Rusia actúa como un “saboteador ruidoso”. China es un “obstruccionista silencioso”. Y Estados Unidos recorta el presupuesto para financiar investigaciones. Esas son algunas conclusiones a las que llegó el último informe del Servicio Internacional de Derechos Humanos (ISHR) sobre las batallas presupuestarias que enfrenta actualmente la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El documento de 109 páginas —al que tuvo acceso exclusivo en Chile la Unidad de Investigación de Bío Bío— expone que la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) recibe menos del 1% del presupuesto total de la ONU. Es simple, es la sección a la que le entra menos financiamiento. Pero adicionalmente, descubrieron que grandes potencias mundiales están activamente intentando frenar el dinero que ingresa a esta sección.
En entrevista con 37 diplomáticos, funcionarios de la ONU y expertos, además de documentos oficiales, concluyeron que existe “obstrucción coordinada de ciertos Estados liderados por China y Rusia” para recortar el presupuesto destinado a los derechos humanos.
Lo anterior afecta de diferentes formas. Por ejemplo, hay despidos, no se financian investigaciones sobre esta materia, se reducen viajes a países en crisis y, por primera en 50 años, el Comité de Derechos Humanos canceló una sesión completa.
Un órgano político
El presupuesto de la ONU se financia mediante contribuciones obligatorias impuestas a cada Estado Miembro. El porcentaje a entregar dependerá de la capacidad de pago que tenga el país y del ingreso nacional bruto por población. El mínimo es 0.001%. El máximo es 22% y lo entrega Estados Unidos.
Estos montos son negociados por la Quinta Comisión (5C) de la Asamblea General y adoptado por una sesión plenaria antes de que termine el año. En simple, el papel de la Quinta Comisión es garantizar que la ONU disponga de los recursos necesarios para cumplir su mandato y no abrirse a otros órganos intergubernamentales. No obstante, desde 2020 la Quinta Comisión se rompió. O al menos no logra llegar a consenso. Esto significa que algunos Estados intentan avanzar en sus objetivos políticos personales a través del presupuesto.
“La Quinta Comisión no es en absoluto un órgano técnico, es un órgano profundamente político”, manifestó un exdelegado de la Quinta Comisión para elaborar el informe.
Aun así, este presupuesto que recoge la Quinta Comisión es solo una parte de la plata total que recibe la ONU. También existen las contribuciones extrapresupuestarias que son voluntarias y pueden ser destinadas a proyectos específicos. Todo queda a discreción de la ONU.
Para tener una idea, en 2023 las contribuciones obligatorias representaron 13,5 mil millones de dólares. Es decir, un 29%. Mientras que las extrapresupuestarias ascendían a 31,5 mil millones de dólares. O sea, el 68% de todo el presupuesto.
Estados Unidos es quien más aporta: representa un 22% del presupuesto obligatorio de la ONU. Ese es el límite máximo que pueda dar un país. China es el segundo mayor contribuyente. Hoy está en un 20%.
Sin embargo, son estos mismos países “los principales responsables de la crisis de liquidez actual, que ha provocado recortes drásticos en el presupuesto”.
El “más hostil”
Según el informe, China ha retrasado considerablemente el pago de sus contribuciones anuales obligatorias sin ninguna justificación. Al 30 de septiembre de 2025, sólo había pagado el 72% de éstas.
“Casi todos los delegados consultados por el ISHR afirmaron que China es el Estado más hostil a la financiación de los derechos humanos en la Quinta Comisión (5C), seguida por Rusia”, expone el documento.
Rusia, si bien actúa de manera independiente en las votaciones de la Quinta Comisión, existen indicios “de coordinación con China en posturas contrarias a los derechos humanos”.
Ambos países son altamente influyentes en las negociaciones presupuestarias. El documento señala que utilizan sus posiciones para obstruir el consenso y debilitar el pilar de derechos humanos. En el caso de Rusia, tiene un papel activo y visible durante las sesiones de la Quinta Comisión. Lo catalogan como un “saboteador ruidoso”.
“Su delegación suele presentar enmiendas orales hostiles o proyectos de resolución destinados a recortar fondos para mandatos de derechos humanos, además de forzar votaciones sobre enmiendas positivas que buscan asegurar ese financiamiento. Rusia no intenta ocultar su papel de “saboteador” dentro del proceso de la 5C, y actúa de manera frontal en contra de los recursos para el ACNUDH”, exponen.
Por otro lado, China actúa de manera silenciosa, aunque sigue siendo muy decisivo.
