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Grindr, un cordón y un labial: la confesión del femicidio de Michelle Silva

Grindr, un cordón y un labial: la confesión del femicidio de Michelle Silva

Jueves 25 enero de 2024 | 06:10

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Hasta ahora, el cuerpo de Michelle sigue sin aparecer. Lo único encontrado es un bolso, una zapatilla y un labial. Este último en la habitación donde habría sido asesinada. Claudio Figueroa, imputado confeso, declaró que después de asfixiarla la lanzó al río Aconcagua. Las testimonios de la propia madre de Figueroa, su hermano y dos conductores Uber, fueron esenciales para dejarlo en prisión preventiva.

La primera vez que Michelle Silva llegó hasta la calle Maipú con Chacabuco, en San Felipe, eran las 3:28 de la madrugada del 6 de enero. Fue el propio Claudio Figueroa quien la citó a esa dirección minutos antes a través de Grindr para comprarle droga. Michelle no se hizo problemas. Se subió a un Uber y llegó al punto de encuentro. Figueroa eso sí no apareció. La miró desde la ventana e ignoró sus llamadas.

—Este conchadesumadre no apareció y me apagó el celular —le dijo Michelle al mismo Uber que ahora la trasladaba de vuelta.

Le ofreció llevarla hasta su casa mientras se acomodaba en el asiento del copiloto. Pero se negó.

—No, tío. No se preocupe. Demás que en la noche cae algo —le soltó.

Así que la dejó en la esquina de Colorado frente a una carnicería. Desde ahí tomó otro Uber. Para entonces ya eran casi las 4:40 de la madrugada. Cuando se bajó estaba otra vez en calle Maipú. Esta vez el encuentro con Figueroa se concretó. Él mismo declaró:

—Me mantuve en el marco de la puerta hasta que la niña (Michelle) llegó a la altura de mi casa. En ese momento hablé con ella. Nos saludamos, hablamos de la droga, me pidió pasar a mi casa para no hacer la venta en la calle, así que en ese momento la entré a mi casa y nos fuimos a una de las piezas del patio que mi mamá tiene para arriendo”.

Un olor extraño

La habitación no tenía más que una cama y un velador. Cuando entraron, Claudio le dijo que esperara un rato porque iba al baño. Poco antes le había pedido dos condones a su hermano que estaba viendo una película en otra pieza de la casa.

—Al llegar unos minutos después me di cuenta de que (Michelle) tenía mi celular y mi plata en su cartera. Le pedí que me las devolviera, pero no me hizo caso —expuso Claudio.

Contó que eso lo descontroló. Según él, se percató que el velador, que estaba medio abierto, tenía un cordón de zapato.

—Ella se encontraba sentada en la cama y por la espalda la tomé por el cuello con el cordón y la empecé a asfixiar, hasta que me di cuenta que la había matado.

Una hipótesis de la fiscalía es que iban a tener relaciones y Michelle se negó. Por eso la asesinaron.

Esa noche no estaban solos. En la misma casa dormían la madre y el hermano de Claudio. Ambos coinciden que al día siguiente, la madrugada del domingo, vieron que la luz y el ventilador de su pieza estaban encendidos. Había 33,8 grados a la sombra. Ambos concuerdan también que salía un olor putrefacto desde ahí. Y ambos declararon que su actitud era extraña. Exaltada y nerviosa.

—Sentí el fuerte olor en toda la casa, como a podrido. Muy fuerte. De hecho mi pareja también sintió el olor, como si algo se hubiese descompuesto. Mi mamá se levantó y dijo “¿qué hizo este hueón que hay tan mal olor?” —reveló su hermano a la PDI cuando lo entrevistaron.

Habitación donde habría sido asesinada Michelle

El último registro

Ese mismo domingo 7 de enero su hermano vio que Claudio llevaba un bulto envuelto en un saco blanco. Eran casi las 06:00 de la mañana:

—Le pregunté qué andaba haciendo y qué llevaba en el saco. Me dijo que era ropa suya que le habían regalado y que se la iba a llevar a nuestro tío.

No dio más explicaciones y salió de la casa. Se intentó llevar el saco arriba de su bicicleta. Las cámaras de seguridad registraron que se tambaleaba y se caía. Por eso, unos seis minutos más tarde, volvió a la casa para buscar un carro de supermercado y terminar de trasladar lo que en verdad era el cuerpo de Michelle.

Claudio testificó que cruzó el Puente El Rey y llegó al río Aconcagua. Ahí agregó unas piedras al saco y tiró el cuerpo al agua.

Su hermano contó que cuando volvió a la casa estaba sudado, tenía las zapatillas mojadas y las piernas con rasguños, como de matorrales. Hasta inventó que un hombre lo había intentado asaltar y juntos salieron a buscarlo.

—Salimos de la casa en nuestras bicicletas en dirección al Puente Rey, y recuerdo que Claudio se posicionó en el lado contrario del puente y miraba para todos lados, como preocupado.

Inmediatamente, apenas volvió, se sacó la ropa y la lavó dos veces. También sus zapatillas. Mientras estaba en la ducha su hermano revisó su habitación y vio unas manchas secas, como de vómito.

Un labial, una zapatilla y una cartera

La búsqueda masiva de Michelle empezó el lunes 8 de enero. Su familia la inició la misma madrugada del sábado. En medio de las diligencias la PDI llegó hasta la casa donde vivía Claudio el 16 enero. Cuando su mamá abrió la puerta no entendía mucho. Tampoco es que hicieran más. No tenían pruebas de nada.

Apenas se fueron llamó a Claudio y le preguntó si estaba involucrado con la desaparición de Michelle. Alterado le respondió que no. Pero luego de hablar con su otro hijo y recordar lo que ambos vieron ese 6 de enero, le advirtió que al día siguiente iría a la PDI a confesar todo lo que sabía.

—Al llegar a la pieza de Claudio me di cuenta que estaba arreglando unos bolsos con ropa y me dijo “me voy porque me vas a ir a sapear a los ratis” —relató su propia madre ante PDI.

Y se fue. Agarró dos bolsos, un morral y desapareció. Su mamá en paralelo confesaba todo en la PDI de San Felipe. Claudio terminó volviendo y confesando el crimen el 20 de enero.

Aunque relató los hechos e indicó el lugar donde supuestamente la lanzó al agua, su cuerpo todavía no aparece. Lo único que hallaron fue su labial en la habitación donde fue asesinada. Estaba justo debajo del somier de la cama. Su cartera y una zapatilla, identificadas por su familia, también aparecieron en medio de la búsqueda.

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Una de las pruebas esenciales dentro del caso son las cámaras de seguridad de las calles donde se vio por última vez a Michelle. También se expuso una imagen donde Claudio arrastra un carro de supermercado con un bulto encima.

Este miércoles el Juzgado de Garantía de San Felipe decretó la prisión preventiva para Claudio por el delito de femicidio y un plazo de investigación de 180 días. La familia aún busca a Michelle.

Pertenencias de Michelle encontradas

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