El debate en torno a la seguridad al interior de las cárceles se ha tomado parte de la agenda pública. Y es que en los últimos días se ha informado de diferentes homicidios que tuvieron lugar dentro de recintos penales.

Uno de los que más impacto causó fue descubierto el pasado lunes, cuando gendarmes del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) Bío Bío encontraron a un reo decapitado. Un día después, en Puerto Montt, otro interno fue asesinado con más de 200 puñaladas. 24 horas más tardes, ahora en Alto Hospicio, se informó la muerte de un reo tras recibir un ataque con un arma cortopunzante.

Pero eso no es todo, ya que el recién pasado jueves se conoció el fallecimiento de Elvis Michel León Silva, más conocido como “El Perro Elvis”, quien se encontraba cumpliendo su prisión preventiva en Santiago 1, mismo recinto carcelario donde fue apuñalado el 9 de septiembre. Pese a haber sido dado de alta, sus lesiones le produjeron complicaciones de salud.

Estos casos dan cuenta del complejo escenario carcelario que experimenta el país, donde este año se ha registrado la mayor cifra de muertes violentas al interior de cárceles en tres años: sólo en 2024 han muerto 43 personas siendo custodiadas por Gendarmería.

Preocupación por complejo escenario en cárceles

Frente a este escenario, se agudizó la preocupación por la situación que se vive al interior de los recintos penitenciarios. A ello se le suma la instalación y avance del crimen organizado en las cárceles, y el enorme hacinamiento: son más de 58 mil internos, ocupando las cerca de 41 mil plazas.

Este 140% más genera caos y peleas por el control del territorio, según los expertos.

El académico de la Universidad de Santiago y especialista en Seguridad Pública, Jorge Araya, explicó que las luchas territoriales ya no ocurren sólo en las calles, sino que, también, dentro de los recintos carcelarios.

“Están ligados al crimen organizado y son parte de una lucha territorial mayor. Por lo tanto, llegan a la cárcel con asuntos pendientes, con luchas que han tenido con otras bandas, entonces, tratan de mantener en la cárcel el control sobre determinadas situaciones. Y cualquiera que se oponga a las condiciones que ellos colocan, sufren las represalias”, dijo.

“Una olla a presión”

Para combatir este contexto, el exdirector de Gendarmería, Claudio Martínez, señaló que “la clave está en la clasificación. Hay que tener una visión de lo que ocurre afuera, de modo de no dejar en los mismos lugares a presos que son líderes o soldados de bandas rivales.

En tanto, el también exdirector de la institución, Christian Alveal, enfatizó en que “la probabilidad de que esto siga ocurriendo siempre se mantiene al límite, sobre todo cuando hay sobrepoblación”.

“Cuando sumamos a eso el reconocimiento de que en las cárceles hay delincuencia organizada con otras lógicas criminales, es esperable que esto siga, lamentablemente, es una olla a presión que en cualquier minuto puede reventar”, agregó.

¿Más cárceles?

Frente a este escenario, el gobierno planteó sus pretensiones de instalar un nuevo recinto penal en las inmediaciones de la Avenida Pedro Montt, en Santiago. Sin embargo, el nuevo alcalde de la comuna, Mario Desbordes, se mostró contrario a la idea.

“Valoro que se construyan módulos y cárceles de alta seguridad, que se amplíen en las regiones donde se anunció por parte del exministro Cordero, hoy subsecretario del Interior. Pero, el único error técnicamente hablando es hacer esta cárcel en Santiago”, indicó.

Por otra parte, sectores de oposición en el Congreso han sido críticos de la labor de La Moneda en materia carcelaria. Por ejemplo, el diputado Henry Leal, UDI, argumentó que “hay un aumento exponencial de los homicidios dentro de las cárceles (…) El gobierno tiene que reconocer que no tiene el control absoluto de las cárceles, desde ahí se sigue delinquiendo todos los días”.

Asimismo, su par en la Cámara Baja, Camila Flores (RN), añadió que “la institución de Gendarmería de Chile, que tiene a cargo la custodia penitenciaria, no tiene el control dentro de las cárceles”.

De todas maneras, la ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, destacó el hecho de que este no es el año de más muertes al interior de las cárceles en nuestro país, “pero es un número que nos preocupa”, y enfatizó en que hay preocupación por parte del Ejecutivo a raíz del hacinamiento.

En la misma línea, la secretaria de Estado aseguró que “la población penal ha aumentado de manera significativa en los últimos años (…) A mayor hacinamiento, más riesgos hay, y lo que es más importante, más dificultad de segregar, que debe ser una gran prioridad del sistema carcelario”.