El año pasado 1.715 jóvenes se inscribieron para estudiar en la Escuela Militar, de los cuales se seleccionaron 241 que se convirtieron en cadetes. De estos, varios obtuvieron 900 puntos en la PAES, por lo que podrían haber elegido carreras tradicionales.
Sin embargo, “motivados por valores, que permiten formarse integralmente” y “desarrollar la disciplina, el temple, el hábito de estudio y aprender a superar las adversidades”, los jóvenes prefirieron iniciar su formación como Oficiales del Ejército, según testimonios publicados por la misma institución.
Hoy, alrededor de un 25% de la promoción, enfrenta acusaciones de haber copiado en una de las evaluaciones finales, falta que en el pasado ha significado la expulsión de los responsables. Situación que ha generado una ola de comentarios por los pasillos de la vieja y tradicional institución.
La situación fue detectada por los docentes tras encontrar similitudes en las respuestas de los estudiantes en una evaluación del ramo de programación, realizada en noviembre de 2023.
Las acusaciones resultaron en la apertura de una “Investigación Sumaria Administrativa” por parte de la Escuela Militar para esclarecer la acusación bajo la que se encuentran cerca de 60 cadetes.
Sin embargo, al día de hoy, no se han aplicado sanciones puesto que el proceso sigue en curso sin conclusiones.
Demoras y sospechas
El hecho fue confirmado por el Ejército a Radio Bío Bío, quienes afirmaron que “una vez finalizada la investigación conforme a la normativa de la Escuela Militar, se dispondrán las medidas administrativas, según correspondan”. Pero preocupa la falta de acciones disciplinarias hacia los cadetes a meses de la denuncia.
Un ex alto mando del Ejército –quien solicitó hablar bajo reserva– comenta que este tipo de sumarios no suelen tomar tanto tiempo, y que la lentitud del proceso llama la atención sobre posibles irregularidades.
Lo mismo fue denunciado por un grupo de apoderados de la Escuela en una carta enviada a Javier Iturriaga del Campo, Comandante en Jefe del Ejército: “Hay un claro caso de hacer vista gorda, mirar para el lado” y, luego de no observar medidas algunas, la hicieron llegar a Radio Bío Bío.
“¿Por qué no fueron expulsados?, nos preguntamos. ¿Habrá algún(s) hijos, nietos, sobrinos, etc, de oficiales generales activos o en retiro? (…) ¿Habrá habido algún llamado telefónico a la oficina del director o del asesor legal?”, agregaron en el mismo documento.
Los padres acusan que los alumnos con estos lazos familiares “gozan de más privilegios que el resto”, y los califican de “intocables”.
Gravedad de las acusaciones
La acusación de copia en una evaluación toma especial gravedad en una institución cuya misión es formar “líderes virtuosos”, como se indica en la página web de la misma Escuela Militar.
El mismo ex miembro del Ejército afirma que este tipo de conductas son consideradas muy graves dentro de la institución. Si quienes estudian en la escuela y cometen este tipo de faltas no son sancionados adecuadamente, son personas que podrían en un futuro “poner en riesgo la vida de otros por intereses personales”, manifiesta.
“Las copias son sancionadas drásticamente”, agrega por su parte Ricardo Martínez Menanteau, ex Comandante en Jefe del Ejército. “No es normal que ocurra, y cuando ocurre, se hacen efectivas las responsabilidades”, agrega.
El caso recuerda a los 19 estudiantes de ingeniería de la Pontificia Universidad Católica que fueron sancionados el año 2016 tras haber copiado en una evaluación a través de un grupo de WhatsApp, que se enfrentaron a los castigos de suspensión de uno o dos semestres académicos.
Robos, violencia y más acusaciones
Los mismos apoderados que llamaron la atención sobre las demoras en las sanciones a los cerca de 60 alumnos involucrados, también aprovecharon la carta de ocho páginas enviada al general Iturriaga para sacar a relucir otros hechos preocupantes.
Uno de ellos recae en la falta de acción frente a violencia entre los compañeros. “Los abusos y aporreos son pan de cada día al interior de la escuela”, afirman, refiriéndose a situaciones en que cadetes terminaron en enfermería o en el Hospital Militar tras lesiones provocadas por alumnos mayores.
Otro hecho de gravedad es la denuncia del robo de computadores y elementos de estudio (incluyendo material de contenido sensible), durante octubre y noviembre de 2023, cuando la Escuela Militar fue utilizada como sede de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos.
Así, al regresar los alumnos de la realización de la campaña final en Pichicuy – balneario del norte de la región de Valparaíso –, se dieron cuenta de la desaparición de los dispositivos de las cajas de curso.
“Estamos hablando de un recinto militar, no de cualquier recinto”, acusaron los apoderados, agregando que “acá hubo una clara y peligrosa vulneración de la seguridad del Instituto”.
Desde el Ejército afirmaron que tras la denuncia de los robos “se efectuó una investigación interna, lo que determinó colocar a disposición de la 2da. Fiscalía Militar todos los antecedentes con el propósito de esclarecer los hechos, proceso judicial el cual se encuentra en trámite”.
Sumario eterno: Ejército indaga a 60 cadetes tras descubrirlos copiando en prueba de Escuela Militar
