar haciendo este tipo de candidaturas desde fuera del país, con un tema judicial pendiente y haciendo todo tipo de artimañas para no volver, y engatusando a la gente, a mí me parece que es muy delicado. Pero bueno, es lo que hace algunos años yo advertí: la instalación del populismo en el sistema político chileno, pero ojo, no es sólo de él, yo creo que está instalado en todos los sectores.

-¿Y en el caso de Marco Enríquez-Ominami?

Yo creo que perdió la novedad. Ese es el problema de Marco Enríquez-Ominami. Yo creo que fue atractivo mientras era la novedad, pero esa novedad que tenía en 2009 la tiene hoy día Boric, probablemente, y por lo tanto no resulta tan atractivo desde el punto de vista de los números. Esto, a pesar que es el que tiene mejor experiencia desde el punto de vista comunicacional.

-Hablando de Marco Enríquez-Ominami. Hace poco dijo que “está a días de ser Presidente de Chile un extremista” refiriéndose a Kast, agregando que ve “a Boric bajando, a Provoste bajando, a Kast subiendo”. ¿Qué opina de estos dichos?

Yo no soy mucho de calificar a las personas. Creo que cada uno tiene sus características, alguno puede gustarte legítimamente o no, pero creo que es una mala señal estar calificando al otro, más que proponiendo cosas propias. Pero yo creo que (lo que dice ME-O) es un hecho objetivo de la causa, yo creo que Marco Enríquez-Ominami no equivoca cuando uno mira las tendencias, y claro, los hechos de violencia y la no condena a la violencia de parte del mundo de centro-izquierda y de la izquierda, le da un espacio y cancha a José Antonio Kast donde juega muy cómodo, y eso es un problema.

De hecho, la izquierda se llena la boca con la participación ciudadana, en La Araucanía se hizo un proceso electoral, un plebiscito, votó más gente para este plebiscito del Estado de Excepción que para la elección de gobernadores regionales. Y tuvo un resultado avasallador, porque la gente está con miedo. No es que yo esté de acuerdo o no, estoy diciendo lo que ocurrió en la calle. Pero después cuando votan, votan en contra de lo que la calle dijo, entonces la pregunta es: ¿dónde está la consistencia?.

Liderazgos en el PPD

-¿Qué opina de los liderazgos del PPD: Ricardo Lagos Weber, Heraldo Muñoz y Francisco Vidal?

Con Ricardo somos amigos, creo que él es un gran liderazgo y que debió haber sido el candidato presidencial del PPD, siempre lo dije y se lo dije a él, yo estaba disponible a ponerme detrás de él si era candidato. Pero bueno, al final no quiso, no se pegó el salto pero lo que yo veo es que él tiene un espacio mucho más amplio que el PPD, los votos de Lagos Weber no son votos militantes necesariamente.

En el caso de ‘Pancho’ (Vidal), él ha sido un dirigente y partidario de toda la vida, desde que se fundó el PPD. Él ha estado siempre en las directivas partidarias y ha pasado por todos los procesos, por todos los gobiernos. Y ha tenido una evolución. Hoy día está más bien dedicado a la academia, a los medios de comunicación.

En cuanto a Heraldo, él fue presidente del PPD, fue precandidato aunque nunca llegó a ser candidato presidencial, lamentablemente. Pero mi percepción es que hay momentos y momentos, y hay un tema generacional que ya sacó a varias personas de la lucha política. Por lo menos no tuvo escándalos pero tampoco digamos que despegó. Yo creo que la candidatura lamentablemente no prendió.

A mí lo que más me duele en el caso de Heraldo es que lo bajaron por la ventana, lo bajó Guido Girardi por la ventana en una operación fallida para liquidarse a la DC. Bajaron a Ximena Rincón, con el PS fueron a negociar con el FA, el FA los rechazó cuando ya habían bajado a Heraldo… o sea, al final, quedó el PPD en el peor de los mundos, porque al final era una primaria media artesanal, pero compitió el PS, la DC y el PR. Y el PPD no tenía candidato porque ya lo habían bajado, entonces a mí no me gustan esas cosas. Creo que lo que hizo Girardi con Heraldo no fue correcto.