“China actúa entre bastidores (…) Si bien suele respaldar las iniciativas de Rusia, copatrocina proyectos de resolución hostiles y participa en explicaciones de voto, prefiere no aparecer públicamente como una fuerza disruptiva principal”.
En concreto, ambos países presentaron propuestas de recortes que “evidencian un intento deliberado de obstaculizar las investigaciones sobre derechos humanos”. Estas indagatorias son claves para tener antecedentes sobre los perpetradores de estos delitos.
“Algunos Estados clave, en particular China y Rusia, han utilizado su membresía en los órganos subsidiarios pertinentes para impulsar recortes desproporcionados al presupuesto de derechos humanos y han liderado los esfuerzos por bloquear el financiamiento a los derechos humanos en las negociaciones del 5C”, exponen.
Lea el informe aquí
Recortes profundos
A esto se suma que la actual administración de Donald Trump ha recortado el presupuesto y ha suspendido temporalmente el pago de sus contribuciones obligatorias. Esto viene desde su primera administración. En 2020, a finales de su mandato, Trump propuso eliminar totalmente el financiamiento a la ACNUDH. La idea no se sometió ni siquiera a votación. Mucho menos fue aprobada, pero sí marcó un punto de tensión al interior de la ONU.
“Implementó recortes profundos en la ayuda exterior y contribuciones voluntarias, incluyendo a organismos clave de derechos humanos. Detuvo los pagos de sus contribuciones obligatorias, mediante fondos aprobados por el Congreso, lo que constituyó un golpe significativo al presupuesto de la ONU y a la operación de sus mecanismos de derechos humanos”.
Hoy, en conjunto con China, “han sido los responsables de la más reciente crisis de liquidez”. Principalmente, por tanto China como Estados Unidos pagan tarde.
“Si el dinero llega tarde en el año, es un desperdicio. Por ejemplo, si [la Secretaría de la ONU] tiene que imponer una congelación de contrataciones [por pagos tardíos], no puede retroceder y contratar después”, detalla el informe.
A raíz de esto, durante 2024 el recorte de presupuesto quedó en un 13%. En lo que va de este año ya va en 27% menos. En otras palabras, el ACNUDH recibió solo el 87 % de su presupuesto aprobado.
Pero en todo esto hay un truco. Si no se gasta la totalidad del presupuesto aprobado, el saldo se tiene que devolver a los Estados Miembros como crédito para años posteriores. Debido al retraso de los pagos de China y EE.UU, la ONU no puede gastar el total del presupuesto y China recibe crédito sobre sus contribuciones. En otras palabras, no están pagando.
Los despidos
“Los dos últimos Altos Comisionados para los Derechos Humanos, Volker Türk y Michelle Bachelet, han declarado que la financiación del Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) es insuficiente”.
Por lo mismo, como las contribuciones obligatorias no alcanzan, la ONU debe recurrir a las donaciones. El problema es que la mayoría proviene de fundaciones privadas y están limitadas a lo que ellos piden. Esto hace que los donantes ejerzan cierta influencia y, por consiguiente, le quita autonomía operativa a la ACNUDH.
Como consecuencia, la ONU ha tenido que despedir gente, cancelar seminarios, talleres, paneles de alto nivel, informes y hasta directrices en esta materia. Uno de estos fue, por ejemplo, la cancelación de la actualización sobre la situación de Myanmar y seminarios sobre derechos de las mujeres.
“El resultado de estas acciones no es un colapso súbito del presupuesto, sino un deterioro progresivo y constante: cada año se eliminan pequeños montos, se retrasan contrataciones, se posponen informes, se “racionalizan” misiones, y se desmotiva al personal especializado”.
De mal en peor
Hoy, el ítem de derechos humanos sigue siendo el menos financiado. Recibe un 1% del presupuesto total, incluida las contribuciones extrapresupuestarias. Esta crisis, explican en el informe, es un “problema profundo y persistente, un subfinanciamiento sistemático”. A pesar que existe una demanda global para proteger los derechos humanos, la ACNUDH sigue siendo el departamento menos financiado de la ONU.
La situación, lejos de mejorar, va empeorando.
“Los pagos tardíos de China de sus contribuciones evaluadas han agravado la crisis financiera, amenazando la integridad operativa y la credibilidad de la ONU. Con los recortes presupuestarios importantes previstos para 2026, China está en posición de redirigir el presupuesto de la ONU hacia sus prioridades y alejarlo de los derechos humanos”
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