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¿Te gustan los ostiones? En Chile se consume un "fósil viviente"

24 mayo 2021 | 09:11

La investigación permitió clarificar la existencia de dos especies, una de las cuales es un verdadero tesoro natural, de cuyo tipo se pensaba que solo quedaban fósiles.

El trabajo liderado por Sebastián Rosenfeld, biólogo marino del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), también busca sentar bases para el correcto manejo y administración pesquera de este molusco, junto con servir de apoyo a la conservación en el extremo sur de Chile.

En nuestras costas habita una enorme y variada diversidad de especies, muchas de ellas importante foco de extracción para la pesca artesanal e industrial y fuente de alimento para muchas comunidades locales.

En la región de Magallanes los ostiones tienen un rol protagónico y actualmente existen dos especies que son extraídas en el territorio: el ostión del sur (Austrochlamys natans) y el ostión patagónico (Zygochlamys patagonica).

Sin embargo, hasta la fecha no ha existido claridad respecto a la identificación de ambas especies.

Asimismo, la manera de clasificar a estos moluscos durante la pesca se ha basado en confusos criterios de observación que pueden resultar erróneos a la hora de identificar las dos especies de ostiones, poniendo en peligro su sustentabilidad.

De hecho, actualmente, la pesquería de ostiones posee un tamaño mínimo de captura que podría ser reducido aún más por la industria pesquera.

Debido a este problema, un grupo de investigadores del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) desarrolló un estudio para clarificar la filogenia de los ostiones, es decir, su origen e historia evolutiva, y al mismo tiempo, sentar bases para un mejor manejo pesquero y de conservación.


Árbol familiar

El trabajo fue liderado por Sebastián Rosenfeld, biólogo marino de la Universidad de Magallanes (UMAG) además de científico del IEB, y fue publicado recientemente en la Revista Scientific Reports.

“A través de esta investigación quisimos abordar este escenario y encontrar un criterio válido para separar las especies, viendo si eso se correspondía con los análisis genéticos”, partió Rosenfeld a través de una declaración oficial.

“El criterio que establece Sernapesca es que el ostión del sur es más grande, pero este criterio no es tan certero en la práctica. Además, en algunas zonas cohabitan las dos especies e individuos de tamaño intermedio que no pueden ser clasificados como de uno u otro tipo con claridad”, detalló.

Para llegar a estas conclusiones, los científicos realizaron un detallado estudio del árbol familiar de 92 especies de ostiones en todo el mundo.

Los análisis determinaron que, efectivamente, el ostión patagónico y el ostión del sur eran dos especies diferentes y de géneros distintos.

Mientras que el primero está emparentado con ostiones del océano austral e incluso de Nueva Zelanda, el del Sur resultó ser una especie muy antigua, un “verdadero tesoro natural emparentado con la especie Antártica Adamussium colbecki, ya que el resto de las especies de Austrochlamys están extintas y solo se encuentran en los registros fósiles”, indicó IEB.


¿Cómo se vería afectado este molusco por su extracción actual?

“Actualmente, el promedio de tamaño de ambos ostiones no supera la talla mínima de captura, que es de 75 milímetros para el ostión del sur. Pero además hemos visto que existe una presión desde la industria pesquera para reducir el tamaño mínimo de extracción, lo que puede poner en peligro a estas especies y en particular al ostión del sur, que se extrae con frecuencia y presenta un tamaño mayor que el patagónico”, agregó el investigador.

“Si además consideramos que el ostión del sur es un relicto, una especie antigua sin parientes vivos, que solo habita en Magallanes y comparte un pasado con el ostión antártico, el asunto es más complejo, ya que la especie podría desaparecer si es que no hacemos un mejor manejo”, alertó el académico.

Respecto a la identificación morfológica, los estudios también demostraron que la forma correcta de clasificar era poniendo atención a la valva derecha de la concha, una práctica que no es usual en la pesca de estos ostiones, de acuerdo a Rosenfeld.

En el caso de la especie Austrochlamys natans se comprobó que esta tenía una mayor profundidad de la “muesca bisal”, correspondiente a la sección entre la oreja y el resto de la concha.

Del mismo modo se estableció que el tipo de coloración de la concha y el número de costillas es muy variable entre uno y otro individuo, y que no era determinante a la hora de clasificar.


Recomendaciones y futuro manejo

En este contexto, el estudio propuso generar evidencia para ayudar a la comunidad pesquera y mejorar la gestión extractiva del molusco.

“El ostión en Magallanes ha sido históricamente emblemático y reconocemos su importancia, asociado también a su cultura ancestral. Este era el plato favorito de algunos pueblos originarios de Magallanes y de mucha gente local de la región y además hay sitios arqueológicos donde predominan los conchales con ostiones”, comentó Rosenfeld.

“Es por ello que el tema debe ser abordado de forma integrada pues tiene una implicancia en la economía local y en lo cultural. La idea no es prohibir su extracción, sino buscar mecanismos para ayudar a su correcto manejo”, añadió.

“Ya vimos que durante muchos años hubo sobreexplotación de este recurso, una verdadera depredación por parte de una pesquera. Y hoy creemos que es muy importante contribuir a su protección y a un manejo saludable considerando a las personas que están vinculadas a la cosecha de este bivalvo”, complementó.

Para ello, el biólogo marino propuso una serie de recomendaciones.

Una de ellas fue empezar a dialogar con los diferentes actores y realizar acciones concretas, como talleres de capacitación a técnicos pesqueros y fiscalizadores, que también permitan ayudar a la clasificación visual de los ostiones.

“El ostión del sur tiende a vivir en sectores más asociados a los fiordos con glaciares. Sin embargo, en algunos lugares estudiados hemos encontrado poblaciones mixtas”, explicó.

“Por ello proponemos ir a los bancos y evaluar si éstos tienen solo a una de las especies o a las dos. Por otro lado, si se quiere evaluar al ostión de forma no destructiva, éste se puede extraer realizando su medición en el barco y luego devolverlo al mar. Esto sería también un gran aporte para ayudar a su conservación y correcto manejo, y en especial al ostión del sur que es un fósil viviente del planeta al que debemos cuidar responsablemente”, puntualizó.

El estudio contó con apoyo de la académica UMAG Karin Gerard y de los investigadores Dr. Cristian Aldea (UMAG), Dr.(c) Jaime Ojeda (UMAG-IEB), Dra. Claudia Maturana (IEB), Dr. Andrés Mansilla (UMAG-IEB), Dra.(c) Zambra López (Universidad de Chile-UMAG), Francisco Bahamonde (UMAG) y el Dr. Elie Poulin (Universidad de Chile-IEB).

La investigación tuvo además el respaldo del Proyecto Fondecyt Regular 1161358, liderado por Gerard; el Proyecto Anillo PIA CONICYT ACT172065, liderado por Poulin; y el proyecto Fondecyt Regular 1180433,dirigido por Mansilla.