Extremismo en la política

-¿Siente que hay una suerte de fundamentalismo en la política, considerando -por ejemplo- las críticas que ha recibido la senadora Carolina Goic por haber sido la única figura de la oposición que votó en contra del proyecto del cuarto retiro?

Claro, yo creo que se ha ido instalando que cada uno es dueño de la verdad y el que piensa distinto hay que atacarlo y ojalá agredirlo, y eso es un tremendo problema. Creo que Chile está pasando por un momento muy difícil. Hay que recuperar la estética del lenguaje, hay que recuperar los principios, hay que recuperar el valor de la diversidad. Uno puede estar de acuerdo o no con una decisión, pero de ahí a denostar al que explicita su posición, a mí me parece que es francamente peligroso.

Es un camino que por lo demás se abrió hace bastante tiempo. Recuerde que cuando alguien osaba a levantar la mano para presentar una indicación, por ejemplo a la Ley de Tabaco, Girardi acusaba inmediatamente de que uno estaba pagado por las tabacaleras, cuando en realidad alguien puede tener una legítima diferencia. No es sano instalar la idea de que el que vota distinto a cómo voto yo, es porque es malvado y hay que agredirlo. Me parece que eso es muy grave.

Así como dije en su oportunidad, que el populismo estaba llegando y ahora evidentemente el populismo va a estar instalado en la política, creo que el totalitarismo de izquierda y derecha también está instalado en la política, y eso es muy delicado. El hecho de que Carolina Goic reciba amenazas de muerte me parece un acto deleznable. Yo lo he sufrido en carne propia y no una, sino que varias veces, y déjeme decirle que la afectación familiar es muy compleja. Por lo mismo, expreso toda mi solidaridad con Carolina.

-Y en ese sentido, ¿qué opina de que la candidata Yasna Provoste haya dicho: “no me pidan milagros respecto de aquellas personas que tienen agenda propia y no piensan en la comunidad”, luego que la senadora Goic votara en contra del proyecto del cuarto retiro?

Yo creo que ahí equivoca la candidata, creo que la que tiene agenda electoral es justamente la candidata, quien explicita que el proyecto es malo pero lo vota a favor, mientras que la otra persona explicita que el proyecto es malo, por las razones que esgrimen los otros también, y coherentemente vota en contra. Entonces creo que ahí hay un problema. No se puede pretender tener una suerte de grupo monolítico, sobre todo cuando son candidatos de coalición. Pero bueno, son momentos más bien de tensión propios de una campaña electoral que está en su última fase.

Evaluación de la convención

-¿Cómo evalúa el trabajo de la convención en estos primeros cuatro meses?

Yo creo que ha ido de menos a más, creo que poco a poco se han ido haciendo las catarsis de mucha gente que habla desde el sufrimiento, desde el resentimiento, desde la rabia, desde la frustración, y nosotros tenemos que entender las razones por las cuales plantean, en la forma y en el fondo, lo que dicen, y eso es un aprendizaje que hemos hecho.

Hoy día ya uno observa en el trabajo de comisiones que hay una disposición distinta, en el sentido de que hay un grupo, que por cierto va a querer siempre que esta sea una constitución de revancha, así como la constitución de 1980 impulso un modelo neoliberal, aquí van a querer imponer otro modelo, pero creo que hay una mayoría que entiende que este proceso es muy importante para el país.

Hoy estamos abocados a escuchar experiencias, escuchar a profesionales, escuchar a organizaciones, y espero que con buena voluntad podamos sacar un buen texto constitucional, porque la oportunidad que tenemos de terminar con la constitución de (Augusto) Pinochet es una oportunidad que debiera llevarnos a un gran acuerdo amplio en un texto constitucional, porque yo no me imagino que alguna gente quiera que este proceso fracase y que nos sigamos rigiendo por la constitución de Pinochet. Eso sería una locura.

Mi llamado, primero, es a resaltar que las cosas están mejor de lo que aparecen, pero en segundo lugar el llamado es a entender la importancia de este proceso para la historia chilena y para la paz social, y para eso se requiere de voluntad, voluntad y voluntad.

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