La ministra Camila Vallejo señaló que buscarán agilizar la ratificación del TPP-11

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La ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, señaló que buscarán agilizar la ratificación del TPP-11 y recordó que el Estado chileno ha tardado ‘hasta dos años’ en promulgar acuerdos o tratados internacionales.

En la oposición llamaron a oficializar pronto la integración de nuestro país al pacto comercial y amenazaron con radicalizar su postura en las reformas e incluso en el diálogo constituyente, lo que fue criticado por el oficialismo.

El día después de la aprobación en el Senado del TPP-11, comenzó con la incógnita del depósito final del tratado comercial a cargo del presidente Gabriel Boric, y terminó con el debate sobre el impacto de las acciones de La Moneda en las grandes reformas y hasta el diálogo constitucional.

El motivo se encuentra en las declaraciones de la ministra vocera Camila Vallejo, quien realizó un llamado al Senado.

“Así como el Gobierno respetó y ha respetado la decisión del Senado, ahora al Senado le toca respetar la decisión del presidente”, afirmó la secretaria de Estado, lo que causó molestia inmediata en la derecha.

La ministra recordó que el interés del Ejecutivo es que Chile no se estanque en su camino propio al desarrollo, por temor a que inversores extranjeros puedan denunciar con facilidad al país en tribunales internacionales ante eventuales cambios en alguna legislación.

Vallejo dijo que buscarán un diálogo ágil, pero recordó que en el pasado las promulgaciones de tratados han demorado hasta dos años.

Chile Vamos reaccionó, asegurando que este camino es una burla, volviendo a la crítica de que el Gobierno vería como ‘un buzón’ al Senado, pasando a llevar la decisión de parlamentarios electos democráticamente.

Iván Moreira habló de un trato que podría empeorar y salpicar tanto a las grandes reformas como al diálogo constituyente.

Los senadores de Renovación Nacional, Manuel José Ossandón y Rodrigo Galilea, plantearon que demorar el llamado depósito final a Nueva Zelanda generaría un problema de credibilidad, advirtiendo que los problemas del oficialismo no pueden frenar la ratificación.

En una muestra permanente de la división interna y constante que hay en la Democracia Cristiana, la lectura de sus senadores no pudo ser más dispar.

Yasna Provoste votó en contra del TPP-11 y señaló que el tratado propone un claro cerrojo al desarrollo del país, y lamentó que Chile Vamos busque relacionar el acuerdo comercial con el diálogo constituyente.

Por contraparte, el senador Matías Walker sostuvo que la postura de la derecha no es ir demasiado lejos.

Otro de los puntos constantes de la crítica de la derecha, es preguntarse por qué si el Gobierno era opositor a este tratado y está dispuesto a esperar varios meses para ratificarlo, por las inquietudes que genera el mecanismo de resolución de controversias, entonces no retiró el TPP-11 cuando estaba en trámite.

En Apruebo Dignidad piensan que es un argumento deshonesto, porque de haber ocurrido esto la oposición habría lanzado una ofensiva contra La Moneda.

Un senador del Socialismo Democrático comentó el miércoles que Chile Vamos cree que tiene más poder del que realmente tiene.

Juan Ignacio Latorre, de RD, sostuvo que es una falta de respeto que la derecha pretenda pautea al presidente Gabriel Boric, y Alejandra Sepulveda, de la FRVS, indicó que si le hubiese tocado a ella, habría retirado el TPP-11 cuando se promulgó el Acuerdo de Escazú.

Lo innegable es que el estado de incertidumbre se mantendrá, sobre todo pensando en que las negociaciones están sujetas a los tiempos de otros países y algunos de ellos incluso tendrán que tomar decisiones llevando el tema a sus propios parlamentos.

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La ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, señaló que buscarán agilizar la ratificación del TPP-11 y recordó que el Estado chileno ha tardado ‘hasta dos años’ en promulgar acuerdos o tratados internacionales.

En la oposición llamaron a oficializar pronto la integración de nuestro país al pacto comercial y amenazaron con radicalizar su postura en las reformas e incluso en el diálogo constituyente, lo que fue criticado por el oficialismo.

El día después de la aprobación en el Senado del TPP-11, comenzó con la incógnita del depósito final del tratado comercial a cargo del presidente Gabriel Boric, y terminó con el debate sobre el impacto de las acciones de La Moneda en las grandes reformas y hasta el diálogo constitucional.

El motivo se encuentra en las declaraciones de la ministra vocera Camila Vallejo, quien realizó un llamado al Senado.

“Así como el Gobierno respetó y ha respetado la decisión del Senado, ahora al Senado le toca respetar la decisión del presidente”, afirmó la secretaria de Estado, lo que causó molestia inmediata en la derecha.

La ministra recordó que el interés del Ejecutivo es que Chile no se estanque en su camino propio al desarrollo, por temor a que inversores extranjeros puedan denunciar con facilidad al país en tribunales internacionales ante eventuales cambios en alguna legislación.

Vallejo dijo que buscarán un diálogo ágil, pero recordó que en el pasado las promulgaciones de tratados han demorado hasta dos años.

Chile Vamos reaccionó, asegurando que este camino es una burla, volviendo a la crítica de que el Gobierno vería como ‘un buzón’ al Senado, pasando a llevar la decisión de parlamentarios electos democráticamente.

Iván Moreira habló de un trato que podría empeorar y salpicar tanto a las grandes reformas como al diálogo constituyente.

Los senadores de Renovación Nacional, Manuel José Ossandón y Rodrigo Galilea, plantearon que demorar el llamado depósito final a Nueva Zelanda generaría un problema de credibilidad, advirtiendo que los problemas del oficialismo no pueden frenar la ratificación.

En una muestra permanente de la división interna y constante que hay en la Democracia Cristiana, la lectura de sus senadores no pudo ser más dispar.

Yasna Provoste votó en contra del TPP-11 y señaló que el tratado propone un claro cerrojo al desarrollo del país, y lamentó que Chile Vamos busque relacionar el acuerdo comercial con el diálogo constituyente.

Por contraparte, el senador Matías Walker sostuvo que la postura de la derecha no es ir demasiado lejos.

Otro de los puntos constantes de la crítica de la derecha, es preguntarse por qué si el Gobierno era opositor a este tratado y está dispuesto a esperar varios meses para ratificarlo, por las inquietudes que genera el mecanismo de resolución de controversias, entonces no retiró el TPP-11 cuando estaba en trámite.

En Apruebo Dignidad piensan que es un argumento deshonesto, porque de haber ocurrido esto la oposición habría lanzado una ofensiva contra La Moneda.

Un senador del Socialismo Democrático comentó el miércoles que Chile Vamos cree que tiene más poder del que realmente tiene.

Juan Ignacio Latorre, de RD, sostuvo que es una falta de respeto que la derecha pretenda pautea al presidente Gabriel Boric, y Alejandra Sepulveda, de la FRVS, indicó que si le hubiese tocado a ella, habría retirado el TPP-11 cuando se promulgó el Acuerdo de Escazú.

Lo innegable es que el estado de incertidumbre se mantendrá, sobre todo pensando en que las negociaciones están sujetas a los tiempos de otros países y algunos de ellos incluso tendrán que tomar decisiones llevando el tema a sus propios parlamentos.