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¿Qué quiere China en las Galápagos?

Por Emilio Lara
La información es de Deutsche Welle

30 julio 2020 | 21:32

Una gigantesca flota está justo entre las zonas económicas exclusivas de la costa de Ecuador continental y el archipiélago de Galápagos. La mayoría son barcos de bandera china que quieren capturar calamares. O eso dicen.

Si uno mira un mapa, las islas Galápagos están justo frente a la costa de Ecuador, a 600 millas de distancia.

La zona económica exclusiva, de 200 millas, protege las riberas tanto del país sudamericano como del archipiélago.

Pero al medio, justo al medio, queda un espacio de 200 millas de aguas internacionales donde la Armada del Ecuador detectó la presencia de más de 250 pesqueros, la mayoría de ellos de bandera china.

Una sobreexplotación de la fauna marina de esa zona puede poner en riesgo el delicado equilibrio de Galápagos y llevar a la extinción a especies migratorias.

“Es el cuarto año consecutivo que ocurre esto mismo. Están pescando en esa zona, que es extraordinariamente rica por la confluencia de corrientes marinas”, explicó a DW Luis Suárez, director ejecutivo de Conservación Internacional Ecuador, ONG que promueve la conservación de la biodiversidad.

“Se supone que buscan calamares”, agregó. Pero en 2017 un carguero chino fue capturado dentro de la zona de protección marítima de Galápagos y en sus bodegas “se encontraron 7.200 tiburones, incluyendo algunas especies en peligro, como el tiburón martillo y el tiburón sedoso”, detalló Suárez.

“No se conocen las dinámicas de estas flotas, no sabemos qué cantidad de pesca están realizando, solo tenemos claro que es un número grande. Y capturan peces y calamares, que son transportados a otras embarcaciones que las llevan a puerto”, comentó César Peñaherrera, doctor en Ciencias Marinas Cuantitativas y director científico de MigraMar, una red internacional de científicos que investigan las especies marinas migratorias del Pacífico Este.

“El exceso de pesca genera un riesgo muy alto de colapsar las poblaciones y recursos que habitan en esa zona. Es una situación muy preocupante”, añadió el especialista de MigraMar, entidad que tiene oficinas en México, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Chile.

La unión hace la fuerza

Las autoridades ecuatorianas están muy preocupadas por la situación. Norman Wray, presidente del Consejo de Gobierno de Galápagos, indicó a DW que “la fuerza naval está patrullando y monitoreando los límites de la Zona Económica Exclusiva para evitar que se produzca cualquier ingreso de esos pesqueros”.

“Además, el gobierno ha manifestado que, sin distingo de bandera, Ecuador hará respetar sus derechos marítimos”. “El problema es que en aguas internacionales es difícil normar la pesca”, reconoció Peñaherrera, para quien queda la alternativa del trabajo regional.

“Ecuador tiene el desafío de buscar acuerdos con Colombia, Perú y Costa Rica, que son los países que tienen directa conexión con las aguas internacionales donde están operando estas flotas, y empezar a trabajar para que se aprueben regulaciones fuertes que permitan controlar el uso de recursos en aguas internacionales”, dijo.

“Ecuador solo no lo puede lograr”, concluyó el experto de MigraMar. “La diplomacia es el camino para poder establecer estos diálogos necesarios”, complementó Wray.

“La propia Convención de Derechos del Mar establece la necesidad de buscar acuerdos para sopesar los problemas de conservación de las especies y eso ya se está activando”, explicó el gobernador de Galápagos.

Para él, el objetivo es asegurar que la rica biodiversidad del archipiélago se pueda conservar “para las futuras generaciones”.

“En Ecuador estamos interesados en la posibilidad de unirnos a la iniciativa 30 x 30, donde países como Alemania, Reino Unido, Portugal y Canadá están incluidos. El plan es trabajar por llegar a una mejor protección de un 30% del océano para 2030”, sostuvo Wray.

Por su basura los conoceréis

“China tiene una flota gigantesca. Para ese país ya no es suficiente la zona donde pescaban antes, por eso ahora están en todo el mundo”, explicó Suárez, quien recuerda que el carguero capturado en 2017 tenía 600 toneladas de pesca en sus bodegas, incluidas aletas de tiburones.

“Y eso solo en un carguero. La flota actual está calculada en alrededor de 260 embarcaciones. Eso es una cantidad de volumen de pesca impresionante”, explica.

Además de la vigilancia que realizan las Fuerzas Armadas ecuatorianas, la presencia de estas enormes flotas se revela por los descubrimientos que se hacen en la costa.

Suárez precisó que en las investigaciones que realiza Conservación Internacional está la recolección de basura para determinar su origen.

Cuando vienen del sur –Perú o Chile– o del norte –California–, el plástico llega deteriorado por el viaje y la sal.

Pero cuando son desperdicios de las flotas es distinto. “Sabemos que hay embarcaciones de bandera china porque empezamos a detectar botellas con las etiquetas casi intactas, lo que da a entender que vienen de muy cerca, de una flota”, explica.

Ahí surge un segundo problema: el de la contaminación que generan estas enormes masas de embarcaciones.

“Hay otras amenazas a la biodiversidad marina, asociadas a la introducción de especies, que también podría darse con esas flotas, porque son gigantescas y arrastran aguas que pueden traer especies de otros lugares”, comentó.

“También se han detectado recipientes de aceite provenientes de China que se botan al mar impunemente”, añadió Suárez.

Wray respalda esa postura. “Debemos proteger la fauna marina de la región, que es muy delicada, y para ello es necesario también controlar el manejo de desechos de estas flotas marinas, especialmente de los plásticos, porque al ser lanzados al mar terminan, por las corrientes marinas, en las Galápagos”, cerró.