“Estoy hecha una Barbie, esposo… Estoy regia, estupenda, talla S”. Así Katherine Pino le contaba a su pareja, Eliazar Parra, cómo había quedado después de una serie de operaciones.
La conversación data de enero de 2021, 10 meses después del “Robo del Siglo”, en el que un grupo de más de una decena de asaltantes atracó un camión de la empresa Brinks en el Aeropuerto de Santiago, obteniendo un botín de alrededor de $13.500.000.000.
Tras el golpe, el segundo más cuantioso de la historia de Chile, se efectuaron los primeros arrestos en mayo de 2020, cuando se despacharon diez órdenes de detención. Sin embargo, la policía en ese entonces no pudo dar con Parra en su casa en Machalí, por lo que a principios de 2021 permanecía prófugo.
En la charla telefónica, cuya grabación fue presentada entre las pruebas por la fiscalía, Pino le cuenta cómo han estado sus hijos, sobre la renovación de su nueva casa en Maule y de las cirugías estéticas que se había realizado.
“Menos mal que me operé, que me alcancé a operar. Dije, esta es la mía. Me hice la liposucción, abdominoplastía e implante de glúteos”, cuenta la mujer.
Las cirugías fueron sólo uno de los múltiples desembolsos de los responsables del Robo del Siglo: autos de lujo, casas y túneles para perpetrar nuevos robos aparecen en el historial del grupo.
Piscina y walk-in closet
En abril de 2020, Katherine Pino ya sabía que la Brigada Investigadora de Robos Metropolitana andaba tras su novio. De acuerdo con lo que ella misma dice en las conversaciones telefónicas con Parra, había ido a ver a un abogado, porque había comenzado a sentir que la seguían.
Según ella, el abogado, quien era “amigo del fiscal”, le había dicho que el cabecilla del atraco, Eloy Varas, había enviado una foto de la plata “pa’ la cana”.
―Oye, el pajarón culiao ―fue la respuesta de Parra.
La ostentación, sin embargo, no fue únicamente cosa de Varas. En el juicio, se reveló que Pino conducía un Mercedes-Benz avaluado en $35 millones. Además, sus gastos totales superaron los $100 millones, considerando la compra de la casa de Maule en $43 millones y la posterior remodelación.
La vivienda, que fue allanada por la Policía de Investigaciones, es de dos pisos, de arquitectura cuadrada, con una amplia sala decorada con tres espadas y dos cuadros en las paredes.
Las cinco habitaciones están en la segunda planta, que tiene suelo de tarima flotante; la pieza matrimonial cuenta con un walk-in closet, con 12 cajoneras y 16 repisas. En los baños, las cubiertas de los vanitorios son de cuarzo blanco, con lavamanos de sobrecubierta del mismo color, que contrasta con los cerámicos de tonalidades cafés de las paredes.
Atrás, en el patio pavimentado, junto a unos juegos infantiles y una cama elástica, está la piscina, construida en el proceso de refaccionamiento de la vivienda.
Amor filial
La bonanza de Parra también habría alcanzado a sus progenitores. En las escuchas, familiares cuentan que este le habría dado un saco con billetes a su padre.
El fin de este obsequio, de entre $90 millones y $120 millones, habría sido que le regalaran un terreno a su madre, aunque la policía no encontró pruebas de que esa adquisición se hubiese concretado. Además, mencionan también un aporte de $10 millones a su hermana.
Por su parte, otros dos de los sentenciados, Claudio Cortez y Danilo Leyton, compraron casas en Algarrobo y La Serena, respectivamente, según la sentencia. Eloy Varas, en tanto, compró una vivienda para su hija en Sagrada Familia.
En cambio, Ariel García adquirió un vehículo SUV y un Audi. Sobre este último, un tercero declaró ser el verdadero propietario ya que había llegado a un acuerdo con el padre de García durante 2020, pero que nunca le había pagado.
También la pareja de García se sometió a cirugías estéticas, aunque no se especifican de qué tipo.
Túneles por Chile
Pero también hubo reinversión en el proceso criminal. Según cuenta la sentencia, algunos de los condenados hicieron importantes avances en la construcción de túneles.
De hecho, uno de ellos salió a la luz pública en mayo de 2020 en La Serena. El objetivo de este túnel era, nuevamente, Brinks, esta vez en el Norte Chico.
En ese entonces, el subprefecto Rodrigo Villarroel, jefe de la Brigada Investigadora de Robos de La Serena, “alabó” la calidad técnica de la construcción de 42 metros: “Cuenta con una construcción muy sofisticada. Tiene un sistema de iluminación y ventilación”, detalló Villarroel.
Tanto Eliazar Parra como Pedro Marín fueron condenados en relación a este descubrimiento. Además, de acuerdo con los antecedentes aportados por el Ministerio Público, también participaba en la banda otro de los implicados, Claudio Cortez Dote.
Aparte de La Serena, el grupo intentó iniciativas similares en Mostazal, Villa Alemana y San Bernardo, según fiscalía.
Condenas
Tras ser capturado en agosto de 2021 y llevado a juicio oral, finalmente Eliazar Parra fue condenado a 20 años de presidio mayor en su grado máximo, por ser culpable de robo con violencia e intimidación y otros delitos.
En tanto, su pareja, Katherine Pino, fue condenada como encubridora a dos años de presidio, los que deberá cumplir en la cárcel pues tenía antecedentes penales.
Además, fueron sentenciados Ariel García Garrido a 20 años; Danilo Leyton Palma y Pedro Saldías Lecaros a 17 años; y Eloy Varas Sáez a 16 años.
12 personas ya habían sido declaradas culpables por el robo en procedimientos abreviados, entre ellos Claudio Cortez y Pedro Marín.