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Académico UdeC plantea recarga artificial de aguas subterráneas para no sobreexplotar acuíferos

Publicado por Felipe Reyes
La información es de Comunicado de Prensa

19 abril 2021 | 12:26

En el marco de un ciclo de charlas por el Día del Agua en la Universidad de Concepción, el académico de la Facultad de Ingeniería Agrícola, José Luis Arumí, advirtió que el uso de los acuíferos para enfrentar la sequía ha llevado a un fuerte descenso en el 72% de los pozos.

Según el hidrólogo, la recarga artificial no se debe usar para generar nuevos desechos, sino para asegurar los que ya existen. “La recarga de acuíferos subterráneos se ha planteado como una especie de solución mágica para resolver el problema de la sequía, pero no es tan así. Es una práctica que nos permitiría solucionar el problema de la crisis de aguas subterráneas, pero requiere de estudios y desarrollo de soluciones adecuadas a cada caso”, señaló.

Además, precisó que es necesario manejar adecuadamente los acuíferos para evitar la crisis que se observa con mayor severidad en la zona central. A modo de ejemplo, citó el caso de la laguna de Aculeo, que se secó por la sobreexplotación de los acuíferos en un contexto de megasequía.

“Nosotros no estamos sufriendo las inclemencias de la megasequía, porque la hemos enfrentado usando nuestro sobregiro, que son los sistemas de aguas subterráneas, y por eso el 72% de los pozos están con niveles que van disminuyendo”, sostuvo Arumí, quien es investigador principal del Centro de recursos hídricos para la agricultura y la minería (Crhiam).

El académico explicó que se están sobreexplotando los acuíferos, por lo que se han producido situaciones complejas en Ligua y Petorca. “(Este fenómeno) ha ido avanzando, y en este minuto, ya en nuestra región de Ñuble tenemos un acuífero que está en condiciones de ser cerrado; y en la región del Biobío tenemos otros complicados, como el de Escuadrón, en Coronel, y el acuífero del Laja”, comentó.

Recarga artificial de aguas subterráneas

Recargar las aguas subterráneas fue una de las soluciones planteadas por José Luis Arumí. Sobre la interacción entre acuíferos y cauces superficiales, el investigador aseveró que “hay ríos que recargan acuíferos, y así alimentan otros ríos. Por ejemplo, el Ñuble, en que el agua se mueve a través del acuífero y va a aparecer en el río Cato o en el Changaral, alimentando estos ríos”.

En esa línea, abordó el rol de los canales de riego en la infiltración. “Estudiamos cómo funcionaba la hidrología en un valle sometido a agricultura intensiva de riego, y vimos que el riego producía el 75% de la recarga de aguas subterráneas, y la razón principal era la infiltración a través de los canales. Entonces, si yo puedo manejar la red de canales, puedo controlar la recarga, y eso es interesante porque en Chile tenemos 38.500 kilómetros de canales, y la mayoría no están revestidos”, afirmó.

Detalló que en 2006 se introdujo en el Código de Aguas la posibilidad de recargar acuíferos, pero pensando en soluciones particulares. “Yo podría implementar un sistema de recarga para generar nuevos derechos de aguas en el acuífero, y aunque eso sonaba bien en la teoría, en la práctica nos encontramos con el gran problema de que nuestros sistemas de acuíferos son heterogéneos”, sostuvo Arumí.

“Debido a esto, sabemos el punto donde se recarga, pero no cómo se va dispersando el agua en el acuífero, y es muy difícil realmente poder predecir qué porcentaje del agua que yo recargo puedo realmente aprovechar. Esa ha sido la razón por la que la recarga no ha funcionado muy bien como solución particular”, agregó.

Por el contrario, comentó que “puede funcionar muy bien como una solución territorial, lo que llamo las experiencias de bien común, ya existen experiencias exitosas en que una entidad con una jurisdicción territorial, como una junta de vigilancia, puede desarrollar proyectos muy interesantes sin el fin de generar derechos particulares, sino para generar soluciones de bien común, que apunten a asegurar los derechos existentes, a reducir conflictos y a proteger ecosistemas”.

“Aprovechamos la red de canales de riego. Un ejemplo es el de los regantes de la Junta de Vigilancia del río Diguillín, que me escucharon hablar de esto y hace ocho años lo implementaron, al principio fue por una razón fortuita, pero ellos se dieron cuenta que cuando se cortaba un canal de riego, los pozos bajaban, entonces, decidieron establecer un proceso de recarga experimental”, cerró el académico.