¿Por qué? Interrogantes tras informe que detectó faltas en destrucción de drogas en recintos de salud

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Ética y transparencia de BioBioChile

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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Una auditoría de Contraloría detectó graves falencias en la destrucción de estupefacientes incautados por la PDI, Carabineros y Gendarmería en recintos de salud, revelando que 5 de los 29 servicios encargados presentaban irregularidades, como recibir drogas hasta 288 días después de la incautación y quemarlas hasta 31 días después de recibirlas. Algunos centros de salud no contaban con la infraestructura adecuada, almacenando drogas en oficinas y pasillos. La falta de herramientas como hornos capacitados también fue señalada.

Una auditoría de la Contraloría General de la República a diez recintos de salud reveló graves faltas en el proceso de destrucción de estupefacientes incautados por la Policía de Investigaciones (PDI), Carabineros, Gendarmería y las fuerzas de orden.

De esta manera, el ente contralor evidenció fallas en 5 de los 29 servicios encargados de recibir, acopiar y destruir esta sustancias ilícitas.

Por ejemplo, dentro de las irregularidades se encuentra la recepción de drogas después de hasta 288 días de su incautación, sobrepasando el límite establecido de 24 horas; la quema de estas hasta 31 días luego de su recepción.

En ese sentido, hay servicios de salud tuvieron estupefacientes en su interior por más de un mes. Alguno de ellos ni siquiera contaban con la infraestructura necesaria para guardar los estupefacientes decomisados. De hecho, en ocasiones quedaron apilados en oficinas, estantes e, incluso, pasillos de los centros de salud.

A lo anterior, según el informe de Contraloría, se suma que hay una falta importante de ciertas herramientas para llevar a cabo este proceso, como son los hornos capacitados para la destrucción de las drogas.

¿Se pierde droga?

Frente a este escenario, Tomás Mosciatti se preguntó, “no si hay descoordinación, porque eso es evidente, no si hay ineficiencia, es evidente, si ¿hay voluntad para combatir el crimen organizado?”.

En ese sentido, abordó la compleja situación que significa que los estupefacientes estén por larga cantidad de tiempo en los pasillos de los recintos de salud: “Cualquiera pega un manotón y se la lleva”, dijo.

“¿Por qué pasan y pasan los gobiernos y nadie dice nada? Nadie responde. En un país normal alguien se va, el responsable, el que no levantó la voz (…) ¿Por qué tiene que llegar Contraloría y alertar esto? Ningún funcionario alerta”, se siguió preguntando.

También, planteó la interrogante sobre si se ha perdido droga incautada en este proceso de destrucción de sustancias ilícitas.

Revisa todos los detalles en el video.

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Una auditoría de Contraloría detectó graves falencias en la destrucción de estupefacientes incautados por la PDI, Carabineros y Gendarmería en recintos de salud, revelando que 5 de los 29 servicios encargados presentaban irregularidades, como recibir drogas hasta 288 días después de la incautación y quemarlas hasta 31 días después de recibirlas. Algunos centros de salud no contaban con la infraestructura adecuada, almacenando drogas en oficinas y pasillos. La falta de herramientas como hornos capacitados también fue señalada.

Una auditoría de la Contraloría General de la República a diez recintos de salud reveló graves faltas en el proceso de destrucción de estupefacientes incautados por la Policía de Investigaciones (PDI), Carabineros, Gendarmería y las fuerzas de orden.

De esta manera, el ente contralor evidenció fallas en 5 de los 29 servicios encargados de recibir, acopiar y destruir esta sustancias ilícitas.

Por ejemplo, dentro de las irregularidades se encuentra la recepción de drogas después de hasta 288 días de su incautación, sobrepasando el límite establecido de 24 horas; la quema de estas hasta 31 días luego de su recepción.

En ese sentido, hay servicios de salud tuvieron estupefacientes en su interior por más de un mes. Alguno de ellos ni siquiera contaban con la infraestructura necesaria para guardar los estupefacientes decomisados. De hecho, en ocasiones quedaron apilados en oficinas, estantes e, incluso, pasillos de los centros de salud.

A lo anterior, según el informe de Contraloría, se suma que hay una falta importante de ciertas herramientas para llevar a cabo este proceso, como son los hornos capacitados para la destrucción de las drogas.

¿Se pierde droga?

Frente a este escenario, Tomás Mosciatti se preguntó, “no si hay descoordinación, porque eso es evidente, no si hay ineficiencia, es evidente, si ¿hay voluntad para combatir el crimen organizado?”.

En ese sentido, abordó la compleja situación que significa que los estupefacientes estén por larga cantidad de tiempo en los pasillos de los recintos de salud: “Cualquiera pega un manotón y se la lleva”, dijo.

“¿Por qué pasan y pasan los gobiernos y nadie dice nada? Nadie responde. En un país normal alguien se va, el responsable, el que no levantó la voz (…) ¿Por qué tiene que llegar Contraloría y alertar esto? Ningún funcionario alerta”, se siguió preguntando.

También, planteó la interrogante sobre si se ha perdido droga incautada en este proceso de destrucción de sustancias ilícitas.

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